B. BENÍTEZ / M. CAPPA // La contaminación del aire en Barcelona y Madrid es un problema ya crónico. En la última década, ambas ciudades han rebasado sistemáticamente los límites que fija la normativa europea sin que las administraciones hayan sido capaces de corregirlo. Esta semana, la presencia de partículas dañinas en el aire ha afectado especialmente a la capital catalana, donde se activaron las medidas previstas para episodios de contaminación. En Madrid, denuncia Ecologistas en Acción, algunas estaciones han registrado 32 picos en el último mes.
A principios de esta semana, la Generalitat de Catalunya activó el protocolo por contaminación atmosférica debido a la elevada concentración de dióxido de nitrógeno (NO2) en 17 municipios del área metropolitana de Barcelona. Entre otras medidas, el protocolo limita la velocidad a 80 km/h en los accesos a la ciudad e insta a las empresas a reducir sus emisiones.
El mismo lunes, la bolsa de contaminación estancada sobre la ciudad provocaba era claramente visible desde las zonas altas. Desde los barrios colindantes a la montaña de Collserola apenas se llegaba a divisar el mar. El protocolo, que ya había estado activo el 4 y 5 de diciembre, se desactivó el jueves, si bien no se había producido un cambio radical.
La concentración de dióxido de nitrógeno y de partículas en suspensión PM10 (de menos de 10 micrones de diámetro y capaces de penetrar en las vías respiratorias) son los dos principales contaminantes generados por el tránsito rodado y la actividad de las industrias. La legislación europea, mediante la Directiva 2008/50/CE, no permite que se supere la media anual de 40 microgramos por metro cúbico de NO2 en el aire, una cantidad que el año pasado se superó en las comarcas barcelonesas del Vallès y el Baix Llobregat (con 42).
Los puntos de la capital catalana que suelen registrar una mayor contaminación por NO2 son las estaciones situadas en los barrios de Gracia y Sant Gervasi, en los cuales el pasado año se registró una media de 66 mcg/m3, y en el Eixample, con 65.
El pasado lunes, según los datos de la Red de Vigilancia y Previsión de la Contaminación Atmosférica de Cataluña (XVCPA), la estación situada en el Eixample registró una media de concentración de NO2 de 73 mcg/m3, llegando a alcanzar un pico de 109 a las 20 horas. La media fue aun superior el martes, con 101. En la estación situada en Gracia-Sant Gervasi, en la plaza Gal•la Placidia, se registró una media de 92 mcg/m3 el martes, con un pico de 130 mcg/m3 a las 8h. A pesar de ser datos aun pendientes de validación, rebasan de forma holgada los niveles permitidos.
Los picos preocupan en Madrid
El pasado 5 de diciembre, el portavoz del Gobierno municipal de Madrid, Enrique Núñez, confirmó que durante los primeros días de diciembre se habían registrado picos puntuales de NO2, aunque no se había llegado a los niveles de alerta que sí había presentado Barcelona. Asimismo, quiso transmitir tranquilidad a los ciudadanos que residen en la región de Madrid ya que, según afirmó, se habían registrado 33 microgramos por metro cúbico de esta sustancia cuando el límite impuesto por la Unión Europea se sitúa en los 40.
Sin embargo, desde Ecologistas en Acción han lamentado que el señor Núñez restara importancia a lo ocurrido durante estos primeros días de diciembre. En declaraciones a este diario, el portavoz de esta confederación de grupos ecologistas, Juan García Vicente ha afirmado desconocer si Enrique Núñez “dijo aquello porque no tiene ni idea, porque pretende engañar a la población, o por las dos cosas“.
Si bien es cierto que el día 30 de noviembre la media madrileña se situaba en 33 microgramos por metro cúbico -aunque García Vicente ha aseverado que para finales de año se situará alrededor de los 36-, según el portavoz de Ecologistas el problema real está relacionado con los picos de contaminación, a los que desde el Gobierno de Madrid no han querido darles importancia. En estos picos se superan durante más de una hora estos 40 microgramos.
Según ha confirmado García Vicente, en Madrid ya ha habido “varias estaciones como la de Plaza Elíptica, Barrio del Pilar, Gregorio Marañón o Ramón y Cajal que han registrado 32 picos. Y además hay otras, que hasta el 30 de noviembre no los habían superado, y que desde el día 3 hasta hoy lo han hecho en 13 ocasiones y se espera que, para final de mes, llegue a superar los 18”. Una realidad que ha definido como “muy grave” por las consecuencias que puede tener sobre la salud de los ciudadanos.
400.000 muertes prematuras al año en Europa
Según un estudio elaborado por el Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat en 2007, la contaminación causa unas 3.500 muertes evitables cada año solo en el área de Barcelona. Las causas son principalmente el dióxido de nitrógeno, un gas tóxico que irrita el sistema respiratorio, así como las partículas en suspensión, que pueden llegar a producir asma, cáncer de pulmón y problemas cardiovasculares.
Los datos que arroja la Agencia Europea de Medio Ambiente hablan de 400.000 muertes prematuras al año en Europa por causa de la contaminación. La cuota para España se estima entre 20.000 y 30.000 personas y dentro de la región de Madrid alrededor de 3.000 muertes prematuras anuales. “Y esto solo respecto a muertes prematuras, pero después hay miles de personas que sufren sinusitis, bronquitis y demás enfermedades relacionadas con el aparato respiratorio, además de la pérdida de calidad de vida”, recalca García Vicente, quien además alerta de que, aunque la lluvia alivie la contaminación atmosférica, no significa que desaparezca, “sino que pasa de estar en las capas altas, en la atmósfera, para ir al suelo y pasar al subsuelo o a los ríos.
Para García Vicente, los motivos por los que en Madrid la contaminación presenta unos índices tan elevados pasa por el tipo de medidas políticas que se toman desde el Gobierno regional. Según afirma, “el 80% de la contaminación se deriva de los vehículos a motor”, algo que no ha impedido que Madrid sea la primera ciudad del mundo en cuanto a infraestructuras viarias (más que Singapur) y que España sea la primera de Europa en cuanto a autopistas y autovías. “Dijeron que promovían estas infraestructuras porque iban a generar trabajo. Y ahora resulta que no solo somos líderes en autopistas sino también en índice de paro”.
Promover este tipo de infraestructuras no es la única medida que incita a utilizar los vehículos particulares. Tal y como denuncia García Vicente, “hay una política de vivienda que ha echado a los jóvenes y a las familias fuera de las grandes ciudades lo que les fuerza a depender del coche«. A esto hay que añadirle los problemas que tiene Madrid con el transporte público. Según el portavoz de Ecologistas, “la frecuencia de paso de los autobuses ha aumentado de forma escandalosa, igual que ocurre con el metro. Además, en Madrid se prevé un incremento de las tarifas para el año que viene. No para enero, porque sería muy duro, pero sí para primavera. Es decir, hacen justo lo contrario para fomentar el uso del transporte público”.
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