Opinión

Contra la bandera, contra la patria

"La vuelta al espacio simbólico y emocional de la patria es ya un reconocimiento de derrota, la aceptación de que no somos capaces de ofrecer una alternativa, un proyecto que ilusione a los ciudadanos".

Comentarios
  1. https://www.ara.cat/politica/lluiten-Catalunya-que-Espanya-xirigota-cadis-conil_0_1945605551.html

    …Y qué desgracia
    que te falte patriotismo
    para salir y echarle huevos
    a un gobierno sinvergüenza
    que está hundiendo en la miseria
    a tantísimos obreros.
    Mas tú adelante,
    sigue agitando banderitas incansable
    por la unidad del territorio de tu España
    aunque tu España siga rumiando su hambre.
    Pero qué pena,
    españolito, que esa rabia
    no te dio de igual manera,
    por toda esa gente joven,
    exiliados españoles
    que cruzaron la frontera.

  2. Y si la solidaridad nos la quitó el oenegismo, nos queda el apoyo mutuo.

    El patriotismo de Podemos era defendido porque servía para ganar. Pero resulta que cuando el tema de las patrias está en el centro, van par abajo. Aquí se explica bien por qué. Fantástico artículo.

  3. En tiempos de moda de lo bonito del orgullo de la banderita resulta muy gratificante encontrar un pensamiento tan centrado y orientador de lo que deben ser los principios de una política de izquierda, hoy tan desnortada. A pesar de que le salgan casposos críticos como ya salieron entre los comentarios, es un sólido lugar desde dónde resistir ante la mediocridad imperante y imperialista.

    • Le agradecería que rebatiera mis comentarios, con respecto a lo de casposo no le permito ni a usted ni a nadie que me falte al respeto.

  4. Si solidarios ya somos. Somos país líder en donaciones de órganos, en el hospital en que trabajo hay 50 incubadoras, 42 ocupadas por extranjeras que siguen la política de «si el feto tiene un problema, autobús y a España», porque aquí la sanidad es gratuita y universal para mujeres y niños hasta los 18, y no, al revés que países como Canadá aquí no los expulsamos porque hayan cometido un delito. Enviamos a nuestros mejores cerebros a Europa y al mundo después de haber asumido el coste de formarlos, así de solidarios somos. Ahora cuéntele usted a los jóvenes, que no viven en la dicotomía franquista de «patria caca paraíso socialista bueno», que sufren un problema de paro que les afecta en un 50% y que viven en un país que no tiene infraestructura para ocupar ni al 30% de sus universitarios que el problema es de «solidaridad». Mientras la izquierda no tenga una propuesta para un país con un paro estructural que oscila entre el 15 y el 25% y que proponga que no pasa nada por plantearnos la división del territorio nacional, permitiendo que se independice una parte del territorio donde Borbones y Franco pusieron parte de la riqueza de todos, mal vamos.

    • El problema que veo con sus dos comentarios es que sigue entendiendo la solidaridad como una especie de caridad colectiva, en la que en efecto no puede participar quien está en condiciones económicas precarias.
      En el artículo intentaba aclarar que no me refiero a esa versión de lo solidario, sino más bien a una que consiste en entender los problemas y las reivindicaciones del otro e integrarlas en las mías; por ejemplo, para luchar contra las imposiciones del mercado, los intereses de un desempleado, de un trabajador precario, de muchas mujeres que se ven discriminadas salarialmente, de inmigrantes, de jubilados, de estudiantes, etc. pueden descubrir formas de acción política que integre buena parte de sus intereses. Pero no se trata sólo de actuar contra algo, sino de descubrir propuestas políticas para modelar nuestra sociedad que tengan en cuenta todas esas necesidades convergentes y se planteen objetivos a largo plazo.
      Su propuesta de pacto de derecha e izquierda me parece que sólo puede tener sentido en una situación de crisis que ponga en peligro los intereses de ambos; si no, esos intereses son tan divergentes que no pueden funcionar a la larga. Y yo hablo de una perspectiva a largo plazo, de devolver a la izquierda un discurso y un plan propios.
      Saludos.

      • Sin actitud. De veras cree que la simple creencia en la «solidaridad mundial» va a solucionar los problemas actuales?. Si propone un Estado mundial está fuera de la realidad. Ya lo intentaba el Cristianismo y miré donde rstamos.La unidad de pensamiento fíjese a lo que conduce.

        • No, hombre, no. ¿De dónde se saca que propongo un Estado mundial? Una cosa es la colaboración con otros grupos, partidos, países en fines comunes y otra el delirio del Estado mundial. No veo por qué no vamos a poder prever una colaboración entre grupos de interés transfronterizo, que ya se hace, con otros fines, en multitud de instituciones internacionales. Ni abogo en ningún sitio, me parece a mí, por la unidad de pensamiento. Creo que está proyectando sobre mi artículo ideas que no están en él. Saludos.

  5. Ya, o sea que después de una crisis brutal, en un país que sigue siendo de servicios, usted propone la solidaridad como valor. Y no sería mejor recuperar el asociacionismo para volver a configurar una infraestructura social que se destruyó en los ochenta a base de subvenciones? Por otro lado, pedir solidaridad a una familia en la que la mitad de sus miembros están en el paro y aunque encuentren trabajo, seguramente serán con salarios de risa. Yo creo que la izquierda y la derecha deben hacer un pacto para trazar políticas a largo plazo e incluir ahí políticas sociales dignas para los ciudadanos. La nación es indivisible porque así lo consensuamos los españoles en la Constitución, si se quiere poner esto en cuestión que vuelvan a preguntar a todos los españoles.

  6. Coincide sin que falte ni sobre nada con lo que yo pienso. El problema es como difundir este «relató colectivo» cuando está fuera del sentido común de la inmensa mayoría de la sociedad española. ¡Te ha salido un artículo redondo!

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