Internacional

Europa gana tiempo, Macron gana las elecciones en Francia

La victoria de Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales evita temporalmente el triunfo de una opción neofascista en Europa

Emmanuel Macron, presidente de Francia. EN MARCHE!

La Marea

07 mayo 2017 Una lectura de 2 minutos

Europa salva un nuevo match ball. Emmanuel Macron gana las elecciones con un porcentaje del 66,06% frente al 33,94% que ha obtenido la ultraderechista Marine Le Pen. El exbanquero y liberal será el encargado de llevar las riendas de Francia en la que será la última oportunidad que puede tener Europa para consolidar un proyecto que hace aguas después del Brexit y con la extrema derecha cada vez más presente.

El muro republicano empieza a agrietarse y el discurso del miedo que ha conseguido contener a los Le Pen en dos ocasiones pierde efectividad. El fracaso de las políticas de la austeridad en lo que respecta a dotar a la población desfavorecida y a la clase trabajadora de unas expectativas de futuro está fraguando un bloque neofascista en Europa que cada vez logra más cuotas de poder y representatividad.

Emmanuel Macron ha sido el candidato favorecido por la doble vuelta de las elecciones presidenciales en Francia. El líder del recién creado partido ¡En Marcha! representa todo aquello que combate el neofascismo de Le Pen y alimenta el caldo de cultivo de los perdedores de la globalización. El exministro de Economía con el presidente saliente François Hollande propone unas políticas continuistas ultraliberales que son vistas por los votantes del Frente Nacional de Le Pen como un ataque frontal a sus intereses. El margen se va estrechando y el cemento del descontento que alimenta el fascismo de Le Pen sigue fraguándose mientras las políticas que lo endurecen y los políticos que lo defienden siguen perdiendo su conexión con la realidad. Tras su derrota, la dirigente ha llamado a una refundación de su partido, que ya consiguió ir a la segunda vuelta en 2002 con su padre frente a Chirac.

Un dato a tener en cuenta es el 25% de abstenciones y que ha sido interpretado como un voto de castigo. Asimismo, es relevante el elevado número de votos nulos y en blanco (12%).