“España es uno de los países más amenazados por los yihadistas en Mali”

MADRID // La amenaza del terrorismo yihadista, siempre presente en el norte de África, ha resurgido con fuerza ahora en todo el Sahel, sobre todo en Mali, el país que desde la pasada primavera alberga lo que Fernando Reinares, investigador principal de terrorismo internacional del Real Instituto Elcano, define como “un condominio yihadista” que controla todo el norte del país, y cuyo avance hacia el sur ha precipitado la intervención militar francesa.

Pero, como demostró la masacre de la pasada semana en la planta gasística argelina de In Amenas –que acabó con 37 rehenes extranjeros muertos y 29 terroristas abatidos-, este «condominio» asentado en Mali «no conoce fronteras y tiene graves implicaciones para la seguridad de los países occidentales cercanos, o bien con intereses en la zona». España reúne ambas condiciones y es, después de Francia, el Estado al que más a menudo aluden los yihadistas en sus proclamas contra lo que definen como “cruzados”.

“España tiene las fronteras más próximas a Mali de la Unión Europea y también es el más cercano a Argelia, el país en donde tiene su base Al Qaeda en el Magreb Islámico, la organización terrorista que controla el norte de Mali, junto con Muyao (Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental) y Ansar al Din. Este hecho constituye un foco de amenaza para toda la región, como demuestra el ataque a la planta gasística, que ha puesto de relieve la capacidad de estos grupos para desestabilizar, no sólo el Sahel, sino también el norte de África”, ha explicado Reinares, en una mesa redonda organizada este jueves por el Real Instituto Elcano en Madrid.

Esta amenaza se extiende también a Europa y muy especialmente a España: “Antes de morir a manos de EEUU, Osama Bin Laden había dado instrucciones al jefe de operaciones externas para que se desplazara al norte de África y estableciera allí, en coordinación con la filial magrebí de Al Qaeda, una base de operaciones para atentar en Europa”, ha explicado el investigador del Real Instituto Elcano.

“En Europa Occidental, España es, después de Francia, el país más amenazado por este foco terrorista. Primero, por la cercanía geográfica, pero también por las alusiones al pasado islámico de nuestro país y a la recuperación de Al Andalus, un discurso que no por quimérico hay que dejar al margen. La presencia española en el norte de África, lo que los yihadistas definen como ocupación de Ceuta y Melilla, protagoniza también las amenazas del actual líder de Al Qaeda, Ayman Al Zawahiri, amenazas que luego son reproducidas, repitiendo incluso los mismos términos, por los dirigentes de AQMI”, ha puntualizado Reinares.

Tanto este experto, como Felix Arteaga, investigador principal de Seguridad y Defensa del Instituto Elcano, deducen de todos estos factores que Mali “ha dejado de ser el patio trasero de España para convertirse en el patio, sin más” y que, por lo tanto, “nuestro país no puede permanecer ajeno al deterioro de la seguridad en la zona”.

Para ello, proponen, no sólo una mayor coordinación antiterrorista con los Estados de la región, y sobre todo con Francia, «el país cuya cooperación en la materia es esencial para España», sino también «sopesar al alza nuestra contribución en la intervención francesa», aunque esta contribución española debe darse «a petición de las autoridades malienses».

Sin problemas de abastecimiento

El asalto a la planta de In Amenas, protagonizado por un grupo escindido de AQMI, tiene evidentes repercusiones en la seguridad energética global. Argelia es uno de los primeros productores de gas natural del mundo y proporciona a nuestro país alrededor del 40% de sus importaciones de este hidrocarburo.

«El ataque a esta planta es el primero desde la independencia de Argelia que tiene como objetivo el sector energético», ha subrayado Gonzalo Escribano, director del programa de Energía del Instituto Elcano, y «esto tendrá un importante impacto, no sólo en el aspecto económico, sino en cuanto a la reputación del país, cuya capacidad para asegurar la seguridad de las instalaciones de extracción de gas se ve ahora comprometida».

Sin embargo, Escribano ha querido «desdramatizar» en el caso de España, pues «gracias a la diversificación de las importaciones» de gas y petróleo, el suministro «está garantizado», lo que en su opinión no quiere decir que «debamos caer en la autocomplacencia» en este ámbito.