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Podemos en Cataluña; plurinacionalidad ¿y nosotr@s qué?

Esta lectora se anima a escribir esta carta porque desde su punto de vista Madrid tiene la llave (o una de las llaves) que puede ayudar a abrir el candado de la cuestión nacional en el Estado español

Comentarios
  1. Es de agradecer que se publiquen cartas y opiniones como las que habéis escrito. No estamos demasiado acostumbrados aquí en Catalunya a leer opiniones tan lúcidas venidas desde el centro de España. Contrarrestan la sensación de impotencia que se siente al no poder contener la tergiversación y manipulación que, desde gobiernos, medios de comunicación y partidos de todos los colores,tenemos que escuchar cada día sobre Catalunya y lo que aquí se está produciendo. Una vez más gracias.

  2. Un artículo lleno de algo que nos hace mucha falta a todxs, sentido común. Felicidades. Salut i república.

  3. Contento que haya castellanos que distingan entre Castilla y España. A mi modesto entender, este es el principal error que ha cometido el pueblo castellano y que podría llevar al desmembramiento final del imperio español. Ya sé que la historia, la sociología, la antropología, etc estan muy contaminadas por la política, pero a mi me resulta extrañamente óbvio ver/entender lo que fué y es España,en términos nacionales o antropológicos. Simplificando (en realidad es más complejo, pero por algún sitio hay que empezar), España, las Españas que se decía, está formada por varios pueblos/naciones, que históricamente han cooperado (algunas veces) o han competido (la mayor parte del tiempo) entre ellos, como pasa en todas las partes del planeta. En la peninsula ibérica podemos identificar varios pueblos: el pueblo catalán, el vasco, el gallego, el portugués y el castellano. Éste último es y ha sido el más numeroso y dominante, y ha sido determinante en la construcción de España. Seguramente demasiado, hasta el punto que ha abducido a los otros pueblos. A veces militarmente, a veces económica, culturalmente, etc.
    Por eso me tranquiliza ver que hay gente en Castilla que va claramente la diferencia entre España y Castilla. El pueblo castellano es parte de España, seguramente la parte más importante, pero no única. España es, era, plurinacional, pero algunos castellanos, no todos, han querido apoderarse de ella y convertir España en lo que que dice la Constitución que es: una sóla nación indivisible. Nada más lejos de la realidad, y por eso, algunos ciudadanos de estos otros pueblos queiren irse de esta España que ya no es la suya.
    Seguramente no querrían irse si España, de una vez por todas se acepta como es, y se define como la unión libre (libre) de varios pueblos, liderados por el pueblo castellano si se quiere, pero orgullosa de acojer esos otros pueblos, respetándolos (empezando simplemente por reconocer su existencia).
    Algunos preguntaran: y Aragón, y Valencia? En mi opinión, yo creo que el pueblo aragonés ha ido diluyéndose dentro del castellano (quién habla aragonés hoy en día?). Y el pueblo valenciano es un claro ejemplo de tierra de transición, donde dos pueblos estan intimamente mezclados: los castellanos con los países catalanes. Cosas de la geografía.
    Lo importante es la gente, no las fronteras, y los pueblos de España podrían llevarse la mar de bién, tanto si son conciudadanos, como vecinos, o socios confederales o independientes, como sea. No cuesta tanto, no?

  4. El problema es que no hay error de cálculo en las palabras de Iglesias, sobre todo si su intención es fomentar el debate ideológico por encima del autonómico, el abrazo entre los movimientos sociales y los representantes de la burguesía catalana en el marco de una sola decisión, sin un debate previo es una ruptura de este que solo beneficia a los que ya tienen el control del propio sistema. ¿Cuáles van a ser las condiciones laborales de los trabajad@res catalanes en caso de separarse del estado español? ¿De qué servicios sociales se van a beneficiar? ¿Se va a seguir poniendo a las entidades financieras y el mercado por encima de los ciudadanos en nombre de la competitividad dentro de un estado catalán? Ese es debate, las identidades nacionales son una abstracción, los derechos que representa son la parte importante y fundamental, a mi personalmente me da exactamente igual, he viajado demasiado para darme cuenta que tengo más en común con un obrero chino que con un político de derechas.
    Estamos ante un fenómeno que tiene que ver con una visión del mundo en el que el 1% de la población controla la riqueza y los demás sobrevivimos, discúlpeme si me es indiferente el color de la bandera.

    • Respecto al referéndum catalán es curioso que se diera la situación de que un obrero españolista tuviera más en común con Rajoy que con un obrero catalán que quería ir a votar. Eso indica que hay un problema, y los problemas se resuelven poniendo soluciones, no tratándolos de abstracción y cambiando el debate hacia otro lado. Decir que el debate ahora son los derechos (como si el de autodeterminación no fuera uno de ellos), es tirar pelotas para fuera, porque eso no explica los 2 millones de personas desobedeciendo al TC, ni que la principal fuerza en defensa de los derechos sociales en el Parlament (la CUP) sea independentista. Así que vamos a volver a centrarnos en el tema.

    • I en el estado español, de que servicios sociales nos vamos a beneficiar, se van a seguir poniendo las entidades finacieras por encima de los ciudadanos ……? Parece que eso sólo sea un problema en un estado independiente catalán. Evidentemente esta custión i muchas otras dependeran de la relación de furzas existente. Lo único que está claro es que ahora mismo es el único desafio de una ruptura que no se produjo en la transición ni el ámbito nacional ni en el social.

  5. Felicidades por el artículo.
    Que gran alegría leer, desde Barcelona, reflexiones tan alejadas del discurso que la derecha dominante hace irradiar desde Madrid como si solo exitiera su voz.
    Este tipo de reflexiones son las que invitan al diálogo y al intercambio.

    Un abrazo

  6. A finales del Franquismo la idea del federalismo (junto a otras opciones, minoritarias entonces, de corrientes independentistas de liberación nacional), estaba profundamente arriagada en los movimientos populares. A la muerte del Dictador se dio una verdadera primavera de los pueblos con manifestaciones autonomistas por todas partes e incluso con actos de recuperación cultural como el «festival de los pueblos ibéricos» que se realizó en Madrid o el concierto «Viva Castilla» que llenó Las Ventas en el 78. Revisando los testimonios de la época te das cuenta que en ese momento «autonomía» era un sinónimo para la gente de «estado propio», y además totalmente ligado a una visión social («trabajando para otros nos hemos pasao la vida, queremos un Estatuto para León y Castilla» cantaba cierto grupo palentino). Ahora bien, ya sabemos cómo acabó el experimento autonómico en Castilla y también cómo defraudó las aspiraciones de aquellos otros pueblos más conscientes de su voluntad nacional. Hablar a día de hoy de ‘federalismo’, así a secas, a mí personalmente no me aporta nada, pues como castellanista que no ve voluntad en ninguna organización de la izquierda española de reconocer a nuestro pueblo (es decir, definir claramente cómo se va a construir en Castilla ese Estado federal) me resulta excesivamente ambigua esa propuesta. Eso a mí, imaginad a los 2 millones y pico de catalanes y catalanas que votaron el 9N. No digo que sea imposible, pero a ver quién lo trae del campo teórico al práctico.

  7. Sí, pero ¿dónde quedan «especifidades» como Extrmadura, Andalucía,León o Asturias? La Rioja, Santander o Madrid son de siempre castellanas, pero, ¿son estos primeros Castilla o son España? ¿Y dónde Aragón?
    Creo en un estado plurinacional en el cual una más sería España y esta, como las otras, organizada según sus particularidades.
    Yo prefiero una confederación peninsular en la que, por supuesto, estuviera Portugal también.

  8. Muy acertados los dos últimos párrafos. Me parece fundamental para el sistema federal empezar a reconocer a Castilla como entidad, no confundiéndola con la idea de España. Este fue uno de los grandes fallos del sistema autonómico. Una España federal no puede serlo sin una Castilla unida.

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