“Ante la negativa a rectificar una información falsa sobre mi persona […], hoy he presentado en el Juzgado de Primera Instancia una demanda de juicio verbal contra Toni Soler y Vicent Sanchis, director de TV3”. De esta forma, el pasado 27 de enero, el exsecretario general de Comisiones Obreras de Catalunya Joan Coscubiela anunciaba acciones legales contra el presentador del programa Està passant después de que este asegurase que el sindicalista y exportavoz de Catalunya Sí que es Pot había pertenecido al Consejo de Administración de Endesa.
Antes de pasar a mayores, Coscubiela pidió a Soler que rectificase en directo la información puesto que él no había pertenecido a dicho comité directivo de la energética. El presentador evitó desdecirse de una manera clara: “No dijimos que formara parte de ningún consejo de administración” sino que “nos referimos a Coscubiela como exconsejero de una eléctrica”. Es por ello que los conductores del programa se ratificaban “plenamente” en el contenido del mismo a pesar de que sí llegaron a hablar de “Consejo de Administración” durante la emisión del 12 de enero.
La realidad es que quien fuera máximo mandatario de CCOO en Catalunya y exdiputado nunca ha estado en el órgano directivo de Endesa, sino en el Consejo Asesor de la eléctrica en la zona, un órgano con otras funciones. Ello le ha costado críticas por determinados sectores de la población catalana, principalmente desde ámbitos independentistas, que lo han considerado una puerta giratoria al estilo de otros políticos que han acabado a sueldo de las grandes eléctricas del país, siendo los casos más flagrantes los de los expresidentes Felipe González (Gas Natural Fenosa) o José María Aznar (Endesa).
Sin embargo, entre unos casos y otro existen importantes diferencias, empezando por la asignación económica: González y Aznar cobraban del orden de 127.000 y 200.000 euros anuales respectivamente por sus cargos. Por su parte, Coscubiela tenía derecho a una dieta de 900 euros por reunión, lo que representaba unos 11.000 euros al año. El sindicalista, que fue diputado de Iniciativa per Catalunya-Verds en el Congreso y posteriormente portavoz de Catalunya Sí que es Pot en el Parlament de Catalunya, ha sostenido siempre que no ha cobrado un solo euro de su paso por Endesa puesto que dicha remuneración iba a parar directamente a Comisiones Obreras.
Así lo confirman desde CC.OO.: “Las dietas se cobraban directamente en la cuenta de la sección sindical y estaban sujetas a retención fiscal. El código ético no permite cobrar a nuestros miembros cuando se está actuando como representantes de los trabajadores”, explica Montse Ros, responsable de Comunicación y Finanzas de CCOO Catalunya, quien asegura que cuando una compañía no acepta estas condiciones suelen renunciar a las dietas.
Expolíticos, empresarios y algún sindicalista
Pero, ¿qué eran los Consejos Asesores? Estos órganos de carácter consultivo se empezaron a constituir en los años 90 en los territorios de implantación histórica de la energética –Islas Canarias, Andalucía y Extremadura, Catalunya, Aragón y las Islas Baleares–. Es decir, en zonas donde habían estado emplazadas compañías eléctricas que luego fueron absorbidas por Endesa. Estos entes estaban integrados por expolíticos, sindicalistas, empresarios y otros representantes de la sociedad civil elegidos por el Consejo de Administración de la eléctrica.
El de Catalunya ha sido el más conocido debido a los miembros que lo integraban. El órgano regional estuvo presidido por el catedrático de Política Económica Antón Costas desde 2005 hasta 2011, año en el que fue sustituido por el exportavoz de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) David Madí.
Este último no ha sido el único expolítico que ha pasado por el Consejo Asesor de Endesa, cuyas sillas han estado ocupadas por otros nombres como el de Joan Majó, exministro socialista de Industria y Energía con Felipe González; Joan Hortalà, exconsejero de Industria y Energía con Jordi Pujol, ex secretario general de Esquerra Republicana de Catalunya y catedrático de Teoría Económica; Germà Bel, exdiputado socialista en el Congreso y, tras su salida del órgano de Endesa, diputado del partido independentista Junts Pel Sí; o Albert Mitjà, ex director general de Energía y Minas de la Generalitat.
La mayoría de ellos compartieron lugar en el Consejo Asesor con sindicalistas tanto de Comisiones Obreras como de la Unión General de Trabajadores (UGT). Al igual que Coscubiela, José María Álvarez (UGT) también formaba parte del organismo regional de la eléctrica desde 2005, momento en el cual se encontraba al frente del sindicato en Catalunya.
Tras ser elegido secretario general de UGT en todo el país en 2016, Álvarez aseguró que dejaría el Consejo Asesor cuando abandonara “formalmente la secretaría general de UGT en Cataluña” puesto que, según su versión, la silla en el organismo de la energética estaba ligada al cargo de máximo mandatario del sindicado en esta comunidad autónoma, sin posibilidad de ser delegado en otro miembro.
Coscubiela, por su parte, siempre ha sostenido que actuaba “en representación y en nombre de CCOO”, pero sin que el cargo recayese obligatoriamente en la secretaría general. Tanto es así que el sindicalista se mantuvo en el organismo asesor varios años después de abandonar el cargo en Comisiones Obreras. “Esto fue una decisión personal del por entonces presidente del Consejo Asesor”, explica Montse Ros.
A preguntas de lamarea.com, Coscubiela asegura que, a diferencia del comité de empresa, CCOO y UGT lo que hacían era representar “en un espacio más amplio, en el socio-económico, a todas las personas trabajadoras de Catalunya”. En 2011 acabó siendo sustituido por Joan Carles Gallego, en esos momentos secretario general de CCOO en Catalunya y, posteriormente, número dos de Catalunya En Comú (CEC).
Fuentes consultadas por este medio difieren de esa explicación al señalar que un consejo de este tipo, por su propia dinámica, no es un órgano representativo y, por tanto, sus miembros no representan a nadie. El ex secretario general de CCOO reconoce la falta de capacidad ejecutiva del ente aunque defiende que la manera de representar a CCOO consistía en “trasladar propuestas o emitir opinión”: “Una de ellas se produjo con un incremento de accidentes graves y mortales de trabajadores de empresas contratistas. Nuestra intervención consistió en exigir un cambio en la política de contratación de la empresa”, asegura.
Lamarea.com ha tratado de conocer más detalles de estos Consejos Asesores de Endesa, pero la compañía ha evitado dar más información al considerar que hace ya varios años que fueron disueltos. A través de su página web o de sus memorias anuales tampoco es posible obtener otros datos relevantes.
“Ahí un sindicato no pinta nada”
No todos los sindicatos creen que participar en este tipo de organismos sea beneficioso para los trabajadores. Desde la Confederación General de Trabajadores (CGT) definen al Consejo Asesor de Endesa como un “comedero de cargos políticos y sindicales” que, en su opinión, servía para establecer “buenas relaciones” con las personas que lo integraban.
Desde CGT critican la arbitrariedad que reinaba a la hora de determinar qué miembros integran este tipo de ente empresarial: “El reglamento lo elabora la empresa en función de lo que ella quiera, pero no hay un corpus jurídico. Puede, por ejemplo, establecer un mínimo de representación para evitar que otros sindicatos que no sean CCOO o UGT estén allí. Las normas se hacen a medida”, explican.
Los anarcosindicalistas consideran que, aunque ellos hubieran tenido la oportunidad de entrar a formar parte del órgano asesor, lo más probable es que hubiesen dicho que no: “No es un sitio donde se hable de temas laborales sino un lobby entre los poderes económicos. Y ahí un sindicato no pinta nada”, defienden. Ante esto, sostienen que “lo que no puede decir Coscubiela es que era inevitable estar ahí, porque no es así. Eso es algo optativo y cada sección sindical establece si participa o no”.
En unos términos similares se expresan desde la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). El secretario general del sindicato para Catalunya e Islas Baleares, Toni Soler –que nada tiene que ver con el presentador de TV3–, asegura que desde su formación no hubiesen participado de dicho Consejo Asesor puesto que eso habría implicado “hacer muchas concesiones”. “La cogestión empresarial solo es buena para la empresa, y de ahí poco pueden sacar los trabajadores. Estar ahí no es el papel de un sindicato y a mí me parece más un caso de puertas giratorias”, defiende Soler.
El catalán era el único Consejo Asesor de Endesa en el que participaban representantes sindicales. En los organismos regionales de comunidades como Aragón, Andalucía y Extremadura, Baleares o Canarias la mayor parte de las sillas estaban ocupadas por empresarios, cargos de las patronales, expolíticos o profesores universitarios.
En 2017, Endesa puso punto final a estos órganos consultivos durante el mandato de Borja Prado al frente de la eléctrica y después de que el Consejo de Administración considerase que habían dejado de tener valor. De acuerdo con una información publicada por El Confidencial, desde el Consejo de Administración consideraban que este tipo de entes contribuían a acrecentar la “percepción social sobre la relación clientelar entre las principales empresas del sector y los distintos partidos políticos a lo largo de las dos últimas décadas, lo que se oficializaba mediante las llamadas puertas giratorias”.
