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Marcela Lagarde:“Es misógino acusar a las feministas de una pandemia mundial”

La antropóloga feminista habla desde su confinamiento en México, donde el coronavirus ya se ha cobrado más de 12.500 vidas y también donde cada día diez mujeres son asesinadas.

Comentarios
  1. Durante el confinamiento (del 14 de marzo al 31 de mayo) han aumentado las llamadas la 016 un 41,4% respecto al mismo período del año pasado. Es un dato relevante, a tener en cuenta para actuar y para no frivolizar ni menospreciar la violencia de género con discursos machistas y antifeministas que provocan más violencia, de todo tipo, hacia las mujeres, de todas las edades y posiciones sociales. Se alienta a las manadas, a los pederastas, a los asesinos, a los maltratadores y este aliento, desde la tribuna del Congreso y Senado, llena hasta los tribunales, donde los jueces se hacen eco.

    No son todos los políticos, no son todos los jueces, no son todos los policías, no son todos los curas!!!

    Algunas mujeres han iteriorizado el miedo como parte de su cuerpo, especialmente de su cabeza. No lo sueltan, se sentirían inseguras e indefensas. Ironías de la vida! El miedo las mantiene alerta, veinticuatro horas, les indica cuándo moverse, qué decir, cómo vestirse, a dónde ir, qué cocinar, qué programa ver en la tele, cuándo ver a sus hijas e hijos, a qué hora ir a la cama o levantarse cada mañana, si pueden tener móvil y cuánto usarlo, cuánto dinero manejar y en qué gastarlo, las veces que puede hablar con las vecinas y con amigas y familiares, el tiempo de sentarse en el sofá, las veces que ha de ser violada, insultada, vejada…cada segundo de estas mujeres está presidido por el miedo. Ni si quiera hay pensamientos al margen del miedo. No son sin miedo.

    Los trabajos, en cualquier ámbito, son también lugares de acoso a las mujeres, quienes en muchas ocasiones son las únicas de casa que pueden trabajar en esta crisis de pandemia mundial. Las condiciones laborales precarias, suponen situaciones de explotación no solo laboral.

    Se demuestra que en época de crisis afloran otras crisis diferentes a la mayoritaria, que ya estaban previamente y que se agudizan ante las novedades, en este caso de salud. Así sucede con la Violencia de Género. Era muy grave antes del virus, lo está siendo durante el estado de alarma y, me temo, que seguirá siéndolo después. Estar en casa supone permanecer más tiempo en riesgos de sufrir violencia, por lo tanto de aumentar las palizas, los insultos, las violaciones, los accidentes caseros y el auge de enfermedades mentales relacionada con este estado de presión constante.

    En el análisis de la situación, debemos atajar el machismo en todos los frentes, es un virus, ahora confinado, que ataca a muchas mujeres y las deja inanes porque no existen respiradores en las UCIs para recuperarlas o salvarlas. Las inversiones en políticas públicas de educación y prevención, así como de intervención en la violencia de género se hacen más que urgentes hoy.

    Los discursos machistas en tribunas públicas, incluyendo púlpitos y redes sociales, han de ser delito, tipificado por ley. Los programas de televisión que contengan machismos debe prohibirse, así como campañas publicitarias de todo tipo igualmente machistas. Las novedades educativas deben abordar esta realidad debidamente, desde las más elementales hasta las universitarias. Los centros de salud, las comisarías, los tribunales, los ayuntamientos y sus servicios públicos, todos los agentes sociales en sus respectivos ámbitos han de abordar esta lacra social que asesina y perjudica a la mitad de la población.

    No más frivolidades con este asunto!!

    lalechuzaendiciembre.blogspot.com

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