Cultura

Chomsky, el anarquista de siempre

Un nuevo compendio de textos del pensador estadounidense (Capitán Swing) aborda el anarquismo del que forma parte y echa por tierra los mitos que han intentado destruir esta ideología.

Comentarios
  1. Y, ahora, un consejo…

    … Si quieres que te tomen en serio, debes ser consecuente con las doctrinas que defiendes.

    Si hablas de reducir las emisiones de dióxido de carbono a cero y luego defiendes que alguien se coja un avión para hacerse fotos, con la excusa de que era un viaje oficial, se van a reir de ti.

    Si hablas de defender a las mujeres, de feminismo y de patriarcado, y luego defiendes que se menosprecie a unas chicas por no seguir la politica del gobierno, se van a reir de ti.

    Si hablas de libertad de expresión y luego te quejas de los comentarios de tal o cual persona, se van a reir de ti.

    Si hablas de Derechos Humanos y luego te quejas de que unos youtubers cambien su país de residencia, se van a reir de ti.

    Si hablas de subir los impuestos y luego te quejas de que los del Partido Popular roben, se van a reir de ti.

    Si hablas de lo malo que es el racismo y luego pides que unas razas tengan más derechos que otras, se van a reir de ti.

    Y, en esencia, eso es lo único que hago yo por aquí, reirme de las contradicciones. Siempre me ha fascinado la capacidad que tienen los demócratas de defender cosas en las que no creen. Y siempre me reiré de ello. No tiene nada que ver con sembrar discordia.

  2. A ver, Chorche, te lo voy a explicar…
    … La democracia no consiste en que una minoría oprime a la mayoría. Es justo lo contrario, la mayoría oprime a cuantas minorías se le pongan por delante. Si te ha tocado formar parte de la minoría tienes dos opciones:

    1) Te aguantas y aceptas lo maravilloso que resulta que no se haga lo que tú quieras.
    2) Te aguantas y te quejas de lo despreciable que resulta la democracia.

    Si la mayoría ha sido adoctrinada de forma distinta a tu propio adoctrinamiento, mala suerte.

  3. Disculpa Felipe. Tienes razón.
    No conocía este hecho.
    A Pablo Hasel le he oído decir algo así como que la siguiente fase evolutiva del comunismo es el anarquismo. No como lo presentan los medios del sistema, claro está.
    Jesús de Nazareth tenía mucho de anarcocomunista, nada que ver con quienes se han autonombrado sus representantes.
    Carlos Taibo, otro anarquista al que hay que prestar atención.
    Un apunte: El entrañable anarquista/guerrillero MARTIN ARNAL MUR, muerto hace unos meses a punto de cumplir cien años, decía que no se debía llamar guerra civil a lo que no tuvo nada de ello. El la llamaba guerra incivil. Había sufrido tanto, que el sufrimiento le había convertido en un hombre de concordia entre las distintas fuerzas de la izquierda.

    CARLOS TAIBO. (Video) «El juicio final»
    https://insurgente.org/carlos-taibo-video-el-juicio-final/

  4. Martín Villa, la transición y otras fábulas. (ARMHA)
    Resulta paradigmática toda esta historia del otrora temido Martín Villa, un hombre representativo absolutamente de cuando el Ministerio del Interior se llamaba de Gobernación, algo así como el cambio de denominación del Ministerio de la Guerra por Ministerio de Defensa, mismas funciones pero mejor eufonía.
    Aún hoy siguen defendiendo, a capa y espada, a individuos como Martín-Villa y ensalzando a figurones de la derecha como adalides de la democracia.
    Contemos las cosas como son y no con fábulas sobre el perdón, la reconciliación y otros eufemismos de la realidad política del final del franquismo.
    Lo cierto es que, contubernios aparte, la lucha heroica de una pequeña parte del pueblo español contra la dictadura no había tenido consecuencias políticas cuando Franco murió en la cama.
    La mayor parte de la sociedad estaba anestesiada por el “franquismo sociológico” una fórmula conseguida a base de años de mentiras, tergiversaciones, control de los medios de comunicación, Nodo, adoctrinamiento educativo, desarrollismo económico y brutal represión.
    Un “franquismo sociológico” que aún llega hasta nuestros días.
    El Régimen seguía incólume, pero sabían ya que las dictaduras en el seno del “mundo libre” no quedaban bien y tenían fecha de caducidad, había que adaptarse a los nuevos tiempos.
    Los socialistas venían con buenas cartas europeas de presentación, sobre todo alemanas.
    Los “eurocomunistas” ya no obedecían a Moscú y se habían hecho rojigualdos por el bien del país.
    Los extraparlamentarios, infiltrados por la policía, represaliados, no suponían ninguna amenaza seria.
    ¿Qué pasaba entretanto con los detentadores del poder, con los herederos del franquismo? pues que, quitado de en medio el valedor del continuismo franquista, y apoyándose en nuestro muy europeo y campechano monarca (eso si, designado por el propio Franco) pactaron con la izquierda “moderada” la construcción de un nuevo régimen.
    Fuerzas Armadas, policía, Judicatura, estructuras burocráticas, todo sería salvado todo seguiría igual, todo un ministro Secretario General del Movimiento lideraría el timón (buen comienzo) y su mano derecha, nuestro Rodolfo, a pesar de las acusaciones del búnker, destruiría las pruebas de la masacre franquista y mantendría las calles bajo el férreo control de siempre a pesar de la muerte del dictador.
    Hoy tiene prebendas y reconocimientos de todo signo político y tiene la desfachatez de entender que su control sobre la policía que disparaba a matar a obreros y manifestantes por órdenes superiores podría ser objeto de persecución penal ordinaria, pero nunca, por no ser “sistemático”, serían crímenes de lesa humanidad. Eso es entender que la persecución franquista, las torturas policiales de la dictadura, la impunidad que venían sin solución de continuidad desde ese propio franquismo, ya no eran crímenes contra los derechos humanos, ahora eramos demócratas no podían por tanto serlo; cambiar el nombre y cambiar las consecuencias, aunque en esencia, los actos sean los mismos.
    Pues si, así se repartieron el pastel tanto político como económico y se olvidaron, como digo, de las víctimas del franquismo y de la transición posteriormente. Creyeron que, igual que se cambiaban las denominaciones, el olvido haría el resto.

    Pero una sociedad democrática que se construye sin bases sólidas sobre la impunidad, la injusticia y el olvido, es como una herida tapada sin curar, acaba supurando.
    El pus, en forma de extrema derecha franquista, algo hasta hace poco ocultado pero nunca desaparecido, hace extrema al resto de la derecha y el diálogo y el consenso se convierten hoy día en una quimera. Mientras tanto, toda una generación (ya más de una en realidad), ignorante de nuestro pasado, desconociendo las tretas de los nuevos fascistas, se lanzan a apoyarlos, como consecuencia directa de la nula aplicación de verdaderas políticas memorialistas en nuestro país.
    Los actos y las inacciones de hoy nos llevan a destinos muchas veces indeseados mañana.
    La democracia se asienta ejerciéndola y participando de ella.
    La amnesia forzada no dura para siempre. Esperemos, por el bien de todos que, aunque no hayamos hecho gran cosa para evitarlo, ese pasado oculto no vuelva a alcanzarnos nunca más.

  5. Incluso muchos anarquistas desconocen que años antes de la revolución española, en 1929 se estableció la Provincia Libre de Shinmin, la Comuna anarquista de Manchuria, donde vivieron durante dos años más de dos millones de coreanos, hasta ser aplastados por el ejército japonés y el soviético.

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