Opinión

La complejidad de la “gente sencilla”

"La gente sencilla no es sencilla. Ninguna de las personas sencillas que yo he conocido lo es", sostiene Pablo Batalla Cueto

Comentarios
  1. Evidentemente que la única simpleza que se adjudica a las buenas gentes que en el artículo se describen, se encuentra en las mentes de los engreidos adjudicadores. Juntaletras a sueldo de alguna facción (la derecha paga más y mejor, pero también hay opinadores a nómina de partidos de izquierda – algunos- y de izquierdita – bastantes más-) que se dedican a echar la culpa de sus fracasos a aquellos a los que no fueron capaces de convencer, precisamente por la inmensa incapacidad, presuntuosidad y lejanía de los propios juntaletras.

    Sólo un pero. También hay buenas gentes, hartas de ser despreciadas por juntaletras «progresistas», dentro de esa M30 maldita. Madrid siempre ha sido de izquierdas, al menos siempre que la ha dejado la propia izquierda. Sería un curioso pecado asignarles esa simpleza que tan vehementemente se denuncia para el resto de la humanidad.

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