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Las falacias de la OCDE sobre política fiscal, salarios y competitividad

Análisis crítico del reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre la situación económica de España

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  1. Las políticas de rentas como corsé de alternativas.

    La insuficiencia de las políticas de renta como alternativas, encorsetan a socialdemocracia e izquierda alternativa, economistas ortodoxos y heterodoxos.
    Medidas económicas idénticas en un conjunto de países dados (europeas, o extra-europeos) neutralizan sus teóricos efectos entre sí, si su enfoque es el crecimiento de cuota de mercado mundial- que es castrado de innovación revolucionaria-.
    Tanto alternativas como políticas neoliberales, si las desbrozamos tal si fuera la reducción de un plato gastronómico, nos mostrarían su realidad y esencia material: distintas formas,ritmos, presentaciones y distribuciones de políticas de rentas.
    Cuando desde el campo neoliberal plantean que para repartir riqueza, primero hay que
    crearla, manifiestan una verdad de perogrullo. El siguiente escalón de su lógica, es quién crea riqueza (o empleo) es el empresario, por tanto, el empresario (hoy día el empresario empredendor- superhéroe de ficción-) necesita beneficios para emprender y crear empleo (otra perogrullada). De donde se deriva que el emplead@ o trabajador-as, o extrabajador-a hoy autónom@ en comisión de servicio, o profesional liberal,o … ., debe reducir sus rentas reales para aumentar el beneficio del emprendedor creador (superhéroe de ficción) de riqueza.
    Hete aquí la mentira de Perogrullo, ¿si el empresario ha creado riqueza? ¿Por qué no puede obtener su beneficio de la misma, sin disminuir la renta del emplead@?. Muy simple, por qué no ha creado riqueza.
    Ahora, en lugar de reducir la esencia del plato gastronómico, ampliemos la imagen del Google Earth al conjunto de la economía española, europea o mundial. Muy probablemente observaríamos como se redistribuye riqueza entre estados o zonas regionales, clases sociales, etc., pero visto a dicha escala comprenderíamos que la riqueza ha dejado de crearse, incrementar.
    Al aumentar la productividad en los mercados convencionales, desvalorizamos la unidad de producto. De forma que la tasa de ganancia decrece, y la pérdida de beneficio provoca la eufemística sobreproducción, es decir la perdida de beneficio. En consecuencia al igual que ocurre ahora mismo con los productos agrícolas, se destruyen las fuerzas productivas cual patatas, o tomates tirados para mantener precio.
    Es sólo la recuperación de tasas de ganancias, producidas por la ampliación de nuevos mercados y la previa diversificación de industrias de productos ex-novo y revolucionarios, quién puede sacarnos del atolladero de destrucción sin creacionismo Shumpeteriano; la otra alternativa son las conflagraciones bélicas.
    Si bien la mayoría de economistas, sobre todo neoclásicos y neoliberales, plantean dicha variable innovadora como independiente e inconexa del desarrollo capitalista, nada más lejano de la realidad.
    Es la concentración y centralización del poder económico (http://www.agarzon.net/quien-controla-la-economia-mundial-el-poder-de-las-transnacionales/), y su traslación institucional público privada quién obstaculiza dicho desarrollo.
    El neofeudalismo capitalista tiene dos caras: una la desposesión que convierte la titularidad de grandes capitales, en un privilegio generador de riqueza por desposesión del resto; la otra al igual que otrora las instituciones feudales ,por mor de sus intereses,impedián y cercenaban el desarrollo del conocimiento y sus aplicaciones sociales, actúa igualmente.
    Hoy la concentración y centralización del poder económico, y su cuerpo institucional público-privado, impiden el desarrollo no de la productividad convencional, sino de la paradigmática que diversifica industrias y mercados ex-novo.
    La economía, las relaciones,formas y medios de producción han crecido productivamente de forma convencional, saturando los mercados existentes.
    En su crecimiento, la acumulación ha creado un entramado institucional que bloquea el nacimiento de lo económicamente ex-novo.
    La democratización de la economía, y con ella la diversificación de la investigación, son los auténticos instrumentos que permiten superar la dicotomía entre reparto o rapiña de lo existente.
    Que duda cabe, no aceptar la Barbarie como alternativa implica optar por la democratización, que es indisociable de la opción de reparto ante la de rapiña.
    La opción de rapiña, de desposesión por la que han optado los neoliberales tan sólo acrecenta el problema de concentración y crecimiento de la desigualdad, estrangulando aún más el cuello de utero del que nace la innovación revolucionaria y acrecentando el problema, cuyo desenvolvimiento lógico final es la conflagración bélica (si compararamos estadísticas veríamos como se han multiplicado, junto a la inestabilidad estos últimos años).
    Hoy día toma cuerpo la alternativa, que presenta la consistencia entre significante y significado, continente y contenido. Hoy día no se puede entender una alternativa material a la dignidad que no pase por la DEMOCRACIA.

    Democracia o Barbarie.

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