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Vergüenza ajena

"Siento que mi oficio camina por el precipicio y que sólo un milagro lo salvará de la hecatombe definitiva". Gervasio Sánchez reflexiona sobre la precariedad y la inestabilidad a la que se enfrentan los jóvenes para ejercer el periodismo.

Comentarios
  1. UNA PRENSA QUE NO VALE NADA. (Salvo excepciones entre las que se cuenta La Marea)
    La prensa en España ha estado siempre sujeta a los partidos políticos. También en Cataluña. Ya desde el siglo XIX se ataba un diario a un partido. Por si el hecho ya no era suficientemente grave, actualmente, fruto de la Transición y de la crisis económica que sufre el sector, la cosa ha empeorado notablemente. Ahora los medios son servidores del poder. Del gran poder económico y del poder político, que constituyen un entramado recursivo: el gran poder económico depende del gobierno y los ministros dependen del poder económico. Escasos diarios gozan de independencia. Es triste decirlo, pero el periodismo de los periódicos españoles y catalanes, o está comprado o ve limitada su libertad.
    UNA NUEVA PRENSA QUE NO AYUDA. Hace unas semanas The Economist dedicó su dossier semanal a los desafíos que representan para la democracia las llamadas redes sociales. Incluidos los diarios electrónicos. El informe no era optimista. Resulta que la proliferación de medios de opinión se ha constituido en una enorme trampa. Medios demasiado baratos de constituir y de explotar. Y impunidad total -imposible controlar el «libel». Hay diarios electrónicos que son serios, pocos, pero teniendo en cuenta lo que he mencionado sobre los orígenes de la prensa española en papel, es más que probable que en un país como el nuestro la mayoría de periódicos electrónicos sean nocivos. HASTA QUE LA POBLACION NO ENTIENDA QUE LA BUENA INFORMACION ES CARA Y HAY QUE PAGARLA, LA SITUACION SERA LA ACTUAL: MAS MENTIRAS E INEXACTITUDES QUE VERDADES.
    (Xavier Rog, ingeniero y escritor en «REFLEXIONANDO SOBRE LO OCURRIDO»).

  2. Conozco a esta persona de la que hablas, hace como medio estuvo en mi casa en Nairobi y me quedé impresionado por dos cosas. Por la madurez y autoridad con la que hablaba y por las condiciones laborales que me contó que vivía. Una vergüenza que tratemos así a los mejores.

  3. El sector está como está. Pero no nos engañemos, el periodismo profesional en España es una cueva de chaqueteros y chupópteros que se venden muy barato.

    Recuerdo muchos compañeros de master en la UCM que echaban pestes del PP pero que a la que podían acababan haciendo el master de ABC o trabajando de becarios de Urdaci.

    El único periodismo independiente hoy es el que se hace hoy de forma autónoma, a modo guerrilla. Si te pagan, no hay independencia. Bienvenidos al siglo XXI

  4. Es el fiel reflejo de una triste sociedad, que se ha olvidado premiar el esfuerzo a cambio de la mediocridad. Realmente lamentable, ¿que podemos hacer, para solucionarlo? Me pongo a la disposición de quien competa para aportar mi granito de arena.

  5. Pasa en España, pasa en Colombia, pasa en todos lados. Los medios pagan mal pero exigen inmediatez. Perdieron el norte por las necesidades del mercado. Y los consumidores de contenidos se volvieron perezosos porque cada vez valoran menos las historias a profundidad. Hay que seguir denunciando. Un abrazo y espero que tu viaje a Bogotá haya sido un éxito.

  6. Es un artículo impactante. Dice Gervasio: Siento que mi oficio camina por el precipicio ¿Sólo tu oficio? ¿No es la humanidad entera la que camina por el borde del precipicio? ¿Qué hacemos? ¿Nos limitamos a esperar el milagro? ¿Y si el milagro no llega? ¿No podíamos, por lo menos, gritar cuál es la situación? Lo que pasa es que gritar alertando del peligro ya lo hace bastante gente, desde el mundo de la ciencia hasta el papa Francisco, y realmente sirve para poco. La amenaza provoca miedo, encoge, paraliza. Es la esperanza la que moviliza. La esperanza en el mundo que podríamos construir lejos del precipicio. Un mundo que haya superado el hombre unidimensional y el egoísmo rastrero de la mentalidad capitalista. Un mundo satisfactorio para toda la humanidad.
    En cuanto a la protagonista del artículo, creo que ahora es realmente misionera. La crítica con la religión es lógica. Si yo creyera que el cristianismo es lo que dice el párroco de mi pueblo ¡apaga y vámonos! Pero creo que detrás de la religión, detrás de todas las religiones, está un espíritu que nos impulsa a ser misioneros de un mundo de justicia y fraternidad. Creo que esta muchacha ha respondido con total generosidad a ese impulso.

  7. Desde la ignorancia , solo decir que esta gente que sacrifica tanto en su vida por los demás… al dinar llegarán muy alto.

  8. La historia de esta periodista, con el prestigo de tu aval, Gervasio, para verificarla, descubre a una profesional muy valiosa, que merece una valiosa compensación. No para que viva dignamente. La razón es mucho más egoísta: para que sepamos mejor la verdad de nuestro mundo y no solo la imagen parcial y tendenciosa de las grandes agencias y televisiones.

    Deberíais replantearos ese anonimato. Creo que sería mejor para la profesión, para los responsables de medios; y para ella misma, que aparezca su nombre y apellidos.

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