No habla de fronteras, no ridiculiza el proceso soberanista en Cataluña, pero se toma a broma muchas cosas. Antonio Baños pasa de lo serio a lo sarcástico, de hacer juegos de palabras sobre Duran i Lleida a hablar de la clase media precarizada.
Ha llegado a Madrid, donde presenta La rebelión catalana, la traducción al castellano de la obra que publicó el año pasado. Defiende su anticapitalismo con la misma pasión que el derecho del pueblo catalán a decidir y a construir la futura “república catalana”. Espera que su libro sirva para “dar más de una colleja” a la izquierda española.
¿Cuándo hizo clic el independentismo en Antonio Baños?
Tuve que cubrir la campaña electoral de Aznar por toda España del año 2000, la dura, la española… Entonces ya vi, no solo con este tema sino en general, que había un barniz de pluralidad, modernidad y progreso que era eso, solo un barniz. Detrás estaba la España de la Transacción, con las élites franquistas.
La rebelión catalana huye del ensayo y apuesta más por la ironía…
Se trata de una adaptación del que salió el año pasado en catalán con la intención de hacer un argumentario proindependentista. Luego también lo que quería era colar cosas que no se estaban diciendo bastante, por ejemplo que la independencia era una tontería y lo importante era la república catalana. Andrés Gil, del diario.es, me pidió la traducción. No es que yo haya venido a evangelizar a Madrid, es una petición. No es un ensayo, es un argumentario con la intención de tender la mano no para resolver el conflicto, sino para agudizarlo. El verbo que lo resume todo, y del que habla en el prólogo Isaac Rosa es “espabilar”.
Es como darle una ostia al Estado español…
No, a las izquierdas españolas, a los compañeros de las españas, con los cuales va este proceso, no contra ellos. El mayor enemigo de los españoles es el Estado español.
En el libro habla de hispafrenia, ¿qué es? ¿tiene cura?
Se cura no leyendo la prensa “nacional”. La hispafrenia es esto de “son cuatro gatos, pero son muchos”, “el independentismo es irrelevante, pero es el mayor problema que tiene España”, “son ridículos, pero son terribles”. Ese tipo de cosa hispánica de despreciar a lo que se teme. Es como Ronald McDonald, que es un payaso, pero que acojona.
Dentro de esa hispafrenia, ¿ también está el tránsito de decir “en qué liga jugaría el Barça” a “el referéndum no es válido”?
Sí, yo si un día no tengo nada que hacer me pondré a ordenar toda la hemeroteca de estos días, que se mueve entre el patriotismo y el desprecio. Yo creo que ahora vamos bien porque los que empiezan a acojonarse son oligarcas serios. Ya ves a Lara, a Brufau, a Rosell, que empiezan a decir “uy, uy, uy”. Eso es un axioma, si un banquero está acojonado es que lo estás haciendo bien. Empiezas a ver que Rubalcaba no se pasó por Panrico, que está en lucha, o por el Baix Llobregat a ver como cierran empresas, siendo socialista y obrero, sino que fue al círculo ecuestre y a cenar con Lara. Cuando ves que se empiezan a reunir entre ellos y que la opinión de empresarios empiezan a acojonarse…
Pero hay otro tipo de reuniones, por ejemplo las de Mas con los israelíes…
Prefiero no pensarlo. Pero es que claro, Mas, desde Barcelona es un pobre hombre que está allí y no tenía que estar.
¿Cómo explica que el proceso viene desde abajo y no es una cosa de Mas?
Es que eso es lo que pasa. Desde Cataluña se ve que Mas es un pobre hombre que quería ser presidente para inaugurar estaciones de metro, como todos. Lo que pasa es que se encontró con la Diada de 2012. Aquí hay dos tesis, una que dice que el tipo es un demócrata y decidió dar la voz al pueblo y canalizarlo para que no se desmandre la cosa, es solo un árbitro. La segunda, más plausible, es que la oligarquía catalana le dijo: “Convoca elecciones, hazte una foto en plan Mesías, ten mayoría absoluta y hagamos lo de toda la vida”. Me gusta este proceso porque todo salió al revés. Si Convergencia i Unió hubiese ganado por mayoría absoluta, yo no sería independentista. El hecho de que los catalanes dijeran: “más convergentes no, o va en serio o esto no va”, demuestra que es de la gente y no siguen al líder. A medida que te vas alejando, la visión sobre Mas va cambiando, por Catalayud piensan que es un gran político, llegas a Guadalajara y es como Berlusconi y aquí en Madrid piensan que es un líder. Y desde Barcelona es un personaje ridículo.
¿Quién ha hecho más por la independencia, ERC y las CUP o el PP y UPyD?
Yo ya he dicho que en Barcelona la avenida Diagonal tiene que ser la avenida José María Aznar cuando tengamos la independencia. El padre de la patria es él…
¿Es quien empezó, de forma involuntaria, el proceso?
Él y todos, pero también Zapatero, todo el proceso estatutario fue un desastre, rompió muchas cabezas en Cataluña, no solo por el PP, sino porque las izquierdas españolas estuvieron calladas.
El PSOE…
Sí, pero también Izquierda Unida y más allá. En 2005 y 2006 todos estuvieron callados.
¿Y el PSC qué pinta en todo esto?
El PSC está muerto. Es triste porque durante un tiempo fue un partido que hizo cosas importantes, sobre todo en el Baix Llobregat y en el área metropolitana. Pero ahora está muerto porque lo único que quieren es mantenerse en un gueto, pero es absurdo porque al final se les están yendo todos los socialistas. Y porque no proponen nada, gobernaron ocho años con Zapatero y no hicieron nada por el estado federal que ahora proclaman.
¿El referéndum se va a hacer sí o sí? ¿Imaginas a la Guardia Civil entrando en los colegios electorales?
Eso molaría mogollón. Yo acabo el libro preguntando: “Si hay una urna y un picoleto, ¿con quién estarás?” “¿Estarás en el sofá viendo a los picoletos o vendrás a defender la urna?” La idea es un poco provocar para que espabilemos. Yo saldré con mi papeleta por la calle, y a ver dónde la meto.
En el libro dices que el Estado español es la Estrella de la Muerte pero, ¿quién es Darth Vader?
Es Aznar, pero eso ya se ve. Y Luke Skywalker, Artur Mas [risas]. No, Mas sería C3PO, un robot, que es como lo caracterizaban en la televisión catalana. Hablo de la Estrella de la Muerte porque es un poder cerrado, una bola ahí flotante que no hace más que lanzar rayos contra toda España. Ese es el Estado español, que no es solo el Gobierno…
Con todos sus poderes…
Sí, los mediáticos, los financieros, los judiciales, las oligarquías. Esa bola, que no es Madrid, que flota sobre ella, y que es contra lo que lucha el independentismo catalán y todos los movimientos de insurgencia españoles: que el rey se exilie, acabar con la constitución del 78 e iniciar un proceso constituyente, juzgar a todos los corruptos, nacionalización de la banca, repartos de tierras… la génesis es la misma.
¿Ha encontrado ya opiniones sobre el libro dentro de la izquierda española?
Ellos me dicen a mi, que todo muy bien, que tenemos las mismas ideas en todo, pero que esto [la independencia], no. Yo creo que es algo casi erótico. Si fuéramos mineros asturianos, estaría todo el mundo a tope, Gamonal a tope, ahora, como somos catalanes… da como pereza. Estoy frivolizando un poco, pero el objetivo del libro es ir dando collejas a los izquierdistas, y decirles: “¿Por qué no sincronizamos las luchas?”. Hay 100 ó 200 mil tíos en Cataluña dispuestos a hacer desobediencia civil. Además gente organizada, politizada, dispuesta y sin ganas de pactar componendas con el régimen. De hecho, si hay un dato claro es que solo un 24% votaría que siguiese todo igual. Hay un potencial insurgente brutal.
Parece que vengas a ofrecer los catalanes a la sociedad española
Sí, vengo a cuadrar agendas. El 9 de noviembre vamos a hacer esto. Y lo digo con todo el respeto, no podemos esperar que haya un Gamonal gigante para que pase todo. No puede ser que tres veces se convoque un Rodea el Congreso, con gente que me cae muy bien pero, 45 millones de habitantes y no se haya podido rodear el Congreso. El problema es nuestro, o no hemos explicado bien a la gente lo que le va a pasar el resto de su vida, o no nos hemos organizado… algo falla.
¿Se encontrarán el independentismo catalán y la izquierda española realmente?
Yo es que he decidido que la realidad me la suda, tengo que ser optimista porque sino… No sé, tampoco controlo mucho algunos nuevos proyectos como Podemos. Creo que Izquierda Unida ha hecho esfuerzos, el hecho de decir sí a la autodeterminación, aunque sea diciendo no… ya es mucho.
¿Por qué la izquierda siempre ha defendido el derecho de autodeterminación de otros pueblos pero no de Cataluña?
Yo lo dije el otro día, si hubiéramos optado por el indigenismo lo tendríamos más fácil. Si hubiéramos dicho que somos como mapuches, hubiésemos ido con barretina por la calle y haciendo cosas tribales. Lo digo un poco en broma, pero hay algo de verdad.
