Jordi Muñoz: “Las personas mayores han sido las más afectadas por la pandemia y no hay manifestaciones en la calle”

Hace ya muchos años que visité una residencia para ancianos por primera vez, una residencia elegante y muy bien cobrada. Desde entonces he ido envejeciendo, como todos los que están vivos, y cada día estoy mas convencida que no voy a ir a una residencia. Se que es mi elección personal, pero no quiero vivir dependiendo de personas que lo tienen como un medio de lucro, con personal mal pagado, consecuencia de que es un negocio para los dueños, consecuencia de que nos hemos transformado en una sociedad «liberal» que permite que todo sea un medio de ganar con el capital. He tenido la esperanza que se apruebe una ley de eutanasia para solucionarlo, pero resulta que los congresales de España no la aprueban para que yo pueda hacer uso de ese derecho, pero si lo aceptan de manera ilegal cuando han olvidado su responsabilidad en que la sanidad alcance para los mayores en una situación de epidemia, porque el capital no alcanzaba para cubrir esa necesidad en caso de emergencia. Entonces, si obligan a que los médicos ejerzan su elección de quién muere y quién no, eso es eutanasia ilegal. También han debido aplicarlo con enfermos de cáncer que quizás no tienen muchas esperanzas de vida en estos momentos, pero quizás necesiten vivir lo que les queda de vida. Hay que llamar las cosas por su nombre, y los que están en contra de la eutanasia legal, obispos, partidos que dicen defender la vida, no dicen nada contra la eutanasia ilegal que se ha hecho en España.

Estoy de acuerdo con Arroyoclaro, mientras la vida continúa las personas mayores deben de tener los mismos derechos de igualdad que el resto, tanto asistencial y humano. Yo soy una pensionista de 74 años, vital, pero no sé lo que me deparará el futuro. Soy hija de la posguerra, hija de trabajadores, y me entere de la guerra civil a los trece años, y de las represalias y muertos familiares. Con 14 años trabaje 48 horas semanales, para pagar mis estudios, y al salir me metía en una academia, y me acostaba con los libros. Viví 5 años en Londres trabajando y estudiando. He vivido la transformación española y colaborado, así como toda mi generacion, aportando políticamente y transformando el país que había dejado Franco, con ideas y con toda nuestra modernidad, y movimientos políticos, culturales y trabajando con dos hijos, y diría, que quizá con mayor responsabilidad que las generaciones venideras, por quienes hoy defendemos sus futuras pensiones y los derechos fundamentales.