Esta semana empezó con una noticia bastante espectacular: “La Guardia Civil detiene a 21 personas por enaltecimiento del terrorismo en las redes sociales”. Propongo un juego. El juego consistente en dejar pasar ciertas cosas por alto en torno a esta Operación Araña (así la han llamado) y a todo lo que pasa en esa tela de araña que es la red. Por ejemplo, vamos a pasar por alto que cada uno de los detenidos no tenía relación con el resto y que, por tanto, serán juzgados como casos individuales, por lo que operativamente no tenía sentido lanzar una acción conjunta, ni bautizarla como Araña, ni nada; a no ser, claro, que se quisiera dar la sensación de que, aunque sea por Twitter, algo de terrorismo queda. El terrorismo es como el cerdo, hay que aprovecharlo todo. Sigamos con el juego. Vamos a pasar por alto también que los detenidos están ya todos en libertad. Al día siguiente de ponerse en marcha la espectacular operación de la Guardia Civil y producirse las detenciones, con todos los pomposos titulares en prensa en torno al enaltecimiento del terrorismo, cada uno a su casa. Pues vaya chasco. Probablemente ahora, estos terroristas de 140 caracteres estén delante de un ordenador o un móvil, quién sabe si estrujándose los sesos para hacer el enésimo chiste sobre Carrero Blanco consiguiendo el récord del mundo de altura. Sigamos con el juego. Hagamos como que en las redes sociales el único enaltecimiento de la violencia que existe es el de este tipo. Imaginemos que nadie amenaza de muerte a los catalanes por serlo, ni a Pilar Manjón por no ser una víctima de pata negra, imaginemos que nadie posa en las redes sociales con banderas nazis o banderas de España con el pollo. Ahora, cierra los ojos e imagina por un momento que no hay cuentas de Twitter que defiendan matar a inmigrantes, maricones o feministas. Vamos a seguir jugando. Vamos a imaginar ahora que no nos hemos dado cuenta de que el titular “La Guardia Civil detiene a 21 personas por enaltecimiento del terrorismo en las redes sociales” no especifica que el terrorismo enaltecido en esta operación es el de ETA. No lo especifica porque no hace falta. Joder, ¿acaso existe otra cosa en esta vida que cause terror además de ETA? ¿Has sido capaz de imaginar que todo esto es así? ¿Has sido capaz de superar el juego? Yo he sido capaz y, aun así, aquí hay algo que falla cada vez que los que mandan hablan de terrorismo, violencia, apología o enaltecimiento.
Los que nos consideramos pacifistas y pensamos que matar o torturar a personas es una cosa muy fea, algo intolerable, tenemos un problema ante cierto tipo de situaciones en las que, de repente, unos violentos con grandes equipos de comunicación, con directores de campaña, con asesores en marketing y expertos en imagen, nos dan lecciones de pacifismo desde el poder. Estos pacifistas llegan un buen día y nos cuentan que había gente que, oh, dios mío, enaltecía el terrorismo (de ETA) por Internet. A muchos, probablemente etarras todos nosotros, nos cuesta digerir la situación. Quizá porque recordamos que hay gente enterrada en las cunetas tras haber sido asesinada. Y claro, vemos que los pacíficos nos dicen que es mejor no juzgar eso, ni siquiera darles un entierro, porque eso sería mirar al pasado. O no yéndonos tan al pasado, vemos cómo estas últimas semanas intentan evitar que se juzgue a torturadores. Luego recordamos al pacifista consejero de empresas Felipe González y nos acordamos de que durante su Gobierno, el GAL (financiado con nuestro dinero) asesinó a decenas de personas, por no hablar de las torturadas. O recordamos al PP de la época del pacifista Aznar aplaudiendo en el Congreso (también financiado por todos nosotros) el bombardeo y asesinato de la población de Irak a cambio de medallas para el hombre del bigote y petróleo para el peor presidente (blanco) de la historia. Y luego recordamos las justificaciones tras la muerte de inmigrantes muertos en la frontera tras disparos de la Guardia Civil o a los Mossos con un detenido muerto entre las manos de vez en cuando. Y claro, llamadme raro, pero yo tengo un problemón, y es que me chirría cuando los escucho hablar del terror de otros. Me molesta. Quizá lo mío sea un problema, algún tipo de apología o enaltecimiento y vengan mañana a detenerme por estas dudas y esta molestia que me generan, pero de momento es lo que hay.