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La Información ha muerto

"Las grandes exclusivas periodísticas, los grandes discursos, las grandes narraciones modernas, son flor de un día y no generan cambio. A medida que ha aumentado la extensión y el acceso a la información ha menguado proporcionalmente su intensidad", asegura el autor.

Comentarios
  1. No puedo creer que haya encontrado un lugar donde aún no ha llegado la post-modernidad. Volveré aquí como a un oasis, aunque sepa que no es real

  2. Ahora que todos podemos ser emisores de información o de opinión resulta que todos decimos lo mismo. «Ahora que todos podemos comer pollo resulta que el pollo no es pollo», decía uno hace sólo cuarenta años.Que cualquiera pueda opinar de todo en todo momento, no debe ser nada bueno, más cuando el Poder lo propicia. Y me callo.

  3. Muy interesante este artículo, creo que poder comentarlo todo con la web 2.0 es muy interesante pero a la vez puede hacernos creer que nuestra opinión le está importando a alguien y que está cambiando las cosas, puede desviar el camino de la revolución.

    Las conciencias sí pueden cambiar con la información online accesible a todos, pero el siguiente paso creo que puede ralentizarse en vez de acelerarse si nos limitamos a discutir en twitter y gastar todo ese tiempo en la red.

    La tecnología nos puede abrir la mente pero apagar el cuerpo… Debemos diferenciar entre lo que se consigue ganando un debate en la red y lo que conseguimos que cambie realmente en nuestras vidas.

  4. Pienso que lo verdaderamente importante de toda esta revolución de la información en su formato Web 2.0 es que ahora todos podemos ser emisores. Eso es lo que en verdad cambia las cosas. Ahora todos los ciudadanos tienen voz para expresar su información con el color que sea. La saturación es consecuencia de ello… y menos mal que tenemos esa saturación porque de lo contrario seguiríamos en la época Gutenberg con acceso de unos pocos a la edición de información y poder moldear así la opinión pública. Es la hora de la transparencia y de las personas de bien y paz como Edward Snowen, que nos recuerdan las miserias de muchos políticos (no de todos 🙂

  5. Pobre, muy pobre. La información, con mayúscula o con minúscula, es abundante queramos o no. Precisamente el objetivo de todas esas técnicas tecnológicas que vilipendias es sacar la carta de Poe de entre esa marabunta inevitable de datos.
    Por supuesto que la posesión de los datos ha sido un elemento de control desde siempre, y lo ha sido precisamente en tanto que falsa liberación de los mismos. Presentar los datos de forma masticada, procesada, simple, en definitiva, o «con contenido» por utilizar la terminología del artículo, no es lo que informa, si no lo que pervierte.
    «La información es al conocimiento lo que la escritura es a la memoria», la comparación no es fantástica, pero estoy dispuesto a asumirla: escritura no es memoria, pero la escritura es una herramienta imprescindible, y un sustituto inevitable de la memoria para permitir el traspaso generacional y territorial de los recuerdos. Igualmente, información no es conocimiento, pero es la clave para su transmisión; y, aún más: su fuente.

  6. También creo que es importante destacar un problema fundamental que está generando Twitter. La gente está empezando a acostumbrarse a leer tan sólo titulares de pocas palabras, que buscan más sensacionalismo que información. Twitter es un arma peligrosa que forma extremistas, personas sin juicio que no ponderan las mil y una argumentaciones que pueda provocar una noticia

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