Opinión

Doñana y el campo andaluz

Ruina, esclavitud, degradación del patrimonio natural... Manuel Delgado Cabeza analiza las consecuencias de la inserción de la agricultura intensiva de exportación.

Comentarios
  1. El capitalismo es el sometimiento de los pueblos y sus recursos por los más grandes capos, los amos del Mundo. Encima son respetados y admirados cuando debiéramos tenerlos custodiados y encarcelados de por vida. Por contra en las cárceles hay muchas personas que no deberían estar.
    Que bien nos iría a los seres humanos que nos diera por pensar, reflexionar y actuar.
    Es de sentido común y más con el cambio climático y la escasez de agua saber escuchar a la naturaleza: ella te está mostrando lo que es propio de cada lugar, lo que se cría en cada lugar; pero bien se ve que al mundo lo rige, la codicia, la ignorancia, la delincuencia legal e ilegal.
    «Del campo al plato» Esther Vivas.
    Producir local sano y consumir sano y local.
    Cooperar entre los de «abajo», pasar de la dictadura del capital.
    Una suerte para Andalucía Viva contar con personas como Manuel Delgado. Que cabeza más bien amueblada!
    Os merecéis y deseo que se cumplan vuestros mejores deseos.

  2. DOÑANA y la depredación de la caza.
    Era 1983 y a Francisco Robles, Paco, guarda del Parque Nacional de Doñana, le enviaron a parar la última cacería permitida en el enclave.
    Han pasado 40 años desde la prohibición de la caza en Doñana y hoy Paco, ya jubilado, se dedica, junto a muchos voluntarios más, a limpiar de plomo la duna donde cazaban los cazadores y donde morían los ánsares, el ave más afectada por la actividad.
    40 años después, todavía quedan más de seis toneladas de perdigones de plomo olvidados que ponen en riesgo la vida de los miles de ánsares que invernan en el parque natural.
    Desde 1999, y gracias a una estupenda red de voluntarios como Paco, hemos extraído más de 300 kilos de perdigones, uno a uno con las manos (son tan pequeños, que no existe una forma mecánica de hacerlo que no dañe el ecosistema) y aquí seguiremos.
    El plomo de los perdigones provoca en las aves una ‘muerte silenciosa’, conocida como plumbismo: desde que los gansos ingieren los perdigones de plomo, que confunden entre la arena de la duna, hasta que fallecen, pueden llegar a pasar unos 20 días.
    Serían necesarios más de cuatro siglos para eliminar todo el plomo que ha dejado la caza en Doñana. Sabemos que es inviable y por eso, año tras año, nos centramos en eliminar el plomo de la capa más superficial para evitar que se los traguen los ánsares invernantes.
    Pero todo esto no solo ha ocurrido en Doñana: la caza con munición de plomo ha generado durante décadas una lluvia de perdigones que terminan depositándose en el suelo y en el fondo de los humedales y que luego acaba matando a muchas especies de aves.
    -Noticias Seo BirdLife-

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