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Opus Dei, el lobby de Dios

Los tentáculos del poder de la Obra van desde el Gobierno, que incluye a varios de sus miembros, hasta los barrios populares y organizaciones caritativas

Comentarios
    • ¿»Brillante joven»? ¿» A ver si aprendes algo»?

      Satán, ese texto es ilegible de puro pedante y barroco. No se si es tu sobrino o tú mismo pero más bien debes aprender de la claridad de Antonio Maestre. Y a no escribir en mayúsculas en Internet. 😀

  1. Juro por la Satísima Virgen María que cada vez procuro ser mas buena pero me resulta imposible.
    Los Obispos se desmadran , los curas violan niños , las monjas los roban y no se vuelve a saber nada de ellos. El papa implicado en las desapariciones de la dictadura argentina. Y Dios otorga, y encima se entrevista con Aznar pues creo que ese Dios no es de fiar y sus Judas aquí en la tierra mucho menos.

    • Dios nada tiene que ver con todo eso, pues nos concedió el libre albedrío, pero la iglesia católica tiene mucha culpa de lo que sucede por encubrirlo y no denunciarlo, expulsar a esa gentuza en lugar de protegerla que es lo que ha hecho y hace, me dan mucho asco y el Opus Dei todavía más, ascazo total, cómo abducen a la gente para que les regales su patrimonio, dinero, sueldos…todo, sin ofender a los cerdos, pero…..

  2. Es una pena que se critique al Opus Dei sin conocimiento de causa. Más vale que cada cuál intentemos mejorar y dejemos que nuuestra Iglesia Católica sea plural, no la Iglesia a la medida de «mi ombligo»

  3. Has estudiado mucho Alfonso y sabes mucho de teoría.
    Otrxs víctimas saben de sus prácticas.
    Nadia más indicado para hablar que quienes las han experimentado.

  4. http://www.zenit.org/article-40448?l=spanish
    Massimo Introvigne: Hay dos modos de reaccionar cuando una benemérita realidad católica como el Opus Dei es acusada de ser una secta, lo que para mí es absurdo.
    El primero es responder que, efectivamente, como piensan las asociaciones anti-secta, mucha prensa y algunos católicos, existe una categoría unitaria de “secta”caracterizada por el uso de técnicas de manipulación mental o “lavado de cerebro” que distinguen las adhesiones a las sectas de las de las religiones, y que simplemente es un error incluir al Opus Dei o a otras realidades católicas en esta categoría.
    A mi esta me parece una respuesta poco convincente. Una vez que se acepta la categoría de “secta” construida de esta manera, se acepta, por decir así, un “paquete” que, por ejemplo da mucha importancia a los testimonios de los ex-miembros, reconoce la autoridad para identificar las “sectas” a las asociaciones anti-sectas y acoge la noción de lavado de cerebro, una noción desde hace tiempo rechazada por las gran mayoría de los expertos.
    Mi respuesta es completamente distinta. Es que las “sectas” -como las entienden muchos medios de comunicación francesas y una parte de la opinión pública- no existen.
    Atención: existen ciertamente movimientos religiosos -o mágicos- que se manchan con crímenes espantosos, por lo que deben ser castigados sin que la libertad religiosa sea un pretexto para ellos tras el que esconderse.
    Existe una categoría teológica de “secta” en el interior del cristianismo: es un movimiento que se separa de la Iglesia y comunidades tradicionales, pensando que la Iglesia fundada por Jesucristo ya está acabada y que debe ser no sólo reformada (como piensan los protestantes) sino refundada.
    Esta categoría es la que se usa siempre en la Iglesia Católica, y en este sentido también el Papa habla de “sectas”.
    Por tanto existen “sectas” en sentido teológico y existen movimientos religiosos o mágicos criminales. Algunas personas me atribuyen opiniones distintas sobre este punto, reconstruyendo mis ideas, expuestas en unos cincuenta libros sobre el tema, de forma caricaturesca.
    Creo que no existen las “sectas” si por “sectas” se entiende grupos que, prescindiendo de que cometan o no crímenes específicos, se identifican como “sectas” porque recurren a algo llamado manipulación o control mental o lavado de cerebro. Estas son categorías muy dudosas desde el punto de vista epistemológico o científico.
    Naturalmente existe el engaño de los “consumidores espirituales” y existen las presiones psicológicas. Lo que no existe son las técnicas “mágicas” con las que se “lavan los cerebros” y que permitirían distinguir a priori y con seguridad las religiones de las sectas.
    Por lo demás la que para los amigos es una religión para los enemigos es, a menudo, una secta y viceversa. Por tanto, el modo correcto y eficaz de responder a los ataques contra el Opus Dei y muchos otros grupos católicos, no consiste, según mi opinión, en decir que las “sectas” -no en el sentido teológico sino en el psico-criminológico corriente- existen pero que el Opus no es una de ellas, sino desenmascarar y desmitificar esta categoría de secta como no científica y sí peligrosa para la libertad religiosa.

  5. Como católico y como aficionado a la historia de las religiones llevó leyendo todo lo cae en mi mano sobre el fenomeno sectario desde hace 12 años,ya en mis años universitarios. Esto me ha llevado a análizar criticamente la paranoia anti-opus y enmarcarla dentro del pánico moral creado en ciertos sectores por los nuevos movimientos religiosos. L a causa de ciertos pánicos morales la explica perfectamente Introvigne: ”
    Según muchos estudiosos de este inquietante fenómeno, la insistencia en presentar a las instituciones católicas más vivas y dinámicas como sectas peligrosas procede de una estrategia bien delineada. Sobre todo en Estados Unidos, los movimientos antisectas se desarrollan en ambientes de protestantismo radical, de liberalismo agnóstico o masónico y de hebraísmo fundamentalista. Para estos grupos, el auténtico “enemigo” al que hay que vencer a cualquier precio es la Iglesia católica. Y muy especialmente, Juan Pablo II, un Papa que recuerda las exigencias del Evangelio, que por su propia naturaleza provoca división y a nadie deja indiferente. ” . “Para otros católicos, la decisión de colaborar con el Movimiento Antisectas responde a una lógica más inquietante. Se trata de católicos que no ignoran el esquema ideológico laicista del Movimiento Antisectas; lo conocen perfectamente, pero piensan servirse de él como de un arma para atacar a sus adversarios intraeclesiales, etiquetándolos como “sectas”.
    Amén.
    http://eresdelosquepiensan.org/?p=4317

  6. Es curioso que la izquierda ataque al OPUS con argumentos similares con los que la derecha española atacaba a la masoneria. Apelo de nuevo al sociologo de las religioes Introvigne para explicar este fenomeno:
    Según Massimo Introvigne “Aunque pueda parecer a primera vista que la protesta contra las “sectas” es un fenómeno unitario, cualquier observador atento advierte los conflictos que se producen entre dos actitudes distintas, que tienen orígenes contrapuestos, pretenden intereses divergentes y chocan entre sí de vez en cuando.
    Muy distinto es el origen y los planteamientos del Anticult Movement o Movimiento Antisectas. Nacido en ambientes laicistas, el Movimiento Antisectas afirma ocuparse exclusivamente de comportamientos -deeds- y no de doctrinas -creeds-, y ataca como “sectaria” cualquier forma de experiencia religiosa que desde un punto de vista cuantitativo resulte más intensa de lo que el secularismo moderno está dispuesto a tolerar. Considera a estos grupos religiosos como “cultos destructivos de la personalidad” y reclama del Estado que emplee todas las medidas represivas a su alcance para evitar que proliferen. Este movimiento se aprovecha de la alarma social suscitada por las nuevas religiones, para proponer una crítica de todas las experiencias religiosas “fuertes”, independientemente de que tengan lugar en el ámbito de religiones mayoritarias o minoritarias. Mientras la crítica “religiosa” de las nuevas religiones pone al descubierto los aspectos discutibles de las sectas en nombre de la verdad y de los valores, el Anticult Movement, por el contrario, considera “sectario” a quien no acepte el relativismo y se obstine en creer que existe una verdad en el terreno religioso.
    La lógica interna del Movimiento Antisectas conduce a que su oposición a los nuevos movimientos religiosos se transforme fácilmente en una crítica a la religión en general. Un ejemplo puede ilustrarlo bien. Una figura de primer orden del movimiento anticult laicista escribió que “entre iglesia y secta existe sólo una diferencia de grado y de dosis”, e incluso que “legalmente, la línea fronteriza entre la conversión y el lavado de cerebro es difícil de trazar”. Desde los años sesenta, muchos intelectuales laicistas dogmatizaron sobre “el ocaso de lo sacro en la civilización industrial”. Los tiempos -decían- marchaban irremisiblemente hacia una sociedad totalmente secularizada, y la dimensión religiosa no tendría sitio en la cultura tecnológica y postmoderna. Sin embargo, la vida misma ha desmentido esa tesis con rotundidad. En el Este europeo, donde tuvo lugar el mayor y más prolongado esfuerzo de toda la historia para erradicar la religión, al final la ideología materialista resultó derrotada, precisamente porque los pueblos no quisieron renunciar a la religión. ” Yeste es el verdadero motivo por lo que aquellos dominados por el secularismo detestan los nuevos movimientos apostolicos como los kikos, Opus dei, Comunion y Liberación, focolares…
    http://eresdelosquepiensan.org/?p=4338

  7. Bienaventurados los idiotas, porque de ellos será el reino de los cielos aunque no exista Dios.
    Este vividor del cuento fue un tarado útil para unos pocos trepas que aprovecharon el fanatismo talibánico en el que Franco sumió a los ciudadanos españoles durante cuarenta años.

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