Opinión

No más leyes de pobres, por favor

"La principal respuesta de todos los gobiernos a las subidas del precio de la energía se centra en crear bonos o ayudas para consumidores vulnerables. Sucede lo mismo con la vivienda. Son políticas de letrero grande y puerta pequeña", reflexiona Jorge Dioni.

Comentarios
  1. Y por esto nunca veremos una renta básica universal. Porque su característica más ninguneada y más fundamental, la universalidad, rompe con una de las premisas básicas del cristo-fascismo global bajo el que vivimos: que nadie se merece nada, que si recibes ayuda al no tener nada ha de ser por la caridad de los que siempre han tenido todo, que sólo te permitirán una hogaza de pan una vez esté verificado con doble sello que te estás muriendo de hambre.

    El sistema de ayudas sociales, aquí y en toda la sociedad occidental, tiene la humillación, la criminalización y la alienación del receptor como premisa básica. Una percepción que fuese verdaderamente universal es, para nuestro sistema, peligrosamente radical, porque en el momento en el que aceptas y legislas que todo el mundo se merece un mínimo para existir, en el momento en el que haces de la dignidad humana una realidad política, estalla una revolución dentro de cada cabeza.

    Por esto es que las ayudas, para la vivienda, para la comida o para la subsistencia, están y estarán siempre rodeadas de barreras legales y sociales; porque, por definición, han de privar de dignidad y de autonomía a quien las recibe. Para recibir ayuda primero tienes que dejar de ser persona. Es como está diseñado.

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