“Cáceres ha sido el escenario de importantes series como Isabel, Inés del alma mía o Juego de Tronos. Y hace un par de semanas se estuvo grabando aquí Sequía, de Televisión Española. Así que si hubiesen venido hace algunos días, podrían haber visto a Miguel Ángel Muñoz paseando por la ciudad”. Estas palabras, pronunciadas por un guía turístico de la ciudad extremeña, fueron incluidas en un artículo publicado en lamarea.com el pasado 12 de agosto.
El reportaje, uno de los más leídos de 2021 en este medio, desvelaba que Iberdrola estaba vaciando el embalse de Valdecañas para producir energía hidroeléctrica. Este hecho acabó dejando sin agua a varias poblaciones de la zona y sin riego a multitud de agricultores.
Nada se sabía por entonces de la serie Sequía más allá de su elenco. Y, mucho menos, que la trama iba a girar en torno a un embalse extremeño, cuya concesión está en manos de una importante empresa hidroeléctrica, que ha quedado prácticamente seco tras un largo periodo sin lluvia. Como en Valdecañas, el escaso nivel de agua dejó a la vista ruinas que llevaban décadas sin emerger.
“Sequía: una serie o un aviso”, era uno de los ladillos del mencionado reportaje. Seis meses después, cuatro capítulos de la serie ya han visto la luz y el aviso se ha convertido en un problema. Las escasas precipitaciones de los últimos meses han provocado que las reservas de agua de Extremadura estén a niveles mínimos históricos. Así, el embalse de Valdecañas se encuentra por debajo del 45% de su capacidad, 30 puntos menos que la misma semana del año pasado. De esta forma, no se han cumplido las previsiones de Iberdrola, que defendió en agosto que la reducción de las reservas de ese y otros pantanos tenían un “carácter coyuntural” y que se recuperarían en época de lluvias.
Pero el de Valdecañas no es el único embalse con problemas en Extremadura. El de La Serena (Badajoz), el mayor pantano de España, acumula tres años seguidos con niveles muy bajos. Y 2022 está siendo el peor de todos. En la actualidad, se encuentra al 14,7% de su capacidad. En 2021, las reservas estaban al 18,7%. Las cifras contrastan con la media de la última década a estas alturas del año, situada en un 60%. La concesión de la central eléctrica de este embalse la tiene Endesa.
Más al sur, el pantano de Tentudía, uno de los más pequeños de la comunidad, se encuentra al 20% de su capacidad y tiene apenas un hm³ de agua. La mancomunidad de Tentudía ya ha establecido restricciones y ha decidido cortar el suministro de agua en las casas de recreo. En el caso de los cultivos, el riego ha sido limitado a tres horas. «Si no llueve en 15 o 20 días, habrá que ampliar las horas sin agua y, si en un mes no caen al menos 100 litros [por metro cuadrado] tendremos que comenzar con los cortes dentro de la población«, ha explicado Manuel Vázquez, alcalde de Cabeza la Vaca, a El Periódico de España.
Los medios de comunicación en Sequía
La bajada del nivel del agua en el pantano ficticio de Campomediano deja al descubierto dos cadáveres. En torno a este hecho gira la trama de la serie producida gracias a la colaboración entre la televisión pública española y portuguesa. Un descubrimiento que provoca la reacción de la policía, y también de un periodista, que decide investigar lo sucedido. A partir de ahí comienza una subtrama sobre el papel que ejerce el poder de una gran empresa, en este caso la hidroeléctrica que tiene la concesión de la presa, sobre los medios de comunicación.
En una de las escenas, el director del periódico para el que trabaja el periodista al que interpreta Miguel Ángel Silvestre es llamado al despacho del presidente de la hidroeléctrica, que trata de censurar las informaciones sobre el caso. En ella se produce el siguiente diálogo:
-Entenderás que existe algo que se llama libertad de prensa.
-La libertad de prensa la pierdes cuando vendes publicidad.
-El jefe de redacción asegura que las fuentes están contrastadas, no son difamaciones.
-¿Tú crees? Mi equipo jurídico está preparando una demanda contra ti, el periódico y contra ese periodista de tres al cuarto que os va a costar el cierre. Y te aseguro que no vas a volver a encontrar trabajo en ningún medio del país.
-Seguro que podemos encontrar una solución.
-Te propongo un artículo en la sección de Economía de los logros para la zona del grupo Barbosa.
-Habrá que buscar el enfoque adecuado.
-El enfoque te lo digo yo: la cantidad de puestos de trabajo que hemos creado, la energía limpia, las iniciativas de divulgación ecológica, las estrategias para un futuro sostenible que proyecta el grupo Barbosa… El resto te lo dejo a ti.
-Veré lo que puedo hacer.
La escena ficticia puede recordar algunas prácticas reales. Así sucede con algunas noticias en las que se recoge que una compañía creará un número asombroso de puestos de trabajo sin especificar las consecuencias ambientales o sociales, algo que sucede en determinados medios cuando el proyecto empresarial es polémico. Igual que reales son los artículos, muchas veces pagados, sobre los compromisos de sostenibilidad de empresas altamente contaminantes, habituales en televisión, radio, papel o digital.
La publicidad se ha convertido, en ocasiones, en un censor silencioso. El miedo a perder un anunciante es una soga que impide un margen de maniobra periodística amplio. David Jiménez, exdirector de El Mundo, lo ha reconocido en su libro El Director: “En las redacciones se había interiorizado que empresas como Telefónica, el Banco Santander o El Corte Inglés eran intocables. Los Dircom del IBEX habían adquirido un gran poder sobre los medios, distribuyendo sus presupuestos en función de la influencia que atribuían a cada uno y castigando a los díscolos”.