El 5 de agosto de 2017, el transformador 29272 de Endesa se llevó por delante las vidas de Mariluz Morillo y de Sara Ojeda, dos trabajadoras del hotel 100% Fun, en Tarifa (Cádiz). Otros cinco compañeros resultaron heridos de gravedad, con importantes quemaduras. La Asociación de Afectados por el accidente del Transformador 29272 en Tarifa reúne a víctimas y familiares de dicho accidente. Parte de su trabajo, además de la búsqueda de justicia, se centra en la recopilación de datos e investigaciones sobre este tipo de transformadores de la compañía.
Juan Ramón Ojeda es el presidente de la asociación; su hija Sara murió como consecuencia de la deflagración y, desde entonces, intenta encontrar la verdad y trabaja en tratar de evitar que una tragedia de este tipo vuelva a ocurrir. En el cuarto aniversario del accidente, en 2021, explicaban en un artículo publicado en este medio que en un escrito de contestación de Endesa al expediente incoado en la Oficina del Defensor del Pueblo, la compañía reconoce que un 4% de los transformadores está en la misma situación que el 29272. Eso serían unas 2.100 unidades, aunque según las estimaciones de esta asociación esa cantidad podría ser mucho mayor.
En su labor de seguimiento, desde la organización han detectado que los accidentes en transformadores se producen cada vez con más frecuencia, pasando de 27 en 2017 a 56 en 2020, es decir, más del doble. En lo que va de este año, ya han detectado 45, la mitad de ellos en Andalucía, donde Endesa es la compañía distribuidora y denota, según Ojeda una falta de mantenimiento y de inversión. Y es en las comunidades en las que Endesa controla las redes de distribución donde la compañía paga cátedras universitarias. Esto sucede en las universidades de Sevilla, Las Palmas de Gran Canaria, Zaragoza, Catalunya e Islas Baleares. En estas tres últimas, el motivo de las cátedras es la “innovación energética”.
Ante los datos que maneja la asociación, Ojeda cree que investigaciones pagadas por la compañía –en las que se trabaja en la búsqueda de “soluciones alternativas a los problemas propios de la distribución de energía”, como se expone en la de la Universidad de Zaragoza– son un mero “lavado de imagen”: “Si leemos todos los informes que hay en nuestra causa, lo que se dice es que el transformador de Tarifa se siniestró precisamente porque no tenía las protecciones necesarias. Porque si las hubiese tenido, se habrían estado produciendo cortes durante todo el verano, porque no están preparados para soportar la tensión que tienen que soportar”, denuncia.
Ojeda asegura que los tentáculos de Endesa llegan tan lejos que eso les ha supuesto un auténtico problema a la hora de encontrar un ingeniero que no tuviese ninguna relación con la compañía: “Todos habían participado en alguna formación o habían trabajado para Endesa, por lo que no nos parecían que pudieran ser independientes”.
A pesar de estas y otras críticas hacia la financiación de cátedras por parte de empresas eléctricas, desde la Universidad de Zaragoza (UniZar) defienden que “la colaboración con las empresas es parte de la tarea formativa y de transferencia de las universidades”. Asimismo, sostienen que sin estos acuerdos sería imposible llevar a cabo muchos de los trabajos de investigación y aseguran que la universidad “tiene control sobre las acciones que se realizan» en el marco de la cátedra y las cuales están relacionadas con la innovación.
El profesor responsable de la Cátedra de Endesa en la UniZar, José Sanz, considera que esta es “una de las mejores maneras de acercar a los alumnos a la realidad de la empresa”. Algo que, en su opinión, sería imposible de hacer sin Endesa: “Los trabajos que realizamos no son de investigación básica, sino aplicada” en los que la compañía aporta información de infraestructuras reales y problemas concretos a resolver. Sanz subraya la independencia de trabajo de los investigadores, puesto que “la empresa es la primera interesada en conocer la realidad de los resultados, sean los que sean”.
Desde Endesa también defienden la independencia de sus cátedras financiadas, a las cuales dedican unos 200.000 euros anuales. Consideran que “han demostrado su utilidad para potenciar la investigación y la pedagogía en el sector energético”, y las definen como “un instrumento valioso para favorecer el intercambio de conocimiento entre la empresa y la universidad, una vía para captar talento” y “una plataforma de divulgación de contenido científico”.
La “calidad de servicio” se queda en las aulas
La cátedra de Endesa en la Universidad de Sevilla se remonta a finales de 2007, si bien reconocen que la relación entre la institución universitaria y la empresa es anterior incluso a la integración de la Compañía Sevillana de Electricidad en el grupo Endesa. Uno de los ejes de actuación del grupo de investigación es “la calidad de servicio, fundamental para mantener la competitividad del sector productivo andaluz”. Una “calidad de servicio” que, sin embargo, trae de cabeza a muchos vecinos de esa misma capital.
En pleno invierno, numerosos vecinos y vecinas de El Tardón, en el distrito de Triana, sufrieron cortes de luz prácticamente todos los días desde finales de noviembre. Como algunos residentes del barrio explicaron a lamarea.com en enero, esto les obligaba a meterse en la cama muy temprano para combatir el frío. Según explicaba Castillo Cubero a este medio, el día de Nochevieja, en su casa, cenaron “un bocata y a la cama porque la luz se fue a las 20.45h”, lo que provocaba un “frío espantoso”.
A Mónica, vecina del mismo barrio, en uno de los cortes de luz se le estropeó el ordenador, algo que, asegura, Endesa no reconoce. Según explica, hasta que no hicieron algo de ruido mediático y político, la empresa no arregló algunos “cajetines” de luz. Tras esta experiencia, Mónica considera que esta cátedra en la Universidad de Sevilla es “pura mentira, un lavado de imagen”: “Lo hacen porque les funciona en términos de comunicación corporativa”, critica.
Una opinión que comparte Israel, el presidente de la Asociación de Vecinos de El Tardón: “No sé a qué calidad del servicio se refieren, porque aquí es dantesca: la instalación está obsoleta, los cables son mucho más pequeños de lo que deberían y cuando aumenta el consumo se queman… Y aquí no hacen nada”.
Desde Endesa, sin embargo, consideran que la actividad de la cátedra de la Universidad de Sevilla “es compatible con las inversiones para mejorar la red de distribución en todos los lugares en los que Endesa está presente”. Especifican que en la capital andaluza se está desarrollando un plan de inversión de 43,5 millones de euros en tres años (2020-2022) destinado “a desarrollar y mejorar la infraestructura eléctrica de la ciudad para aumentar la calidad del suministro”.
El rector de la Universidad de Zaragoza, por su parte, ha preferido no valorar estos problemas: “No me corresponde a mí juzgar las actividades que Endesa realice al margen de la cátedra”. El profesor Sanz, de la UniZar, sí que considera a Endesa como un ejemplo de innovación energética: “Es sin duda una empresa tractora de conocimiento y nuevos proyectos. Las Universidades y Centros de Investigación necesitamos más empresas como Endesa, sin ellos poco trabajo podríamos realizar”. La Universidad de Sevilla no ha respondido a las cuestiones enviadas por este medio.