“De manera casual me enteré de que mi abuelo materno fue uno de los fundadores del SOC (Sindicato de Obreros del Campo y actual SAT) en mi pueblo, El Cuervo de Sevilla. Allí encontré un inesperado nexo de unión con mi propia historia personal. Sin pensarlo mucho viajé de nuevo a Somonte para participar de manera activa en aquello que allí ocurría». Fue, precisamente, este reencuentro con sus raíces lo que provocó que Mark Bellido, periodista hispano-belga, quisiera centrarse en la ocupación de Somonte y que, de ser una tarea profesional, se lo tomara como algo personal.
Hacía dos años que Wauter Mannaert (el dibujante) y él trabajaban en una novela gráfica sobre Marinaleda, “famoso por ser lo más parecido a una democracia directa que conozco». Fue en este pueblo sevillano donde se enteraron de que dos semanas antes un grupo de jornaleros habían ocupado unas tierras. Decidieron acudir para tener una visión en directo de lo que, según cuenta Bellido, podrían haber sido los comienzos del pueblo gobernado por Juan Manuel Sánchez Gordillo.
Con este reportaje gráfico, publicado previamente en Bélgica y ahora en exclusiva en La Marea, Mark Bellido trata de hablarnos de un sistema “denominado capitalismo que va contra de la esencia misma del ser humano“. Este periodista afirma que “es un sistema que denigra y convierte al hombre en una pieza fácilmente reemplazable en la maquinaria que está fagocitando los recursos del planeta y que va en contra del propio ser humano». Para tratar de modificar este paradigma, hay personas, como los jornaleros que ocuparon Somonte, “que no sólo se pierden en discusiones estériles sobre cómo hacerlo, sino que por medio de la acción directa intentan cambiar las cosas».
Durante los seis meses que pasó en este pueblo, Bellido no sólo habló con los jornaleros, sino que “además fui uno de ellos. Hablamos mientras trabajábamos la tierra con las manos, mientras preparábamos las verduras que también recogíamos con las manos, mientras comíamos lo que la tierra nos daba; una tierra que, según su pensamiento y el mío propio, no debe ni puede pertenecer a nadie, sino que debe ser un medio al servicio de todos. Por aquellas conversaciones pude experimentar la conexión con mi semejante, con ese otro ser que también es humano, como yo».
Mark Bellido cuenta que en Bélgica no pueden creer que en Andalucía el 50% de la tierra esté en manos del 2% de los propietarios, y que esos propietarios sean duques, condes, o terratenientes desde tiempos del franquismo. “No pueden concebir que en la Europa del siglo XXI haya todavía gente que trabaje sin contrato y con los mismos derechos que podría otorgar un señor feudal de la edad media a sus lacayos“. Aunque lo que más sorprende es que en España “se consienta tener un presidente del Gobierno, la imagen de un país en el exterior, implicado en escándalos de corrupción. No pueden entender que no dimita o que no haya una presión social contundente para que deje el poder».
A pesar de lo que afirman algunas fuentes interesadas, son “precisamente las protestas, como el movimiento del 15M, lo que les hace tener aún cierto respeto hacia los españoles». Tampoco son conscientes de la realidad del ciudadano medio, “que sufre los recortes, que perdió hace tiempo la esperanza de volver a trabajar, o de aquel que fue expulsado de su casa y quedó con una deuda vitalicia con el banco“. Un contexto socio-económico que en Bélgica es inconcebible, ya que “el Estado Social es una realidad: la prestación por desempleo no tiene caducidad, cobras el paro hasta que encuentres trabajo, tardes lo que tardes. La dación en pago es algo obvio para ellos. Así que es normal que todavía piensen que preferimos tomar cañas en la playa y dormir la siesta“.
Con este reportaje gráfico, realizado gracias al apoyo del Flemish Literature Fund, Mark Bellido trata de denunciar una realidad, la de la oligarquía de terratenientes que reflejó Miguel Delibes en su novela Los santos inocentes, que aun hoy continúa vigente. Una realidad que se basa en la relación de patrón y siervo que los jornaleros del SAT se han atrevido a cuestionar. Mark Bellido pretende, por tanto, contrarrestar la criminalización mediática y política que sufren aquellos que se rebelan contra una estructura jerárquica que somete, oprime y empobrece a los trabajadores.
Descárgate el reportaje gráfico en PDF