Opinión

Vistalegre se prepara para la teatralización de la unidad

La tensión y la frialdad entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón era evidente a pesar del clamor de la militancia para lograr la unidad

Antonio Maestre

12 febrero 2017 Una lectura de 2 minutos

MADRID// Las votaciones se cerraron a las 8 de la tarde con más de 150.000 participantes en una jornada en la que los gritos de unidad de los más de 9.000 asistentes a Vistalegre fueron los verdaderos protagonistas de la jornada. La evidente frialdad entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón quedó patente para quienes presenciaron unos abrazos forzados ante la tensión de muchos de sus segundos espadas, que no están dispuestos a resarcir unas heridas abiertas que les pueden otorgar réditos en forma de cargos de mayor responsabilidad.

La exigencia de unidad propició que los líderes intentaran escenificarla ayer. Pero, a pesar de esos esfuerzos, el discurso de Pablo Iglesias se centró en alabar a los miembros de su lista electoral al consejo ciudadano y dejó de lado la necesidad de integrar que se palpaba en los deseos de los militantes. La única mención a esa fingida unión se produjo, con alborozo del público, cuando Pablo Iglesias nombró a Íñigo Errejón y a Miguel Urbán para expresarles su deseo de contar con ellos de cara al futuro.

El ofrecimiento no fue bien recibido entre el sector errejonista, que leyó el discurso como un intento de equiparar los liderazgos de su corriente con la anticapitalista en un primer movimiento para diluir la importancia de Errejón en el partido. Este podría ser el paso previo para apartarle de sus dos máximas labores, la de la portavocía en el Congreso y la de la jefatura de la secretaría política.

Al final de la mañana del domingo se conocerán los resultados que marcarán el devenir del partido que otorgó ilusión a toda una generación. Se prepara una paz importada que aminore el golpe en la militancia que han provocado las luchas descarnadas previas a la asamblea. Se trata de ganar tiempo. El escepticismo en cuanto a lograr la unidad en Podemos es el sentimiento generalizado entre quienes ayer se planteaban la hipótesis perdedora. Son conscientes de que serán apartados.