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La cara oculta de la Fundación Príncipe de Asturias

En pleno descrédito de la monarquía, el príncipe forja alianzas con los grandes empresarios de cara a la sucesión. La Fundación Príncipe de Asturias, que esta semana entrega sus premios, es el trampolín de lujo para acceder a Palacio

Comentarios
  1. Es el momento de que los ciudadanos salgamos a la calle exigendo una Repúlica. Manifestaciones a de una reforma constitucional que, entre otras cosas, aborde una nueva forma de gobierno: la monarquia parlamentaria ha cumplido sus objetivos ahora toca ya una República, con su Primer Ministro y Presidente. El pueblo está preparado, pero me temo que el PP y el PSOE no.

  2. Distinguido senor: Antes que nada, le aconsejo que trate de quitar eso del «Alias», que en nuestro pais es de muy mal gusto, porque asi se identifican a los maleantes. Por otro lado, es curioso ver como usted, se parece un poco a la mozuela o novicia dejada, que arremete contra el infiel que se casa con una divorciada y que, pasado el tiempo vuelve a ver a la abandobada, virgen aun espwrando a vestir santos; queriendola hacer su amante y la muy…; lo acepta con los brazos abiertos. Vaya novela, no le parece! Y tremenda humillacion! Usred cree que eso pase aun en nuestros dias?

  3. Pues yo solamente voy a decir una cosa: mejor una monarquía en manos de Felipe que una república en manos del PP o del PSOE.

    • Ya, y una República sin PSOE y sin PP ni se te ha pasado por la imaginación porque en España solo puede gobernar uno de los dos, o mejor, el mismo porque como dicen por ahí PSOE y PP la misma m… es

  4. Estamos en lo de siempre, la Monarquia los grandes capitalistas, alguna prensa potente etc. rodearse de todo esto para seguir chupando de la piragua.Pero pienso que esta monarquia está cada vez más desprestigiada.

  5. Este artículo forma parte del dossier central del número 2 de La Marea. Dicho dossier es realmente muy aclarador sobre el modelo de estado que está tejiendo el heredero de la corona. Pretende, igual que su padre, rodearse de los poderes económicos fácticos. Vamos, que la corona cambiaría de cabeza, pero el poder seguirá estando donde siempre, y no precisamente en manos del pueblo.

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