Europa deja a Grecia al borde del abismo

MADRID //Grecia sigue asomada al abismo económico mientras el Eurogrupo acaba de dejar patente una vez más su división sobre las medidas que hay que tomar para contener la crisis griega. Una situación que al mismo tiempo no hace sino subrayar que el durísimo programa de ajuste impuesto a Grecia con drásticos recortes de salarios, pensiones y servicios sociales de momento no parece haber dado resultado alguno.

Este miércoles de madrugada concluía sin acuerdo la reunión del Eurogrupo de la que se esperaba el desbloqueo de un nuevo tramo del segundo rescate financiero a Atenas, una decisión que se ha ido posponiendo durante todo un año y que ahora se ha vuelto a postergar al próximo lunes. Los 44.000 millones de euros cuyo desembolso se ha vuelto a aplazar son vitales para Grecia pues sin ellos el país heleno no podrá asumir los próximos pagos de su enorme deuda.

Atenas, asfixiada también por los plazos impuestos desde Bruselas, esperaba obtener un respiro que le permitiera ampliar hasta 2016 la aplicación de las reformas y ajustes draconianos cuyo objetivo es reducir su déficit público al 3% y situar su deuda en un 120% de su PIB.

Los 17 miembros del euro se han mostrado favorables a esta prórroga -más que nada debido a que Grecia parece incapaz de cumplir los objetivos citados antes de 2016- pero el FMI no está de acuerdo e incluso ha amagado con retirarse del llamado «rescate» griego.

Como de costumbre, el problema es el dinero. Según los cálculos de la troika que supervisa a Grecia, para poder abonar a Atenas este segundo tramo de ayuda financiera, se necesitarían 32.600 millones de euros más, unos fondos que tendrán que aportar los países miembros del euro.

Sumidos en una severa crisis financiera no son pocos los gobiernos de los países que no quieren aportar nuevos fondos; algunos, como Alemania, se resisten también por razones electorales pues sus ciudadanos no ven con buenos ojos la ayuda a Grecia.

Quita sobre la deuda

La división no sólo atañe al Eurogrupo, también entre sus miembros y el FMI hay profundas divergencias sobre la forma de contener el hundimiento de Grecia. El organismo financiero internacional defiende la oportunidad de una nueva quita sobre la deuda griega, pero esta vez en cuanto a los títulos de deuda en manos de organismos públicos.

Los gobiernos de los países del euro no están de acuerdo con esta posibilidad y optan por rebajar los intereses de los préstamos concedidos a Grecia, o bien por alargar el plazo para devolver el dinero.

Nerviosismo en el Gobierno griego

Ante los vencimientos de deuda que se aproximan, el Ejecutivo griego ha mostrado hoy su nerviosismo ante este nuevo retraso en el desbloqueo de la ayuda financiera a su país. «Nuestros socios y el FMI tienen el deber de cumplir con sus compromisos. No es sólo el futuro de nuestro país, sino la estabilidad de toda la zona euro lo que depende de que se logre el éxito de este esfuerzo en los próximos días», ha advertido el primer ministro griego, Andoni Samaras.

Grecia «ha hecho lo que debía y ha cumplido con lo que se había comprometido», ha recalcado Samaras.

Los enormes sacrificios que se están imponiendo a los griegos dan fe de que efectivamente su gobierno ha cumplido al pie de la letra con todas las exigencias de Bruselas y del FMI. En medio de intensas protestas sociales de los desesperados griegos, el gabinete de Samaras ha presentado un presupuesto para 2013 con nuevos recortes de 9.000 millones de euros y una durísima reforma del mercado laboral.

De nuevo en esta ocasión, la coalición de izquierdas Syriza, principal fuerza de la oposición, ha vuelto a señalar que su país está acorralado entre Bruselas, un gobierno que hace todo lo que le impone la troika, y el FMI: «El Gobierno está haciéndoles todos los favores que le piden y, a cambio, está recibiendo humillaciones», ha deplorado el diputado de Syriza Dimitris Papadimulis.

Grecia en caída libre

Los sacrificios de los griegos para cumplir el programa de ajuste europeo y del FMI siguen sin dar resultado alguno. Los recortes han empujado al país a un círculo vicioso de caída de su PIB (los últimos datos sitúan éste en -7,2%), disminución de los ingresos por impuestos y endeudamiento creciente.

Mientras tanto, sólo en 2012, los griegos han visto cómo les recortaban los salarios y las pensiones en dos ocasiones. Y el futuro no se presenta mucho más halagüeño.