MADRID // En los puestos que ha instalado el PSOE en el Palacio de Congresos de Madrid durante la Conferencia Política de este fin de semana se ofrece una amplia gama de merchandising socialista: hay tazas, bolígrafos, mecheros, relojes y hasta abanicos con la rosa roja. No hay libros que pudieran propiciar argumentos para el rearme ideológico que ha realizado el partido en esta conferencia. Pero se venden cuadernos y blocs de notas. Se trata, sin duda, de un guiño de los organizadores. Un cuaderno de tapa roja con muchas páginas en blanco, para tomar apuntes y desarrollar ideas nuevas.
Borrón y cuenta nueva. La conferencia fue marcada por un nivel de autocríticas inusual en un partido político, como muestran los comentarios de la presidenta andaluza Susana Díaz, la nueva estrella socialista, (“Es evidente que tomamos decisiones que nos alejaron de nuestra base social, hay brechas que no se han terminado de cerrar”) o la número dos del PSOE, Elena Valenciano, (“Nunca más se podrá volver a tocar a los más débiles”).
Tanta flagelación parecía producir cierto hartazgo entre algunos asistentes. “Llevamos dos años diciendo que nos equivocamos y que no hicimos la que hacía falta, pero ahora hay que mirar al futuro”, declaró a La Marea el secretario general de los socialistas de Navarra, Roberto Jiménez. Curiosamente, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, principal responsable de los recortes sociales que hundieron al PSOE, fue recibido por los delegados con una bienvenida apoteósica al final de la jornada del sábado. ¿Un desahogo colectivo, nostalgia de poder, homenaje tardío o reivindicación política?
Durante estos dos días los delegados han llenado las páginas en blanco con nuevas propuestas que marcan un indudable giro hacia la izquierda, o a “las raíces que el PSOE nunca debía abandonar”, según insistían varios dirigentes. Entre las propuestas destaca la reforma fiscal para gravar más a las grandes fortunas y empresas y aliviar la carga para los más débiles, más inversión en educación y fortalecer el Estado del bienestar. Poner fin al “austericidio”, como reclamaba el expresidente Felipe González, que fue bastante menos ovacionado que Zapatero.
Ahora toca convencer al electorado, a estos cuatro millones de votantes que dieron la espalda a los socialistas en las últimas elecciones, de que este cambio va en serio. La Marea habló brevemente con Eduardo Madina, secretario general del grupo parlamentario del PSOE en el Congreso y uno de los candidatos que se barajan para las primarias del año que viene.
¿Qué le hace creer que la sociedad va a comprar este nuevo discurso?
Eso va a depender del partido. Gracias a estas ideas que estamos construyendo hoy aquí, que yo creo que son fronteras nuevas para la socialdemocracia española, de economía, fiscalidad, de modelo de partido, laicidad, derechos de ciudadanía, derechos sociales… Si tenemos la suficiente fortaleza para hacer pedagogía con ellas, crear mayorías, asamblearnos con los movimientos sociales, con sindicatos, grupos de todo tipo de la sociedad civil, todo eso depende de nosotros.
¿Y qué diferencia al PSOE de Izquierda Unida después de esta conferencia?
Seguimos siendo un partido con vocación de grandes mayorías, que no pierde de vista que, cuando se gobierna, se gobierna para quien te vota y también para quien no te vota, para quien te odia y no te va a votar nunca. Creo que es una diferencia sustancial respecto a las posiciones políticas de Izquierda Unida. Seguimos estando lejos. En política económica y fiscalidad hay algunas cosas que ellos plantean y nosotros no, respecto a la Unión Europea también…Digamos que tenemos algunas cosas cercanas y otras donde estamos lejos.
Muchos asistentes comparten la visión de que la tarea de recuperar la confianza de los votantes de centroizquierda no será nada fácil tras la traumática experiencia de los últimos años de la era Zapatero. “El reto de la socialdemocracia es defender y preservar los derechos de las personas frente a los intereses de los mercados”, afirmaba Jiménez del PSN. “Este país es de izquierdas. Trabajamos para que nuestro discurso cale en la sociedad y seguro que llegará”, añadió.
Felipe y Ángel, dos militantes de base de Extremadura, son aún más cautelosos que los dirigentes de su partido. “Es importante rectificar y sentar las bases ideológicas, aunque va a ser complicado que el discurso cale en la sociedad”, admitió Ángel. “Cuando el PSOE es de izquierda gana, cuando es de centro, pierde”, aseguraba Felipe.