Opinión

¿Quién me protege? Una teoría de la desconfianza

Tras el agotamiento del pacto de convivencia de las últimas décadas, la autora analiza cómo forjar uno nuevo y que papel puede jugar la confianza.

Comentarios
  1. NO DEJAR QUE OTROS NOS HAGAN EL MUNDO, ahí, ahí has dado…de éso se trata.
    Confiamos demasiado en lo que nos dijeron y repitieron los nuevos profetas (Reagan/Thatcher, Fukuyamas, y un largo ect.) tal vez por no saber pensar y sacar conclusiones por nosotrxs mismxs y acabamos estafadxs y sin levantar cabeza, por creerles, por creer que no había alternativa al capitalismo, que el capitalismo era el camino…
    Nos dejamos engañar una y otra vez…
    Sospecho que los malvados de arriba nos quieren confundir hasta trastornarnos.
    ***
    Se dice que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer; pero cuidado, que también sucede a la inversa: detrás de un mal nacido hay una mujer de su misma condición.
    ***
    …»desde nuestra perspectiva, solo la confrontación con el Estado nos permite además plantear alternativas a nivel económico. En el marco de la monarquía parlamentaria del Estado, por su propia génesis –y eso requeriría de mucho más espacio para ser analizado-, hay pocas opciones de gestar un sistema económico más justo, que genere menos desigualdades. Es por tanto importante nuestra alianza con las izquierdas de ámbito estatal, que muchas veces han tenido una posición, a nuestro entender, muy centralista: no os vayáis del Estado y ayudadnos a construir uno más de izquierdas. Nuestra respuesta siempre era: ayudadnos con la república, que es la mejor manera de democratizar el Estado y sentar unas bases que permitan, a su vez, generar otros marcos económicos que el sistema actual no permite.
    …nosotrxs no luchamos por establecer un nuevo marco territorial. Nosotrxs queremos contribuir a un mundo más justo, queremos poner la vida en el centro y deseamos establecer marcos jurídico-políticos que respondan a las necesidades de las mayorías y no de las elites. Nada de esto es posible en el seno del Estado español, desgraciadamente, porque la pulsión hacia el autoritarismo está aún demasiado presente. La república catalana no sé si sería feminista, por ejemplo, pero sé que como mínimo un proceso constituyente para definir las bases constitucionales desde una perspectiva de género sería posible. Es ya mucho más de lo que tenemos y es algo a lo que no podemos ni debemos renunciar.
    25/02/2019, Anna Gabriel (C.U.P.)
    https://vientosur.info/spip.php?article14627

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