Querido rey:
Hace mucho tiempo que no escribimos una carta a los reyes. Así que, en primer lugar, disculpadnos si véis algún fallo –tipo plural mayestático–, propio de personas desentrenadas. O descreídas, como vuestra majestad prefiera.
Como no todos los días se cumplen 50 años, hemos considerado oportuno hacerle un regalo. Nos ha aliviado mucho comprobar en el vídeo que ha difundido la Casa Real que tenéis una estupenda vajilla. Porque, aunque hubiera sido algo muy socorrido, no hubiéramos podido comprar una a vuestra altura. Nos quedan algunas agendas de la campaña de Navidad, con una frase de Virginia Woolf –“No hay barrera, cerradura ni cerrojo, que puedas imponer a la libertad de mi mente”– que seguro apreciáis mucho. Pero como tenéis quien os lleva la agenda –y os sirva la mesa–, igual no la necesitáis. “No, no, una agenda tampoco”, nos hemos dicho en La Marea.
En ese debate sobre qué le podíamos regalar, querido rey, apareció la Princesa de Asturias. Se trata de ese momento del vídeo en el que vuestra hija os dice, durante la grabación del discurso de Navidad, que parecéis una chica con tanto maquillaje. No sabemos si la Princesa de Asturias, vuestra sucesora, conoce el artículo de la Constitución que, aún hoy, en pleno siglo XXI, le impediría acceder al trono si naciera ahora un hermanito. El artículo 57.1 deja claro que lo de reinar, si hay un hombre por en medio, no es cosa de chicas. Pero, querido rey, perdonadnos. Que nos vamos por las ramas. Estábamos hablando de vuestro regalo.
Al final, como os decíamos, fue la Princesa de Asturias la que nos dio la clave. Hablando de chicas, se nos vinieron a la cabeza los españoles, ciudadanos, amigos… y demás términos en masculino que usasteis en vuestro discurso de Navidad para hacer referencia a todos los españoles y todas las españolas. Y… ¡tachán! “¡El rey necesita como el comer un kit de lenguaje inclusivo!”, dijo una compañera. “¡Y además es un regalo útil!”, dijo un compañero. “¡Clarooooo, porque discursos da todos los años!”, añadió otra. “Esto lo va a usarrrrr seguro”, concluyó un cuarto. Y aquí está, querido rey, vuestro regalo.
Mirad, cuando al principio de vuestro último discurso navideño dijisteis: “Me dirijo a todos vosotros para felicitaros la Navidad”, deberíais haber dicho: “Me dirijo a todos vosotros y todas vosotras para felicitaros la Navidad”. Sabemos que hay muchos detractores y detractoras de esta fórmula. Pero como vuestra majestad es un hombre preparado, seguro que nos entiende. Se trata de combatir el discurso que perpetúa la discriminación hacia las mujeres. No es un capricho ni una moda ligada a lo “políticamente correcto”, sino una herramienta indispensable, querido rey.
No existe solo la fórmula del desdoblamiento, que, ciertamente, puede parecer cansina. Podéis usar también términos que incluyan a ambos sexos. Por ejemplo, cuando os referís a “los españoles”, querido rey, podríais sustituirlo por la palabra ciudadanía. Con nuestro kit de lenguaje inclusivo, quedaría así: “Ha sido un año en el que hemos comprobado el compromiso muy sentido, firme y sincero de [los españoles] la ciudadanía española con la España democrática que juntos [aquí ya no hace falta «y juntas», porque el efecto lo hemos conseguido con el anterior desdoblamiento] hemos construido”. Omitir o sustituir pronombres y artículos por formas no marcadas es otra opción que tenéis. Así, en vez de decir “Hace unos días, los ciudadanos de Cataluña han votado para elegir a sus representantes en el Parlament”, podríais decir: “Hace unos días, la población de Cataluña ha votado para elegir a [sus representantes en] quienes conformarán el Parlament”.
Al principio cuesta, querido rey. Lo sabemos. Porque incluso a quienes trabajamos para que ello no ocurra –os recomendamos la guía que hemos elaborado junto a Intermón Oxfam– se nos cuelan expresiones sexistas o no inclusivas. Pero luego, cuando estáis metido, sale del tirón. De hecho, vuestra majestad lo hace muy bien en algunos momentos. Por ejemplo, en esta frase, cuando os referís a personas: “Frente al terrorismo hemos conseguido hacer prevalecer la vida, la dignidad y la libertad de las personas con la fuerza de nuestras convicciones democráticas”. Hace años, vuestro padre seguramente hubiera dicho: la vida, la dignidad y la libertad de los hombres. Insistimos en todo ello porque queremos creer, como vuestra majestad señaló en su discurso, que “España es hoy una democracia madura” y que no habrá ningún problema para entender esto de lo que estamos hablando.
Dijisteis también, a propósito del empleo, que había que afrontar la desigualdad y las diferencias sociales, “sobre todo tras las consecuencias generadas por la reciente crisis económica, que tanto daño ha hecho a no pocas familias, y ha afectado tanto al futuro de muchos jóvenes”. ¿Veis? ¡Muy bien ese “familias”! Quitando el “no pocas”, esta parte no está mal. O no tan mal como eso que dijo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hace unos días sobre la brecha salarial: “No nos metamos en eso”. Pero aunque no está tan mal lo que dijisteis, querido rey, os sugerimos para la próxima que incidáis en el futuro de “muchas jóvenes”. Y más teniendo hijas como tenéis, a las que, como se ve en el vídeo, se les dan muy bien sus estudios y, en concreto, la tabla periódica. Según el Informe Mujeres Investigadoras CSIC, la proporción de mujeres disminuye al subir en la escala profesional. Perdonadnos, querido rey. Era solo un inciso.
Dijo vuestra majestad, además, que le avergüenza e indigna la violencia de género, “una lacra inadmisible que nos hiere en nuestros sentimientos más profundos”, una “violencia criminal y cobarde”. Y eso está muy bien dicho, querido rey. Pero que muy bien dicho. Aunque igual sería mejor cambiar el término cobarde por delictiva. Y usar problema social mejor que “lacra”, que, según la RAE, es una secuela o señal de una enfermedad o achaque, en su primera acepción. La violencia machista, como sabeis, no es una enfermedad. Pero hoy es vuestro cumpleaños y tampoco queremos agobiarle. Poco a poco. Tenemos también otros packs y cursos de estereotipos e imágenes que podrían servir a vuestra majestad para sus próximos vídeos de cumpleaños. Esperamos que le guste nuestro kit de lenguaje inclusivo. Para vajillas no tenemos. Esto es solo un detallito.
¡Muchísimas felicidades, querido rey!