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La turistificación o el ‘síndrome de Venecia’

El mayor desafío al que se enfrenta la política en lo que respecta al turismo es en hacer partícipe de sus beneficios a los habitantes de las ciudades, más allá de otorgarles unos trabajos temporales y precarios.

Comentarios
  1. […] Antonio Maestre lo ha explicado magníficamente en este reciente artículo para el medio La Marea: “La sobreexplotación a todos los niveles implica el riesgo de crear una burbuja que acabe matando de éxito al modelo. En Mallorca, el año pasado, se empezaron a cancelar reservas porque la masificación hacía insoportable la permanencia de algunos visitantes en la isla. Ya no son sólo los locales los que acaban expulsados por el turismo desaforado, son los propios turistas los que acaban hartos de un modelo masificado que busca el beneficio rápido a costa de expoliar los recursos humanos, urbanos y medioambientales de las ciudades y ofrecer un servicio de escasa calidad. La fobia al turismo es propia de aquéllos que miran para otro lado cuando acaba convirtiéndose en el enemigo de los que tienen que vivir y disfrutar de él, no de los que luchan y claman por un sector sostenible que aporte beneficios a todos los estratos sociales“. A este ritmo, por tanto, es evidente que ni las condiciones laborales que sufren los trabajadores, ni el desgaste de los recursos naturales, ni la degradación del patrimonio histórico-artístico, ni el proceso de continua gentrificación que sufren los barrios, entre otros aspectos ligados al turismo masivo y descontrolado, pueden ser sostenibles en el tiempo. Corremos el riesgo de convertir nuestras ciudades en parques temáticos al servicio de los turistas, mientras se convierten en selvas donde no merece la pena vivir ni trabajar. Hemos de poner en cuestión las bases del modelo turístico español, si es que queremos que la riqueza generada sea socialmente rentable, además de serlo económicamente. Es un debate urgente que no podemos aplazar por más tiempo. El modelo turístico actual nos puede estallar en cualquier momento. […]

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