Se suele atribuir a Churchill la cita según la cual democracia es el sistema político en el que si llaman a la puerta a las seis de la mañana se sabe que es el lechero. Según esa misma lógica, un Estado social normal debe de ser aquel en el que cuando un hospital llama a una casa un sábado preguntando por el padre de un niño es porque algo malo han descubierto en la salud del niño. Madrid no es un Estado social normal sino un Estado de saqueo.
Mi hijo empezó a ser atendido en el Hospital Carlos III de Madrid cuando le detectamos una alergia. Afortunadamente no es nada grave y la previsión es que se le quite en pocos meses. Pero a los niños alérgicos de Madrid los atienden en el Carlos III porque tiene una planta especializada en el asunto. Es algo que yo ignoraba. De hecho no estoy seguro de que conociera la existencia del Hospital Carlos III antes de que me derivaran a él para diagnosticar y seguir la alergia del niño. Cuando lo llevé por primera vez había los mismos carteles que en otros centros de salud y hospitales públicos madrileños defendiendo la sanidad pública. Pero en el Carlos III había unos específicos. «Puede que ésta sea la última vez que le atendemos aquí», decía uno de ellos. Le pregunté a la doctora y me explicó que había planes de integrar el hospital en La Paz y que aunque la Consejería de Sanidad lo vendía como un cambio meramente administrativo probablemente ello conllevaría la disolución de los servicios especializados que hay en el Carlos III: la alergología pediátrica, por ejemplo, o el tratamiento de algunas enfermedades infecciosas. En noviembre, de hecho, la marea blanca se manifestó contra el cierre del Hospital Carlos III.
Esta mañana, en sábado, me llaman del Hospital Carlos III preguntando por el padre de mi hijo. Como Madrid no es un Estado social normal sino un Estado de saqueo no se trataba de ninguna mala noticia personal sino de una mala noticia colectiva.
-Tiene usted cita para junio, pero es que están cerrando el hospital y tenemos que darle cita para antes, para febrero o marzo para ver cómo seguimos el tratamiento.
-Pero… no tiene sentido. La consulta que yo tengo tiene que ser en junio para ver si se le ha quitado ya la alergia, hace falta un análisis de sangre un mes antes y no tiene sentido hasta pasados unos meses del anterior (en diciembre).
-Ya, ya, si eso su doctora lo sabe. No es una consulta médica, ni siquiera tiene que venir el niño. Es sólo para ver cómo seguimos el tratamiento. Supongo que si su hospital de referencia es el Clínico pues habrá que trasladarle las citas allí y que le siga algún médico de su hospital de referencia.
Busco en la web y no encuentro que la Consejería haya anunciado que sí, que echa el cierre al Carlos III tal y como existe ahora, es decir, con sus servicios especializados que no hay en otros hospitales. Pregunto y nadie sabe nada. Pero la llamada y la cita que me han dado es inequívoca. Se cierra y no se sabe cómo se va a continuar el tratamiento de mi hijo. Felizmente la alergia del niño es una chorrada, una mera incomodidad que probablemente desaparezca, uno de los casos más fáciles de atender por lo que mi respuesta es de más cabreo que preocupación.
Hace sólo dos semanas dimitió Lasquetty porque la Justicia había paralizado la privatización sanitaria. El nuevo consejero tranquilizó diciendo que los proyectos de Lasquetty quedaban paralizados incluso aunque los tribunales los declarasen legales. Pero la llamada del hospital un sábado por la mañana implica varias cosas. Que el saqueo de la sanidad madrileña sigue activo. Que hemos ganado una batalla pero que el gobierno ha reaccionado activando de urgencia otros frentes del desguace de la sanidad pública.
Y que en ningún caso el cierre del Hospital Carlos III (o su conversión en otra cosa) es una cuestión meramente burocrática. No se trata sólo de que a partir de ahora el hospital pase a ser una dependencia del Hospital de La Paz. Si el cambio fuera meramente burocrático mantendría allí mi cita en junio pese a que ya no se llamara Hospital Carlos III sino que fuera una dependencia de La Paz. Es que se suprimen servicios médicos. Si a mi hijo lo derivaron para la atención de su alergia al Hospital Carlos III era porque ahí había una unidad especializada que no había en su hospital de referencia: que le atendieran ahí suponía un buen servicio médico. Por lo tanto su supresión significa un deterioro del servicio sanitario público: si no han informado siquiera de que se está produciendo, mucho menos están informando de qué ventajas se supone que tenemos los madrileños perdiendo un servicio que hasta ahora sólo daba este hospital y que ahora nadie sabe quién va a dar.
Uno podría esperar que tras el sopapo judicial a la Comunidad de Madrid se paralizase el saqueo. Pero una llamada del Hospital Carlos III en sábado por la mañana informa de que al paralizarse la parte más visible del saqueo han acelerado las partes menos conocidas. Como si debiesen algo a alguien por el lucro cesante. Que seguro que no es eso. Pero lo parece.