Crónicas | Internacional

África, un continente olvidado y expoliado

"Estos países solo se convierten en noticia, efímera, cuando las personas que huyen de la miseria y las guerras se hacinan en condiciones infrahumanas en las fronteras comunitarias", sostiene el autor

Comentarios
  1. Hace tres semanas el Instituto Oakland publicaba un informe sobre Áreas Protegidas en Kenia. En sus páginas hay testimonios atroces como el de Kumpa Halkano: «Estaba en mi boma (hogar) con mi hija Gumato Hassan y su bebé. Por la noche, los guardabosques de NRT (organización conservacionista) vinieron a la boma y exigieron que les diéramos una cabra. Les dimos la cabra. A la mañana siguiente, cuatro guardabosques regresaron con uniforme de combate completo y comenzaron a disparar. Mi hija preguntó por qué usan armas de fuego sobre nosotras si ya les dimos la cabra. Me escapé. Cuando volví, mi hija y el bebé estaban muertos».
    Los pueblos indígenas, como el de Kumpa Halkano, representan el 6% de la población mundial pero protegen el 80% de las zonas más biodiversas del planeta. Son, con diferencia, quienes más aportan a la mitigación del cambio climático.
    Sin embargo, en cumbres como la COP26 se los silencia y tokeniza. Mientras las grandes potencias se niegan a abandonar el carbón, ellos continúan defendiendo la tierra pese a todo el dolor y la violencia. Su resistencia es la prueba de que solo existe un futuro posible: uno en que el resto de los seres humanos protejamos la diversidad humana, respetando los derechos de los pueblos indígenas, en lugar de continuar poniendo precio a sus bosques y robando sus recursos para nuestro beneficio.

  2. Africa, un rico Continente.
    EUROPA-AFRICA ¿quien ayuda a quien?
    Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), contrariamente a lo que comúnmente se piensa no es el mundo el que ayuda a África, sino que, paradójicamente, son los países del continente africano los que económicamente están «ayudando» al resto del mundo o, con más precisión, a sus poderosas multinacionales.
    El informe de la OCDE pone de manifiesto que desde los años 80, las instituciones financieras de Estados Unidos y de la Unión Europea han forzado a los países africanos a abrir sus mercados hasta que sus economías quedaran dependientes de las exportaciones»
    De acuerdo con el citado informe de la OCDE, las ayudas y las inversiones que África recibe del resto del mundo, representan sólo el 70% de lo que el resto del mundo se lleva de África. Mientras 100.000 millones de euros entran en el continente africano en forma de ayudas externas, 144.000 millones – aproximadamente una séptima parte del PIB anual de España– son sacados de su territorio, en su mayoría como beneficios de grandes compañías multinacionales extranjeras y en evasión de impuestos.
    Con un ejemplo bastaría para evidenciar en qué consiste este «intercambio» desigual. Según el Fondo Monetario Internacional, en 2011, la producción minera de Guinea supuso 1.000 millones de euros, alrededor del 12% del PIB del país. Sin embargo, la Administración estatal de ese país sólo pudo recaudar 48 millones mondos y lirondos . O sea, un 0,4% de su PIB.
    Los datos reseñados, no obstante, aluden tan sólo a partes del «robo legal» que las grandes potencias desarrolladas imponen al continente. Sin embargo, se calcula que en el año 2011 las actividades económicas ilícitas supusieron nada menos que alrededor de 26.000.000.000 € según la ONG estadounidense «Global Financial Integrity». Por otra parte, más del 70% de las inversiones en sus centros financieros offshore proceden de países europeos
    La opinión que se refiere a través de los medios de comunicación europeos, es que el Continente africano está constituyendo un grave problema para la Europa occidental. ¿Es verdaderamente así? ¿O por el contrario, la Europa occidental constituye el auténtico problema del continente africano y sus habitantes? estos y otros datos indican que en efecto, el problema no es África, sino las multinacionales euro-occidentales que impiden el desarrollo de un continente que posee riqueza suficientes para mantener holgadamente a toda su población.

  3. Un lúcido, sincero y honrado análisis como siempre de Fernando Luengo. Gracias y siempre Adelante.!!!!????

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