Opinión

Banderas de nuestros padres

"El mundo del siglo XX no volverá. Nunca. Rindamos homenaje a las banderas de nuestros padres y tejamos las de nuestros hijos", escribe Jorge Dioni.

Comentarios
  1. Buen artículo; ójala que llegara al rebaño.
    Siempre hay guerras frías o «calientes».
    Si hubiera orden, claridad, serenidad, el sistema de ratas depredadoras y asesinas no tendría nada a hacer. Su negocio florece en el caos que siembran, en el miedo, en los nervios, en el desorden.
    Ahora misma hay una guerra, para mí bien palpable, energética; de energías enfermas y negativas.
    Siempre llegamos tarde, cuando despertamos de la «ilusión» ya es demasiado tarde.
    Desde el «There Is No Alternative» de los mayordomos mayores de la dictadura capitalista Thatcher/Reagan, para atrás y de derrota en derrota. Aún a día de hoy me pregunto porqué la llamada izquierda capituló o se dejó convencer, ¿tan débiles eran sus convicciones o tal vez no tenía nada hacer ante una sociedad que prefiere consumir, acumular, antes que ser persona y vivir, los cuatro días que estamos aquí, constructivamente, con filosofía, valores, equilibrada, colaborando con su especie.
    Ay, la iglesia católica una élite desplazada, ya me gustaría.
    Eterna aliada de los poderosos, del capital, aunque predica la pobreza, sean dictadores o asesinos. Hasta Bergoglio parece ser que cooperó con la dictadura de Videla.
    Menos mal que está desplazada pués aún así le regalamos cada año once mil millones de euros y mantenemos y reparamos el patrimonio que ha robado al pueblo.
    Ahí la tienes en la judicatura, ahí la tienes mangoneando en la enseñanza, en el gobierno, sin que gobierno alguno ose pararle los piés y ponerla en su sitio.
    Mueve el voto de millones de creyentes, aunque no practiquen, y les «recomienda» que voten al partido que se lo permite todo.
    Más que a Gorbachov, que pretendía establecer algunas necesarias reformas creo yo que habría que odiar a Yeltsin, traidor y ebrio de vino y de afán de protagonismo.
    La caridad empieza por uno mismo. Creo que se debe atender a la tierra donde has nacido o con la que te sientes identificada; pero no por ello desentenderte del resto del mundo ni mucho menos. El soberanismo de izquierdas con los nacionalismos de derechas son diametralmente opuestos.

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