Internacional

Limpiadoras, ferroviarios, guionistas… EEUU se pone en huelga

Miles de trabajadores exigen mejores condiciones en un contexto en el que está aumentando la sindicalización y los paros.

Comentarios
  1. Lo que es capaz de mover una campaña electoral en puertas.
    El presidente de los EEUU, Joe Biden, en un gesto descaradamente demagógico, que solo puede explicarse por la proximidad de las elecciones presidenciales del 2024, se presentó ataviado con una indumentaria habitualmente usada por los obreros norteamericanos en una fábrica de Michigan, cuna fabril del automovilismo estadounidense, tratando de «hacer historia» al ser el primer presidente de ese país que se suma a un piquete de protesta laboral.
    Esta teatral escena, por parte de Biden, no es nueva. Durante su Campaña electoral del año 2020, ya había participado también en una huelga de trabajadores de Casinos de juego. Pero dado que sus graves problemas de memoria le impidieron recordarlo, aseguró que aquel piquete de Michigan «era la primera vez que participaba en un evento de tal naturaleza».

  2. En estos momentos, los centros dirigentes de la oligarquía mundial cuyo centro es el Foro Económico Mundial de Davos, ante la evidencia de que en las condiciones actuales el capitalismo es insostenible se plantean llevar a cabo cambios drásticos, un “Gran Reseteo” lo llaman, una modificación general de las reglas del juego, que garantice a las élites del imperialismo euro-estadounidense mantener el control del poder.
    Los instrumentos de la llamada IV Revolución Industrial: robótica, nanotecnología, neurociencia, inteligencia artificial, biotecnología, etc, que de estar en manos de la clase obrera permitirían reducir significativamente la jornada laboral y sustituir por máquinas los trabajos más penosos, permiten a la burguesía llevar a cabo una destrucción masiva de empresas y de puestos de trabajo que calculan superior al 40%, fundamentalmente en los países más industrializados. La inteligencia artificial inserta en la lógica de la mercancía, contra la humanidad, es en realidad una empresa «tecnológica» al servicio de las mismas ofensivas económicas y políticas que intentan sustentar la esperanza de supervivencia del mercado mundial.
    Esta destrucción masiva de empleo, mantendría solo los puestos de trabajo de personal altamente cualificado, y se cebaría en los sectores más precarizados en los que predominan las mujeres y la clase obrera inmigrante. Además, y en unas condiciones en las cuales la resistencia obrera está enormemente fragmentada y debilitada, la ofensiva se acompaña de la precarización creciente y de la privatización y degradación de los servicios públicos y de las pensiones.
    Las desigualdades sociales y la misera de millones de personas, alcanzan niveles crecientes. Algunos datos son ilustrativos de la violencia social cotidiana que esta situación produce: una criatura menor de 10 años muere de hambre cada cinco segundos, 57.000 personas mueren cada día por causas perfectamente prevenibles, 500.000 mujeres mueren cada año al dar a luz, la mayoría de ellas por una prolongada falta de alimentos durante el embarazo, y más de mil millones, de los ocho mil millones que habitamos el planeta sufren desnutrición grave y permanente y mutilaciones. Todo ello cuando hoy existen las capacidades técnicas para alimentar al doble de la población mundial.
    El control absoluto de los medios de información y de creación de opinión es la herramienta del poder mediante la que se inocula el miedo como mecanismo de control social. Al mismo tiempo, el debilitamiento del movimiento obrero, la destrucción de la conciencia de clase y del poder de la clase obrera, han permitido establecer la creencia de que, a pesar del hundimiento de las condiciones de vida del proletariado, no hay alternativa posible al capitalismo.
    (Intentando juntar las piezas del puzzle para entender, Angeles Maestro, Insurgente.org)
    El convencimiento de que la ofensiva de la oligarquía imperialista euro-estadounidense, de la que forma parte la guerra prolongada de la OTAN contra Rusia y China, la desindustrialización de la UE, la fascistización de los países europeos – que implica el aumento de los gastos militares para financiar y armar a los nazis de Ucrania – coloca a la clase obrera europea y mundial ante retos semejantes a los que desencadenaron la II Guerra Mundial.
    La oligarquía capitalista no tiene más alternativa que la destrucción, la fascistización y la guerra.

  3. Tengo la misma sensación sobre la caducidad , decadencia y muy próxima implosión del sistema totalmente corrupto de ese que llaman » imperio norteamericano » con respecto al régimen y reino de Borbonia atrincherados en SSSSSSSSSSSpaña.
    Salud.

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