MADRID// El Ayuntamiento de Madrid tiene previsto cerrar al público el Centro Cultural Conde Duque para que la embajada de Estados Unidos pueda celebrar el Día de la Independencia el próximo 4 de julio. Tras ser interpelado por la portavoz de UPyD, Patricia García, en el Pleno del Ayuntamiento que ha tenido lugar en la mañana de este miércoles, el delegado del Área de las Artes, Deportes y Turismo del Gobierno municipal, Pedro María Corral, se ha mostrado orgulloso de esta decisión y lo ha justificado con varios argumentos.
El primero de ellos, que no es la primera vez que el Ayuntamiento colabora con la embajada estadounidense. Según ha recordado, ya en 2011 el Ayuntamiento de la capital “cedió la Galería de Cristal” del Palacio de Cibeles para que pudieran festejar esta señalada fecha en la historia estadounidense. Además de porque supone un “extraordinario elemento de promoción”, para Corral, esta cesión implica un fortalecimiento de los lazos con Estados Unidos, cuyos ciudadanos gastaron 574 millones de euros el pasado año en Madrid al elegir esta ciudad como destino turístico.
Según explicó Patricia García en una conversación telefónica con La Marea, el hecho de ceder “excepcionalmente un espacio público a un particular” no tiene por qué ser cuestionable de entrada. “Si el Ayuntamiento, en un momento determinado, tiene un espacio que no se está usando y lo puede alquilar para un evento, puede ser discutible pero no tiene por qué ser malo porque sí. Además, hablamos de la embajada de Estados Unidos, el cuerpo diplomático de EEUU en Madrid, que es un colectivo importante por la fuerza que tiene el país al que representan”. Sin embargo, sí considera un problema el hecho de que el lugar que se le vaya a ceder a la embajada estadounidense sea el Centro Conde Duque.
“Si sirviera para darle más visibilidad al centro, bueno, pero no estoy segura de que sea lo que se vaya a hacer”, explicaba. “En este tipo de eventos hay veces que se incluyen visitas guiadas por el edificio para darlo a conocer, por ejemplo, pero en este caso, que sepamos, no va a ser así, por lo que no sólo no se le va a dar visibilidad sino que va a permanecer cerrado”. Además, según García, dado que este centro tiene una clara función cultural, en caso de cederlo para un evento privado, este debería preservar dicho carácter. Algo que se va a respetar, según Corral, ya que “durante el evento habrá actuaciones musicales”.
Otra de las cuestiones que García ha planteado en el Pleno ha sido la del tiempo que permanecerá cerrado el Conde Duque a los ciudadanos ya que se especulaba con varias opciones, desde que se iba a prolongar durante dos días, el 3 y el 4 de julio, hasta que solamente se clausuraría a partir de las 19.00 horas del día 4. Según el delegado del Área de las Artes, “el funcionamiento del centro no se verá afectado por este evento con excepción del acceso a las instalaciones del patio sur, que se cerrará a partir de las 19.00”. A la pregunta que ha decidido no responder Pedro María Corral es la de quién recibirá el pago que se va a recibir por alquilar el Conde Duque. “¿Quién cobrará el dinero, el Ayuntamiento o Madrid Destino? Y en caso de que lo reciba el Ayuntamiento, ¿se le va a transferir a esta empresa municipal como una encomienda de gestión? Es decir, ¿estamos usando una vez más el Conde Duque para financiar Madrid Destino?”, ha consultado sin éxito la portavoz de UPyD.
La mercantilización de lo público
Para Patricia García , lo que se está cuestionando de fondo con la fiesta que Estados Unidos va a celebrar en un edificio municipal es el uso de instalaciones públicas para eventos privados, sobre todo cuando esa utilización incide en el servicio que se le está dando al ciudadano. “Estamos viendo una deriva en el Ayuntamiento por ir hacia una mercantilización de los espacios cada vez más acusada”, contaba vía telefónica. “En el Conde Duque se han hecho eventos de todo tipo, hasta la presentación de un modelo de zapatillas de una marca deportiva. Y la Galería de Cristales del Palacio de Cibeles, que nos costó 500 millones de euros arreglarlo, resulta que se está usando para eventos privados. Insisto, estamos viviendo una acusada mercantilización de esos espacios” denunciaba.
Tal y como apuntaba García por teléfono y reconocía el Corral en el Pleno, la costumbre de poner un edificio público a disposición de los intereses privados no es nueva en Madrid. Ocurre, por ejemplo, con el Teatro Circo Price, adquirido por el Ayuntamiento de Madrid en 1999, y cuyas obras de acondicionamiento costaron a los madrileños 25 millones de euros. Y con la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles que, tras su reapertura en 2012, Gallardón decidió poner a disposición de todo aquel que tuviera entre 5.000 y 35.000 euros para costearse su alquiler.
Dos años más tarde es Ana Botella quien, por medio del nuevo Plan General de Ordenación Urbana, ha decidido ir un paso más allá. Mediante la revisión de esta normativa, que varias organizaciones sociales han criticado por la ausencia de transparencia y publicidad en el proceso, tiene previsto cambiar el uso dotacional de varios de los edificios emblemáticos de la capital para darles un uso lucrativo. Esto significa que las empresas privadas podrán disponer de ellos para convertirlos en oficinas, centros comerciales, supermercados o grandes almacenes. Entre estos edificios están los juzgados de Plaza Castilla, las instalaciones de RTVE situadas en Torrespaña, el Registro Civil de la calle Pradillo el antiguo Hospital del Aire o los centros educativos La Salle-Sagrado Corazón, Joan Miró y Jaime Vera, entre otros.
Lo más preocupante parta la portavoz de UPyD es que “corremos el riesgo de estar usando edificios del Ayuntamiento para financiar a Madrid Destino”. Según recordaba, “nos han vendido que esta empresa iba a ser una concentración de Madrid Arte y Cultura, Madrid Espacios y Congresos, y Madrid Visitors y que esa concentración iba a suponer un ahorro del gasto y de las transferencias de capital que el Ayuntamiento le tiene que hacer a esa empresa”. A pesar de ello, “resulta que, mediante encomiendas de gestión, le estamos pagando el dinero que dejamos de pasarle como transferencias de capital, cosa que me parece que es hacer trampa. Lo que sí que se está reduciendo es el número de trabajadores, porque los miembros del equipo directivo permanecen prácticamente intactos, y eso que se han concentrado tres empresas”, lamentaba.
