Hora individual, acción colectiva
El pasado sábado, millones de personas en todo el mundo apagaron las luces para sumarse a la Hora del Planeta. La iniciativa de WWF pretende poner el foco sobre el cambio climático y otros problemas globales. A pesar de que el ahorro en energía que supone apagar la luz durante una hora (incluso aunque lo hagan decenas de millones de personas) es minúsculo, la ONG señala el simbolismo de la acción, que intenta fomentar un cambio en la cultura del consumo. WWF pidió a aquellos que se sumaron a la Hora del Planeta que hicieran una pequeña promesa de cambio en su modo de vida para influir positivamente en la salud del planeta.
La iniciativa, no obstante, no está exenta de críticas. Utilizada como plataforma publicitaria por grandes empresas y gobiernos (en España la apoyan oficialmente Inditex, RTVE, Prisa y EFE), la iniciativa pone énfasis en la acción individual, y no en la colectiva, algo que reconocen los propios organizadores. Además, otros críticos han indicado (en años anteriores) que la acción puede distraer de las verdaderas soluciones, haciendo aparecer el ahorro doméstico como clave para combatir el cambio climático.
Fecha límite para la estrategia europea
El Consejo Europeo ha ordenado a la Comisión Europea que prepare una documento detallando su estrategia a largo plazo para recortar emisiones hasta 2050. La Comisión tiene un año para preparar la estrategia: hasta el primer trimestre de 2019. El estudio debe ser una actualización de la hoja de ruta climática presentada en 2011. La UE tiene el compromiso, adquirido en el Acuerdo de París, de reducir en un 80% sus emisiones de CO2 para mediados de siglo. Activistas de la Red de Acción Climática (CAN) y Greenpeace han celebrado la noticia, aunque han instado a las autoridades de la Unión a que ejecuten las acciones y no se queden en promesas.
Dicho esto, Europa no va por el buen camino: Este año las emisiones han vuelto a crecer, y los líderes continentales siguen apostando fuerte por el gas fósil como combustible. Alemania, por ejemplo, concedió este martes los permisos que faltaban para la construcción del gasoducto Nord Stream 2, que conectará el norte de Alemania con el puerto de San Petersburgo, en Rusia. Mientras tanto, la Comisión sigue diciendo que el objetivo de gasoductos como el Corredor Sur o MidCat es ayudar a reducir la dependencia del gas ruso.
Versiones contradictorias
Ciudadanos ha pedido oficialmente al Ejecutivo que aclare los plazos de elaboración y presentación de la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética, después de que el ministro de Energía, Álvaro Nadal, afirmase la semana pasada en el hemiciclo que el texto no estará listo hasta que se apruebe la normativa europea. El problema es que los naranjas han advertido que la ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, indicó hace un mes que la ley ya estaba en fase de borrador.
Como las dos cosas son imposibles a la vez, parece claro que alguno de los dos ministros tendrá que retractarse.
Por otra parte, En Comú Podem ha pedido a Álvaro Nadal que explique por qué su ex jefe de gabinete, Ignacio Grangel, ha pasado a formar parte del Consejo de Administración de Enagás.
Un buen precedente
Un juez estadounidense ha dado la razón a un grupo de manifestantes que realizaron acciones de resistencia pacífica contra la construcción de un gasoducto, que se usará para transportar gas procedente de fracking. El caso comenzó hace un año, cuando alrededor de 200 activistas fueron detenidos al introducirse en la obra, en el estado de Massachusetts para impedir su avance. Varios de ellos fueron denunciados por allanamiento y alteración del orden público, de los cuales 13 han llegado a juicio.
Sin embargo, el tribunal ha estimado que los posibles efectos nocivos que implica la construcción del gasoducto, incluyendo el cambio climático, hacían de la desobediencia civil “una necesidad”. La necesidad legal es una estrategia jurídica contemplada en Estados Unidos, que justifica que a veces hay que cometer infracciones para evitar un mal mayor.
Y otra jueza, esta vez de Nueva York, ha rechazado la querella de Exxon contra los fiscales de los Estados de Nueva York y Massachusetts, que investigan la estrategia de desinformación climática de la petrolera.
Petróleo: Aquí no, pero allí sí
España ha cerrado oficialmente su único pozo de petróleo, en La Lora (Burgos), este martes. Según informó El Periódico de la Energía, la explotación llevaba parada un año desde que fuera denegada una prórroga a la empresa adjudicataria. Esto no significa que no pueda reabrirse la explotación si se celebra un nuevo concurso.
El mismo medio informaba, también el martes, de que Repsol y Cepsa han obtenido permisos exploratorios para extraer hidrocarburos en aguas mexicanas. Y ACS, a través de su filial brasileña, acudió este jueves a la subasta de lotes para explotación de petróleo submarino.
