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Los platós de televisión y el Titanic

"Esta foto confusa en la que aparece por primera vez un nuevo partido optando a la gran liga entre los dos dinosaurios es la imagen del momento en el que el bipartidismo recibe un disparo", apunta el autor

Comentarios
  1. Desgraciadamente las bases programáticas y discursivas de PODEMOS, no son distancia sustancial con las precedentes de IU y otras izquierdas alternativas.
    Digo desgraciadamente, por qué la división entre PODEMOS y las izquierdas alternativas en España, provocarían no sólo la fracturación representativa, sino también la atemperación de sus fuerzas (Podemos-IU….) en función de los espacios televisivos que no deciden ninguno de ellos.
    Los españoles-as no tienen cuerpos intermedios, vida asociativa que filtre la opinión de los grandes medios de comunicación, convirtiéndose ésta en opinión pública.
    Lo que llevaría a que discursos y programas muy similares, pudieran compensarse en la fracturación, minorando su potencia de cambio y alternativa.
    Ni las instituciones se transforman desde dentro, ni la pedagogía revolucionaria encontrará su potencia en las Televisiones, pueden ser instrumentos.
    Pero sólo sociedades estructuradas, articuladas pueden empoderarse y tener tal potencialidad alternativa.
    El planteamiento de PODEMOS parte de potenciar dicha articulación desde la conquista democrática del Poder, y en la acción desde él.
    Pero los platos del mundo viejo, llegado el momento arbitraran los medios para fracturar.
    Arriola ya lo dijo, hay que fragmentar como en el 79, que el PP pueda con cerca del 30% obtener o acariciar la mayoría absoluta, en un escenario fragmentado.
    Y sobre la acción de los platos del mundo viejo, y la fracturación ya vimos la campaña de las europeas.
    Una Campaña única en la Democracia, por dar voz a no pocas formaciones que no tenían representación, nunca antes paso.
    Respecto a PODEMOS, si alguien hiciera metraje del tiempo ocupado en la última semana, comprobaría que multiplicaba el de IU. Vaya por delante que no valoro ni a IU ni a PODEMOS.
    Lo que pretendo destacar, es como utiliza el viejo mundo su propiedad mediática para fragmentar.
    Lo lógico es que si tuviera que fragmentar, llegado el momento, lo volviera hacer para desactivar cualquier alternativa.
    Quizás por eso, el simbolismo de la foto puede ser potencia o espejismo.
    La embriaguez que demuestran en sus declaraciones algunos lideres de PODEMOS, crean dudas sobre el espejismo simbólico o el símbolo de potencia. Y la ilusión no se funda en la fragmentación, por que requiere de potencia. No debiéndose construir identidad desde la crítica a la izquierda alternativa, pues no es función de PODEMOS confrontar con ella, ni las bases de unos y otros son menores de edad que necesiten orientación al respecto.
    Siendo posible ganar, con audacia y altura de miras, pero sin fragmentar.
    Divide y vencerás es una vieja máxima, que potencia la propiedad del medio.
    Todavía hay ingenu@s que piensan en la posibilidad de sumar más por separado, con independencia de las leyes electorales.
    Como si la competitividad política electoral, no fuera confrontación, y no desmovilizara a parte del espacio en competencia.
    Como si los tiempos del televisivo mundo viejo, no estuvieran en manos de sus propietarios para arbitrarlos cara a fragmentar, favoreciendo en función a desecar alternativa.
    Pensar en la potencia de los símbolos y apostar por la fragmentación es de suicidas.
    Ahora vivimos el tiempo en que los desaires son amores reñidos amores queridos, si cuaja la confrontación (fragmentación) no sólo desaparece el amor, sino que los ritmos del divorcio televisivo no serán de las parejas que pudieron pero no fueron.
    Y como decía al principio, ni discurso, ni programa…, son sustancialmente distintos. En la España de la opinión pública mediatizada, incluso sin división alternativa y con ruptura entre sentido común y regresión oligárquica, se requerirá de esfuerzo y audacia para aprovechar la ventana de oportunidad abierta al cambio.

  2. «El miliciano de Robert Capa» se llamaba Federico Borrell, tenía 24 años en el momento de su muerte, era anarquista y había nacido en el pueblo alicantino de Benilloba. Y no me imagino un momento mas real que el instante que inmortalizó Capa en cerro Muriano.

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