Economía

Una renta básica en la actual situación y más allá. De momento, gana la banca

Bru Laín, Daniel Raventós y Nuria Alabao escriben sobre una de las propuestas que han ganado fuerza durante la crisis de la COVID-19: la Renta Básica

Comentarios
  1. ¿Rescates? Sí, ¡pero para la gente y el planeta!
    Petición
    Hacemos un llamamiento a los líderes de la UE y de los Estados miembros para que afronten esta crisis sin precedentes provocada por la pandemia COVID-19 con solidaridad, valentía e innovación.

    No queremos que se vuelva a la normalidad, a un modelo económico que ha exacerbado las desigualdades sociales, ha puesto en peligro nuestra salud y ha llevado al clima y a la naturaleza de nuestro planeta al borde del colapso. Por el contrario, es el momento de hacer que nuestras economías sean más sostenibles, más justas y más resistentes a las futuras crisis de manera rápida y radical.

    Exigimos el establecimiento del mayor programa de inversión sostenible que el mundo jamás haya visto, respaldado por todos los instrumentos financieros disponibles en la Unión Europea para financiar una recuperación que sea verde y justa.

    Este llamamiento se basa en una declaración firmada por las principales ONG ambientales de Europa [1].
    Apoya la petición:
    https://act.wemove.eu/campaigns/rescate-sostenible?utm_source=civimail-30003&utm_medium=email&utm_campaign=20200423_ES

  2. …Monseñor Argüello acaba de manifestar en nombre de la Conferencia Episcopal Española el sentir de los Obispos sobre la renta mínima vital planteada por el actual gobierno de España aludiendo que la citada renta «no debe ser de forma permanente» pues considera que esta renta podría retirar del horizonte de las personas pensar en realizar un trabajo y provocar que «grupos amplios de ciudadanos acabasen viviendo de manera subsidiaria» añadiendo que la supuesta renta básica «no debería ser una coartada para una especie de subsidio permanente».
    Ante estas declaraciones muy desafortunadas e inoportunas hay que aclararle a Mosén Argüello que predique con el ejemplo. La Iglesia católica española recibe cada año 11.000 millones de euros del Estado español de manera “subsidiaria” para sueldos de Obispos y sacerdotes, capellanes en hospitales públicos, cuerpo castrense, enseñanza concertada etc. Mantienen otro “privilegio subsidiario del Estado» en la casilla de la renta para obtener un 0,7% de la atribución tributaria o para fines sociales casi siempre unidos a los designios de la ICAR.
    Es francamente difícil de entender el posicionamiento de la Jerarquía católica en este país, blindados por unos acuerdos Concordares que superan los límites de la soberanía nacional en cuanto a privilegios y “subsidios” del Estado y que ahora – precisamente ahora – opinan de manera tan gentil y tan alegre sobre los “subsidios” para otros….
    (Jorge García)
    https://arainfo.org/monsenor-ya-tiene-su-subsidio/#.Xp_lpuAd010.twitter

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