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Carrasco-Conde: “A hacer el mal también se aprende”

La filósofa Ana Carrasco-Conde publica 'Decir el mal. Comprender no es justificar' (Galaxia Gutenberg, 2021).

Comentarios
  1. … «parte de la izquierda que también plantea al otro como enemigo, alimentando la polarización y crispación social».
    ¿Y que tiene que hacer la izquierda, Patricia, callar ante el juego sucio, la crispación, la mendacidad, la traición, la mala voluntad?.
    Yo creo que estamos en guerra, como en el 36, pero no sólo España, también el mundo, la historia se repite aquí, tal vez para que aprendamos la lección esta vez. Afortunadamente ya no pueden dar un golpe de estado ni fusilar a los que no pensamos como ellos; pero tienen armas más sutiles.
    «Callarse ante la perversidad es hacerse cómplice de ella y la vida tarde o temprano os pasará factura». Esto sirve para la izquierda y para cada unx de nosotrxs.
    A los políticos más honestos (de la izquierda, naturalmente) les he oído decir que si la sociedad no se mueve en la calle, si la sociedad no empuja con ellos, poco o nada podrán hacer frente a las colosales fuerzas opuestas.
    «Una de las prácticas propias del perpetrador es aislar a las víctimas y estamos en una sociedad en la que cada vez estamos más aislados».
    Así es; pero es que el sistema ha desterrado la palabra cooperación y ha convencido a la gente de que el progreso es competitividad, hemos dejado que nos convierta en rivales, ésto ha llevado a que hoy uno desconfíe hasta de su sombra.
    El Nobel que le dieron al paladín del capitalismo, el endiosado Vargas Llosa, se tendría que conceder a personas que junto con sus dotes literarias te hacen pensar, que hacen del mundo un lugar mejor (Delibes, Carrasco-Conde y otrxs muchxs antes que él) ; pero ésto es como pedir peras al olmo, basta decir que se lo concedieron al sanguinario Kissinger, al pacifista Obama y tocayos…

  2. Cada vez que leo lo que dices me vuelve a asombrar la lucidez de tus pensamientos.
    Sigue diciendo esas grandes verdades que llenan el corazón.

  3. Sin pretender dar clases de ningún tipo ; para » reconocer» el » mal » ; no hay nada mejor que el padecerlo o haberlo padecido . Y aplicando esta máxima al territorio patrio ,entramos de lleno en eso que llaman el » Síndrome de Estocolmo ( afecto por el agresor) » ; pero eso es entrar en cuestiones de la psicología de lo que llaman sociedad española .
    Y respecto a lo de la empatía me remito al chiste :
    Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
    guardé silencio,
    porque yo no era comunista,

    Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
    guardé silencio,
    porque yo no era socialdemócrata,

    Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
    no protesté,
    porque yo no era sindicalista,

    Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
    no protesté,
    porque yo no era judío,

    Cuando vinieron a buscarme,
    no había nadie más que pudiera protestar.
    Salud .

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