Antiguas y nuevas razones de la Marea Verde

LA LOMCE DIVIDE A ESPAÑA
¡Ironías de la vida! De aquel “hay que españolizar a los catalanes” de Wert hemos pasado a que cada Comunidad Autónoma tenga un modelo educativo propio y cambiante.
No se estudia lo mismo en Extremadura que en Castilla La Mancha o que en Valencia. El porcentaje que manejan la Autonomías en materia de Educación es lo suficientemente flexible como para que en la Enseñanza Secundaria se estudien materias diferentes según qué Comunidad.
Mientras la LOMCE quita Historia de la Filosofía en 2º de bachillerato Cataluña, Baleares, Cantabria, Extremadura, Asturias, Murcia, Andalucía, Aragón, La Rioja, Valencia y Galicia la ponen. En algunos casos, cambian la LOMCE al estado anterior, asea a la LOE, así la mitad de la población estudiantil española estudiará filosofía y la otra mitad no.
Curiosamente hay Comunidades gobernadas por el PSOE que siguen fielmente los dictados de la LOMCE, aunque sus representantes en el Congreso de los Diputados, votaron, como el resto de partidos, en contra de dicha ley. Es el caso de Castilla La Mancha, gobernada por el PSOE y Podemos.
Como sucede con otras muchas leyes, el juego político surge a la hora de interpretarlas. Es en ese momento donde las ideologías hacen sus esfuerzos por quitar y poner aquellas materias que entienden más afines a lo es una buena educación, una conveniente y moderna educación pública. Toman decisiones políticas encaminadas a invertir en una ciudadanía con formación de calidad, educada en la autonomía y libertad personal, responsable del presente y futuro de cada región.
Resulta insultante que en la actualidad la mitad de España contribuya a formar a sus ciudadanas y ciudadanos en unos valores y la otra mitad en otros. Así el pensamiento crítico, racional, desmistificador, dialogante, lógico y antropológico que aporta estudiar Historia de la Filosofía es una referencia sólo para la mitad de la Educación Pública española.
Resulta desolador que los Derechos Humanos, la tolerancia, la libertad, la igualdad y la solidaridad sean valores éticos que estudia aquel estudiantado que opta por la no religión.
Estos dos ejemplos ponen de manifiesto el gravísimo error de mantener la LOMCE en vigor.
Una vez que el Pacto de Estado por la Educación se ha roto no tiene sentido mantener una ley educativa que rompe claramente al país por la mitad. No tiene sentido seguir con una ley que sólo apoyó un partido político, hoy sin mayoría, y que ninguno contribuyó a su redacción.
Entre los numerosos efectos perjudiciales que tiene la LOMCE para la educación pública hay que añadir este, que se consolida según pasan los años. No es sólo segregador porque unos estudiantes estarán formados en unos conocimientos y otros no sino porque a la hora de estudiar en la universidad tendrán más o menos opciones de entrar con una nota u otra en función de las materias que hayan cursado de las cuales se puedan examinar.
En este momento de ingobernabilidad educativa a nivel estatal han de ser las comunidades autónomas las que se hagan cargo del extraordinario valor de la educación pública y evitar los daños que acarrea seguir con la LOMCE. Además el Parlamento ha de ser responsable y hacer todo lo que esté en su mano para evitar que esta ley continúe por más cursos escolares. La derogación se exige inmediata. Es el momento de preparar el próximo curso, no lo desperdiciemos como estos dos anteriores que por estar a la espera del deseado pacto han supuesto esta indeseable división de la población.