Centenares de estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) aún no han obtenido sus calificaciones definitivas, una situación que dificulta la matriculación para el siguiente curso y puede restarles competitividad frente a otras universidades a la hora de postularse como admisibles en un posgrado o doctorado.
Según el catedrático de Historia Antigua Carlos González, el Rectorado no ha querido ceder en la solución de este conflicto: “Todo empieza cuando nos obligan a cargar las calificaciones mediante firma digital, algo que ya se estaba implantando en la UCM pero que muchos docentes no habíamos podido llevar a cabo. Ahora, con unas instrucciones nada claras, he perdido más de diez horas intentando subir las notas de mis alumnos, sin llegarlo a conseguir. Parece que el sistema se ha caído, y eso que estaban siendo los jefes de departamento los encargados de cargar las actas en la plataforma”.
Este profesor de la Facultad de Geografía e Historia de la Complutense constató que el problema no es aislado. Docentes de Filología le confirmaron que muchos de ellos tampoco han podido subir las actas. Y en Medicina, el profesorado también se ha encontrado con algunos problemas para efectuar la subida de las calificaciones. “Si nos hubieran permitido firmar a mano, como siempre hemos hecho, no habría tantos problemas. Lo que no se puede hacer es implementar un sistema nuevo sin testarlo antes y sin alternativas por si da problemas”, agrega González.
Concretamente, este docente imparte cuatro asignaturas con un número de estudiantes muy variado, desde la docena hasta los ochenta, “pero hay otras con más de cien, así que por una simple regla de tres tienen que ser centenares los alumnos perjudicados”.
“Esto es un desastre”
La controversia se materializa en las dificultades que el estudiantado está encontrando apenas horas antes de comenzar la matriculación del curso siguiente. En el caso de Geografía e Historia, las actas tendrían que haber estado cerradas el 15 de julio, un hecho que no se corresponde con la realidad, pues, a fecha de 22 de julio, a decenas de estudiantes aún no les aparecen las calificaciones definitivas de algunas de sus asignaturas.
El personal docente, al menos el de esa facultad, lo veía venir: “En torno a un tercio de los profesores mostramos nuestra desavenencia con el sistema implantado”, asegura el catedrático. Como solución, serían los jefes de departamento quienes subirían a mano las actas de todos y cada uno de sus profesores, explica el propio afectado, que añade que hay departamentos con más de 130 docentes. Pero tampoco fue posible. El sistema se cayó. “Esto es un desastre e indigno de una universidad como la Complutense”, denuncia González.
El estudiantado, el gran afectado
Manuel Rendón, estudiante de Historia, expone su caso: “A mí me falta la nota definitiva de una asignatura, una semana después de que se cerraran las actas y un día antes de que empiece el periodo de matriculación, y eso que me consta que nuestro profesor sí ha entregado las calificaciones. Nos dijeron que no estaban funcionando las firmas electrónicas”.
“También hemos sabido que un director de departamento ha tenido que ir subiendo todas y cada una de las calificaciones de uno de nuestros profesores que no lo podía hacer mediante firma digital, así que ha tenido que ser un currazo enorme porque hay clases en las que superamos los cien alumnos”, continúa Rendón. De hecho, este es uno de los factores que algunos profesores explicitaron al secretario y decano de Geografía e Historia: “Hicimos constar que, como medida de urgencia, no veíamos mal que fuesen los jefes de departamento quienes subieran las notas, pero explicitando que el sistema nos parecía una chapuza y que no veíamos bien que se sobrecargara a nuestros compañeros directores de departamento con competencias que no son las suyas”, en los propios términos del catedrático.
Desde la perspectiva de Rendón, como estudiante afectado, la UCM debería alargar los plazos de matriculación en el caso de los grados universitarios, así como tener un poco de “comprensión” en cuanto a másteres y doctorados. Leonardo Melo, representante en Geografía e Historia y miembro del Frente de Estudiantes, sostiene que se dirigirán al rector, si es necesario, para que se cumpla su derecho a recibir las calificaciones a tiempo. «Utilizaremos todas las herramientas que sean necesarias”, incide el representante estudiantil.
Asimismo, Melo realiza “un llamamiento a todo el estudiantado de la UCM para que denuncien si no están obteniendo las calificaciones a tiempo, ya que no es algo particular de una facultad, sino una prueba más del deterioro de las universidades públicas en España”. El catedrático González también comparte este parecer: “Una universidad como la Complutense no se merece que se implemente una sistema de firma digital tan defectuoso como este, así que ahora tienen que tomar una solución definitiva porque si no en septiembre volverá a suceder lo mismo”.
La UCM tranquiliza al alumnado
La vicerrectora de estudiantes en la UCM, Rosa de la Fuente, hace un llamamiento a la tranquilidad: “El sistema de firmas de actas digital se lleva implantando desde hace dos años, pero con la pandemia ha pasado a ser obligatorio ya que la mayor parte de las secretarías de las facultades siguen trabajando en remoto, por lo que no pudimos atender a la demanda de algunos docentes de volver a la firma de las actas en papel”. No niega que se hayan dado algunos incidentes durante el proceso, aunque también confirma que se están intentando solucionar con la mayor celeridad posible, como la caída de la plataforma de firma digital durante 48 horas.
Respecto al estudiantado, la vicerrectora asegura que las facultades que se hayan visto afectadas por el incidente reprogramarán los periodos de matriculación, y tranquiliza a aquellos estudiantes que estén pensando en matricularse en un máster: “No tienen de qué preocuparse, pues en el distrito único de Madrid hemos llegado a un acuerdo para que todos los certificados de titulaciones oficiales se puedan entregar hasta finales de año”.
Desde su punto de vista, este es uno de los últimos escollos que habrá que superar para que todo vuelva, lo máximo que se pueda, a la normalidad prepandémica. “Estamos haciendo un gran esfuerzo en todas las secretarias de las facultades, en donde la mayoría del personal de administración y servicios aún teletrabaja. No se trata de un enfrentamiento entre unos y otros, simplemente son problemas que surgen en condiciones extraordinarias”, concluye la vicerrectora.