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Margarita Robles: “Se pone pegas a los jueces en los casos de corrupción”

La magistrada del Tribunal Supremo critica en esta entrevista que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, obstaculice la labor de los magistrados.

Comentarios
  1. La culpa es del Ministerio de Justicia
    Señora Robles:
    Lamento decirle que tengo serias dudas de que mi PENOSA EXPERIENCIA CON LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA, como la denominó un Juez valiente, que se atrevió a contradecir al CGPJ en una sentencia que fué confirmada por la Audiencia Provincial de Madrid, sea debida únicamente a la escasez de recursos materiales en las sedes judiciales
    Creo más bien que la Administración de Justicia, en su conjunto, y salvo honrosas excepciones, adolece de otro tipo de recursos más sutiles pero considerablemente más importantes que los materiales, cuya carencia podría paliarse si hubiera voluntad de defender LA JUSTICIA.
    Lamento también que el CGPJ del que usted forma parte, y que conoce sobradamente las innumerables irregularidades que denuncié tan pronto tuve constancia de ellas, consideró reiteradamente que mi penosa experiencia no era tal, que me quejaba de puro vicio… o que esas cosas me sucedían por no llegar a acuerdos con mi ex marido… o que desde pequeñitos teníamos que aprender a defendernos… Sin comentarios.
    Y consideró que en mis asuntos judiciales NO SE HABÍA PRODUCIDO ANORMAL FUNCIONAMIENTO DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA… y el Consejo de Estado no le enmendó la plana…, como tampoco lo hizo el Ministro de Justicia, que desestimó mi Recurso de Responsabilidad Patrimonial del Estado por Anormal Funcionamiento de la Administración de Justicia.
    Parece ser que los funcionarios que tenían que instruir ese expediente, TENÍAN ÓRDENES TAJANTES DE NO INFORMAR FAVORABLEMENTE los expedientes que no hubieran obtenido el placet de ambos Consejos. O sea que, ni miraban la ingente documentación que aportaba. Sin comentarios.
    Y, para completar el “todos a una” como Fuenteovejuna, el Ministerio Fiscal parece que tuviera por norma mirar hacia otro lado cuando se vulneran los derechos de los honrados españolitos de a pie, pero… cuando se trata de defender a poderosos de dudosa moralidad y/o de alta alcurnia, se erige en su más ardiente ABOGADO DEFENSOR
    Hasta el ICAM me amenazó con iniciar acciones legales si seguía denunciando a colegiados de más que dudosa honorabilidad.
    Seguí denunciando irregularidades judiciales, y pasada más de una década, esas acciones legales no se han producido, aunque sí me he enterado de otras menos legales que me han obligado a vivir errante y escondida desde el año 2002, cuando los insistentes “avisos” de que estaba en el punto de mira de algún que otro poderoso hacían peligrar mi vida.
    Desconozco si tales avisos tienen que ver con el ARSÉNICO que ha aparecido en mi organismo, y que sólo fue detectado, cuando ya me moría, por expertos profesionales en Argentina, país en el que solicité REFUGIO…, o dos inexplicables accidentes que sufrí al volante de mi coche… o la introducción bajo la puerta de mi vivienda de un potente pesticida… o los tornillos que aparecían sobre el asiento del conductor de mi coche cada dos por tres, y que, tal vez, se habrían caído de mi cabeza… hechos todos silenciados a pesar de mis reiteradas denuncias
    Pues bien, mientras me debatía entre la vida y la muerte en Buenos Aires, una Juez de Lérida, se empeñó en perjudicar aún más mis intereses (casi 18.000 euros) en una demanda interpuesta por mi abogado, CUATRO MESES DESPUÈS DE QUE YO SALIERA HUYENDO DE ESPAÑA, acompañada por dos personas, una de ellas médico, dado mi grave estado de salud.
    El Juzgado me denegó reiteradamente el derecho a declarar mediante exhorto internacional…, a través del Consulado en Buenos Aires… porque considera que me marché de España, repito, VARIOS MESES ANTES de interponerse la DEMANDA, cuando aún se estaba negociando un posible acuerdo con la otra parte… y, según el Juzgado, salí de España con el único fin de eludir la acción de “la justicia”… para después negarme a cruzar el Atlántico a fin de comparecer en el Juzgado tal y como exigía la parte demandada, que tenía un gran interés en conocerme personalmente. Sin comentarios.
    El Juzgado estaba para complacer a la parte demandada. ¿Por qué será?
    El Juzgado fue generoso con el delincuente, que, previamente había accedido a devolverme el dinero con la EXIGENCIA de que yo lo recibiera en efectivo=negro… en mi casa…, de manos del gerente de la empresa fabricante que viajaría desde Hungría a para hacerme el honor de presentarme a la firma un documento redactado por ellos, en inglés según el cual me comprometía a no hablar del asunto NEVER, NEVER, NEVER. Sin comentarios
    Casualmente???, un Inspector de los Servicios de Consumo de la Generalitat de Cataluña, fue a cometer perjurio en el acto del juicio, contradiciendo sus propias afirmaciones, que me había enviado por mail, y que obraban en autos. ¿Por qué será?
    Y a pesar de todo ello, se me condena en costas.
    Así es que no sólo pierdo los 18.000 euros en litigio, sino el costoso sistema de diagnóstico y terapia, que NO SIRVIÓ NI PARA LO UNO NI PARA LO OTRO, pues no supo detectar los venenos que llevaba en mi organismo…, que está en poder del Juzgado, y, parece ser, que si pretendo recogerlo y dejo pistas sobre mi paradero, podrían embargar mis bienes para pagar las costas. Increíble pero cierto.
    Así es que todos contentos, menos yo, que aún sigo esperando algún atisbo de JUSTICIA y respeto por mi derecho más fundamental: LA VIDA.
    Mientras, los órganos de control, que deberían evitar estos atropellos, consideran que esto es NORMAL, en España, claro está, que SIGUE SIENDO DIFERENTE, pero a peor
    ¿Considera usted que esta situación, y una larguísima serie de otras del mismo tenor, son consecuencia de la escasez de recursos materiales del Juzgado?
    Sinceramente, lo dudo
    Lamento también que mi delicada salud, consecuencia de mi azarosa vida y de los venenos con los que he convivido durante cuatro décadas, que ningún órgano jurisdiccional se tomó la molestia de investigar, sino de todo lo contrario, de cubrirlo de un tupido manto de silencio, y de intentar SILENCIARME, no hace aconsejable reescribir el relato de lo que yo denomino VEINTITANTOS AÑOS DE DIFAMACIÓN, INDEFENSIÓN, TORTURA, EXPOLIO y posible ENVENENAMIENTO CON LA BENDICIÓN DEL ESTADO DE DERECHO.
    Por lo que pongo a disposición del CGPJ del que forma parte, todos los documentos que acreditan mis duras palabras. aunque conoce sobradamente los hechos
    Y digo veintitantos años, porque comencé mi torturante recorrido por sedes judiciales en el año 1984 y aún no ha finalizado, pues me sobran los motivos para seguir pidiendo JUSTICIA.
    ¿Hasta cuándo?
    Saludos y SALUD

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