El primer ministro Alexis Tsipras debe poner fin a la «política de contención» del gobierno griego de confinar a los solicitantes de asilo en las islas del Egeo, según piden en una carta abierta 18 organizaciones de derechos humanos y ayuda humanitaria, entre ellas Amnistía Internacional, Human Rights Watch, el Comité Internacional de Rescate, Oxfam Internacional, Aitima y el Consejo Noruego para los Refugiados.
Ante la llegada del invierno, la carta denuncia que miles de personas, incluidos niños muy pequeños, mujeres solteras o embarazadas y personas con discapacidades físicas, están atrapadas en condiciones pésimas. Forzar a los solicitantes de asilo a permanecer en condiciones que violan sus derechos y dañan su bienestar, salud y dignidad, no puede justificarse con la implementación del acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Turquía, según las organizaciones.
Desde la implementación de la Declaración UE-Turquía en marzo de 2016, las islas griegas de Lesbos, Quíos, Samos, Kos y Leros se han convertido en lugares de confinamiento indefinido. Miles de mujeres, hombres y niños están atrapados en condiciones deplorables y volátiles, y a muchos se les ha negado el acceso a procedimientos de asilo adecuados. Solicitantes de asilo que llegaron a las islas en los primeros días de la implementación del Acuerdo UE-Turquía llevan allí casi 19 meses.
El reciente aumento en la llegada de hombres, mujeres y niños ha incrementado la presión sobre los ya superpoblados centros de recepción e identificación, conocidos como ‘hotspots’. Las llegadas actuales siguen siendo comparativamente bastante bajas y deberían ser manejables para Grecia y, en un marco más amplio, para la UE, pero incluyen una cantidad significativa de mujeres y niños.
«Europa se niega a ofrecer condiciones humanas de acogida y dignidad a las personas necesitadas que llegan a nuestras costas. Las autoridades griegas y de la UE deberían transferir de inmediato inmigrantes a la Grecia continental en lugar de dejarlos atrapados en condiciones deplorables en las islas griegas», declaró Nicola Bay, jefe de la misión en Grecia de Oxfam, una de las organizaciones que firman la misiva.
La situación es particularmente crítica en Samos y Lesbos, donde más de 8,300 solicitantes de asilo y migrantes viven en instalaciones destinadas solo a 3.000. El reciente anuncio de que en las próximas semanas 2.000 solicitantes de asilo serán trasladados de las dos islas al continente es un avance positivo, dado que se trata de una medida de descongestión de emergencia. Pero no es suficiente para aliviar el hacinamiento de las instalaciones y no aborda de manera sostenible. Los problemas sistémicos en el origen de esta situación de emergencia, en concreto la política de contención.
Al aproximarse el tercer invierno desde que comenzaron las llegadas a gran escala a las islas, es evidente que las autoridades griegas no pueden satisfacer las necesidades básicas y proteger los derechos de los solicitantes de asilo mientras permanecen en las islas. «El acuerdo entre la UE y Turquía ya no debe utilizarse como pretexto para mantener a los solicitantes de asilo en condiciones inhumanas en las islas griegas. Es imperativo que el gobierno griego mueva urgentemente a la gente a la Grecia continental», destacó Irem Arf, investigador de migración de Amnistía Internacional. La aplicación de la declaración UE-Turquía ha sido citada por funcionarios de la UE y Grecia como una justificación para la política de contención.
Pero obligar a los solicitantes de asilo a permanecer en condiciones que violan sus derechos y son dañinos para su bienestar, salud y dignidad, no puede justificarse, según la carta de las organizaciones publicada hoy. «Grecia debería poner fin a su cruel política de atrapar a los solicitantes de asilo en las islas. La gente no debería verse obligada a sufrir otro invierno en tiendas sin calefacción y sin servicios adecuados», subrayó Eva Cossé, investigadora de Human Rights Watch.
Las organizaciones instan al primer ministro Tsipras a proteger los derechos humanos de los solicitantes de asilo atrapados en las islas poniendo fin a la política de contención. Deben ser transferidos al continente para que puedan recibir alojamiento y servicios adecuados para satisfacer sus necesidades y garantizar que sus solicitudes de asilo sean atendidas con justicia.