Sociedad

Marina Garcés: “Las escuelas no pueden funcionar como burbujas”

La filósofa Marina Garcés reflexiona sobre el papel de la educación en este nuevo mundo, que se ha visto captado por la virtualidad y un peligroso sesgo hacia la individualidad que robará oportunidades a la juventud y aislará aún más las personas vulnerabilizadas.

Comentarios
  1. La educación debe abrir espacios en los que se eduquen seres humanos críticos y responsables, en definitiva, libres. En este sentido tanto la filosofía como la ética se sitúan en ese contexto de aprender a ser libres ya que esa libertad nos permite comprender, crear y modificar conceptos que surgen del propio ser humano.
    Las religiones, incluida la católica, deben ocupar el espacio que les corresponde en democracia y no parece que este tenga que ser ni necesaria ni convenientemente la escuela.
    Simplemente debe tener otro espacio más acorde con los nuevos tiempos en los que la escuela debe ser el sitio de la ciencia y no de la creencia.
    El conocido teólogo Juan José Tamayo afirma textualmente: “los contenidos de la asignatura de religión católica son en su totalidad catequéticos con tendencia al fundamentalismo; la concepción del cristianismo, mítica; el planteamiento de la fe, dogmático; la exposición, anacrónica”.
    La relevancia de la religión no se cuestiona como hecho histórico, social o personal. Lo que se cuestiona es el lugar que la Religión ocupa en los estudios académicos como materia específica, un lugar inadecuado, improcedente, e inapropiado.
    En la oferta educativa tiene que haber opciones, no alternativas, y la supuesta libertad de elección de unos no puede conllevar la ausencia de esa libertad para otros.
    Frente a la Religión con sus alternativas debe existir un sólido conocimiento científico y filosófico y una ética común. El legado de la Ética de Aristóteles o del Imperativo Categórico kantiano no puede ser percibido como una simple alternativa ante la religión. Además, se envía un mensaje peligroso a los estudiantes cuando se les transmite que existe una moral religiosa y una alternativa a ella cuando lo que existe son unos principios éticos que nos unen a todos.
    La laicidad de las instituciones públicas es la mejor garantía para una convivencia en igualdad de todas las personas, sin privilegios ni discriminaciones, ya sean católicas, musulmanas, protestantes, ateas o agnósticas porque lo importante es el sustantivo permanente “persona” y no su condición religiosa.
    El hecho de que a la presencia de la religión católica en los centros de enseñanza se le vayan sumando otras religiones como la religión islámica o la evangélica puede convertir a la escuela en el lugar en el que las confesiones compitan entre sí. Por ello urge la necesidad de abordar una nueva mirada laica ante una sociedad cada vez más plural, más secularizada y más liberalizada en las costumbres.
    “Educación pública, educación laica” por Luis Iglesias. (profesor de filosofía y autor del libro La ética del paseante y otras razones para la esperanza (Editorial Alfabeto).

  2. Menos mal que la Comunidad de Madrid, que ya desde los tiempos de Aguirre viene dando lecciones «vanguardistas, progresistas, es decir de sensatez y justicia social» al resto de las Comunidades de esta Piel de Toro, está comprometida con la Enseñanza y con la Cultura y la sabe reconocer y honrar como merece, así que tomen nota y ejemplo el resto de Comunidades de lo que se hace en Madrid para construir un mañana «más justo y sabio»:

    La Institución Libre de Enseñanza se queda sin calle en Madrid (Nueva Tribuna)
    Con el borrado de su nombre en el callejero madrileño, asistimos a otra humillación mas, cuando es tan importante recordar que la Institución, fue la base sobre la que surgieron importantes instituciones.
    La calle vuelve a tomar el nombre de Hnos. García Noblejas.
    En la familia García Noblejas muchos de ellos fueron falangistas y algunos apoyaron a la sublevación militar del 18 de julio de 1936 contra la Republica.
    Posteriormente, el mismo Ramón Serrano Suñer, ministro fascista y antisemita, ayudo a traer a uno de los hermanos desde Rusia, donde había ido con la División Azul.
    Sabemos que uno de los enemigos de la Institución Libre de Enseñanza, fue la falange, que nada mas finalizar la guerra, entro en su recinto y la saqueó.
    La Institución Libre de Enseñanza, creada en 1876, por Don Francisco Giner de los Ríos, es poco conocida.
    Se perdió una oportunidad de oro, con motivo de su rehabilitación en el año 2008, de mantener y proteger su patrimonio, en el recinto escolar, en Madrid, primero que construyo el arquitecto Bernardo Giner de los Ríos, en el año 1917.
    Dicho arquitecto, durante la II Republica, construiría muchos grupos escolares, para llevar a cabo la gran obra pedagógica institucionista.
    Esa rehabilitación, no fue tal, sino un derribo en toda regla, con apoyo de instituciones y financiación de Caja Madrid.

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