Política

El TC anula por unanimidad la ley del referéndum catalán del 1-0

El Gobierno niega que los dirigentes de ANC y Òmnium Cultural, en prisión sin fianza, sean presos políticos. Oleada de críticas contra el encarcelamiento de los dos líderes independentistas y numerosas concentraciones para exigir la liberación de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart.

Comentarios
  1. Fernándo López Agudín:
    «Que la derecha encarcele a demócratas está en su ADN. Sea civilizada o silvestre, extrema o centrista, es una práctica habitual de toda la derecha española. La historia lo indica meridianamente. Pierre Vilar señala que, desde 1814 a 1890, Cataluña estuvo 86 años bajo estados de excepción. De 1923 a 1977, padeció junto con España 44 años de dictadura. De 1931 a 1936, todo un bienio negro encabezado por el Jefe, como llamaban a Gil Robles, con las cárceles rebosantes de presos. Así y todo, descalificaban y descalifican como radicales a quienes se oponían y se oponen a este autoritarismo. Rajoy, por lo tanto, no puede ser más coherente e inteligente. Se ha buscado un cabo de varas, Pedro Sánchez, que le ayude como carcelero.
    Los Jordis no son más que el aperitivo de la cuerda de presos políticos que se avecina con la entrada en vigor del 155. Suspender las instituciones democráticas en Cataluña, porque niegan esa España centralista sumamente rentable para las élites corruptas madrileñas, nunca será un problema para la derecha; sí lo es y va a serlo mucho más para aquellas fuerzas que se reclaman de izquierdas como es el caso del PSOE.
    Hoy van de funcionarios de prisiones, mañana irán de delegados gubernativos de la Moncloa en Cataluña.
    Curioso destino el del PSOE con los catalanes. González los corrompió con Pujol, Zapatero los engañó con el Estatut y Sánchez conduce el furgón de Rajoy que los lleva a Soto del Real.

    • Que yo sepa a partir de 1978 no se metió en la cárcel a demócratas solo a terroristas que usaban la violencia como los de ETA y GAL. Se le dio una atonomia de gobierno a Cataluña, por eso teneis una generalitat, y si no lo aprovecháis pues evidentemente se os quitará hasta que salga alguien con dos dedos de frente en Cataluña que quiera asumir el mando de la generalitat sin querer separarse de España.

  2. Curioso, muy curioso eso del nacionalismo español. Aunque es sin duda el más fuerte, el más excluyente y el más irrespetuoso con los demás, se percibe a sí mismo como el agua: incoloro, inodoro e insípido.
    Esta lógica de este “nacionalismo español” llega al paroxismo cuando muchas personas aplauden que con una reforma exprés se deslocalicen las empresas de forma casi inmediata.
    Curioso, triste y desdichado país. Y es que empezamos por aceptar que más de 100.000 personas estén amontonadas en cunetas y que nunca sea el momento adecuado de tratar el tema, y acabamos aceptando el latrocinio, las agresiones policiales, el Estado social más escuálido de la Europa avanzada, la ley mordaza, la mentira… hasta llegar al contrato basura o a las maletas.
    Lo que se planteó en el 78 fue una “negociación constituyente” en la que los de un lado de la mesa tenían pistola y los del otro no.
    Esto es lo que legitima a este rey al que se le llena la boca hablando del “Estado de derecho” y del “cumplimiento de la ley”. Este “jefe del estado” que, lejos de mediar como árbitro, apoya a una parte en el uso de la fuerza contra al menos la mitad de las gentes de Cataluña, a los que se asigna el papel de “malos españoles”. Esos enemigos de España que son los únicos a los que logra vencer a lo largo de la historia.
    Rajoy sabe que gana prestigio entre su electorado del resto del Estado si exhibe fuerza contra los sempiternos “malos españoles”. Se sostiene además en ese partido sin cuyo concurso nada de este “sentido común” se hubiera consolidado: el PSOE. Ese partido que encaja a la perfección con este nacionalismo “como el agua”, que no se ve, no se huele, no sabe a nada, pero ahí está, ahogándonos.
    Creo que tenemos que escapar cuanto antes de esta humareda que esconde el debate fundamental: la creación entre todos y todas de una república española. Que separe de forma nítida el estado de la iglesia, que ponga las instituciones al servicio de las personas, que garantice el derecho de autodeterminación de los pueblos que la integran. Que dé un respiro a las jóvenes que tienen que salir fuera después de haberse formado aquí.

    https://www.elsaltodiario.com/opinion/nacionalismo-espanol?utm_campaign=boletin-13102017&utm_medium=email&utm_source=acumbamail

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