DANIEL ARAGAY (ESTOCOLMO) // Como manda la tradición, Suecia celebra cada cuatro años sus triples elecciones: municipales, regionales y estatales. Desde el 22 de agosto hasta el 9 de septiembre, más de 7 millones de suecos están llamados a las urnas. También por estas fechas, los medios españoles y de otros países publican especiales sobre estos comicios, algunos más acertados que otros, pero gran parte de ellos parten de una premisa que para un servidor es un tanto baladí: comparar la política sueca con la española.
Como introducción, enumeraré los partidos más representativos que actualmente se presentan en estas elecciones:
- En el bloque de centro izquierdas / izquierdas tenemos:
- Socialdemokraterna (Partido Socialdemócrata)
- Miljöpartiet (MP) – (Partido Verde)
- Vänsterpartiet (V) – (Partido de Izquierda)
- En el bloque centro derecha tenemos el grupo llamado Alliansen (Alianza) formado por:
- Nya Moderaterna (Partido Moderado)
- Center Partiet (Partido Centrista)
- Liberalerna (L) – Partido Liberal
- Kristdemokraterna (KD) – Partido Democristiano
Y más a la derecha, tenemos a un partido que en las pasadas elecciones contó con una inesperada presencia en el Riksdag (Parlamento sueco), consiguiendo un 12,9% de los votos, un partido abiertamente en contra de la inmigración y muy crítico con las políticas tanto de la derecha moderada como de la izquierda. Hablamos de la Sverige Demokraterna (Demócratas Suecos, SD por sus siglas en sueco).
Los partidos que formaron gobierno en las pasadas elecciones fueron los del bloque Rödgröna (rojo-verdes), con un 43,62% de los votos, seguidos de La Alianza, que obtuvo el 39,42%.
Sería fácil comparar a los socialdemócratas suecos con los del PSOE, al Partido Moderado con el Partido Popular, o al partido de los Demócratas Suecos con Ciudadanos, pero no siempre lo fácil es correcto. En este caso, hay que tener presente que la política sueca no cuenta con un elemento que hace que la política española difiera a la nórdica: en España persisten los signos de una dictadura marcadamente católica y apostólica que duró 40 años, mientras que en Suecia los distintos debates, desde el matrimonio igualitario hasta la igualdad de género, no forman parte central de ningún programa electoral porque se da por asumido que son libertades y derechos que forman parte de la cultura occidental del siglo XXI.
En lo que respecta a estas elecciones, y según los últimos sondeos, el grupo rojo-verde caería en intención de voto pero quedaría por encima de La Alianza. Por otro lado, la extrema derecha (Demócratas Suecos) subiría del 12,9% al 17,7%, por detrás del veterano Partido Socialdemócrata, que lograría un 25,5%, seguido muy cerca por el Partido Moderado, que conseguirían un 17,8%.
Gran parte del éxito que están experimentando los Demócratas Suecos (extrema derecha) no ha sido a causa de incendiar aun más su ideología, sino todo lo contrario. Su máximo representante, Jimmie Åkesson, ha moderado enormemente la imagen de su partido en estos últimos cuatro años. También ha sabido convencer a los votantes sobre el estancamiento de los dos grandes bloques que le han dado la espalda durante esta pasada legislatura.
En esta ocasión, los grandes protagonistas de debate electoral son la inmigración y la seguridad, preocupaciones que la extrema derecha ha sabido trasladar a la calle y que han forzado al resto de partidos, tanto de izquierda como de derecha, a posicionarse en torno a «soluciones» conservadoras. A mi parecer, sobre estas nuevas políticas se ha reflexionado poco fuera de Suecia, haciendo que circulen en las redes sociales así como en webs de fake new informaciones falsas sobre agresiones por parte de inmigrantes, así como titulares amarillistas alarmando sobre la imposición de la Sharia o de las zonas “no go”, lugares con un alto porcentaje de población de origen extranjero en los que la policía no se atrevería a entrar. Estas noticias fueron divulgadas por la extrema derecha tanto en Suecia como en España. Para encontrarlas, tan sólo hay que buscar los cientos de tweets con las palabras clave “guerra civil Suecia”.
Es cierto que Suecia tiene un serio problema de seguridad, pero eso no significa que no se esté haciendo nada, tal y como predica la extrema derecha. Los programas electorales de todos los partidos le dedican a este tema una especial atención, y se han tomado medidas que van desde la ampliación del cuerpo policial hasta la puesta en marcha de programas de empleo para jóvenes con problemas de inserción social. Ni Suecia está al borde del colapso de la cultura occidental, ni está al borde de una guerra civil, como he leído en algún que otro titular. Para comprobarlo, basta con subir a un vuelo rumbo a Estocolmo y verlo en persona.
Para terminar, quisiera mencionar otros partidos que también se han presentado en estas selecciones:
- Feministiskt initiativ (Iniciativa Feminista, izquierdista)
- Piratpartiet (Partido Pirata, izquierdista)
- Alternativ för Sverige (Alternativa para Suecia, extrema derecha con posiciones más exageradas que el propio SD)
- Nordiska motståndsrörelsen (Movimiento de Resistencia Nórdico (neofascista)
De estos partidos hay que destacar Iniciativa Feminista estuvo a punto de entrar en el Riksdag, consiguiendo un 3,12% de votos (el mínimo para tener representación en el parlamentaria es del 4%). También cabe mencionar que el Partido Pirata quedó quinto en las elecciones europeas de 2009, obteniendo dos representantes en Bruselas.
Sin duda alguna, estas alecciones van a estar muy reñidas y será emocionante ver como se confeccionan los grupos y, sobretodo, qué pasará con la extrema derecha del SD. ¿Tenderán la mano desde la coalición conservadora Alliansen a la extrema derecha para formar gobierno?
Daniel Aragay nació en Terrassa (Barcelona) y vive en Suecia desde principios de 2010. Es creador de podcasts y productor multimedia en Estocolmo, retransmitiendo juntas municipales en un centenar de ayuntamientos suecos desde 2014.