El Partido Socialista del País Valenciano (PSPV) ha revelado más contratos escandalosos que prueban el saqueo que el PP ha llevado a cabo en Radiotelevisión Valenciana (RTVV) durante los últimos años, por lo cual han insistido a exigir una comisión de investigación.
De este modo, el diputado socialista y representante del PSPV en la Comisión de Control de RTVV, Josep Moreno, ha incidido que “se han practicado sobrecostos de forma continua” aunque “son pecata minuta comparados con el que cobraban las grandes estrellas, algunas de ellas relacionadas posteriormente con la financiación ilegal del PP”, ha apuntado el diputado socialista, que ha especificado casos como el de José Luís Moreno y su productora Adriática “donde nos hemos encontrado con un contrato firmado por 2.025.770 euros más IVA por un programa que se llamaba Planta 25 de hace seis años, y que constaba de 58 capítulos, que nadie recuerda, porque eran de poca duración y se programaban en horarios sin sentido, pero por los cuales pagaron el mismo importe por el que se han adjudicado en estos momentos 487 horas de magazins, concursos y programas de prime time divulgativos”.
Del mismo modo, Moreno ha hecho referencia a “sueldos inexplicables que se pagaban a determinadas personas”, como es el caso del contrato firmado con Jesús Pérez Mariñas, que cobraba 6.000 euros por cada asistencia a Tómbola, pero que además recibía 1.000 euros “cada vez que se sentaba un rato a hablar de la vida privada de la gente en un programa diario que se llamaba Mañana, mañana, lo cual suponía unos 5.000 euros a la semana y otros al mes”, al mismo tiempo que ha destacado que “seguro que no habría ninguno otro periodista de sociedad valenciano que pudiera hacer el mismo por mucho menos”.
Otro ejemplo es el de María Abradelo, a quien pagaban en 2002 un total de 270.000 euros más IVA para presentar programas indeterminados, mientras que las presentadoras de RTVV, como es el caso de Fani Grande, que fue despedida por el ERO, cobraban sueldos que no llegaban a los 2.000 euros mensuales, o de Xelo Miralles, que a pesar de tener un programa destacado su sueldo no llegaba a 3.000 euros. No obstante esto, “y por si estas cifras no son suficientes, parece que la dinámica de saqueo era todavía más escandalosa, puesto que los directivos de la cadena hacían un uso poco explicable del dinero público”. Así, entre la documentación a la cual ha tenido acceso el PSPV, aparecen datos tan llamativos como que el entonces director de Radio 9, Volstein, “cargaba gastadas extras de habitación en un hotel de Alicante por tres días que ascendían a 1.666 euros”; así como el realizado por Víctor Lanas, que aparece como firmante de alguno de los contratos con Adriática, “que cargó a la subdirección económica de RTVV una estancia en un hotel de Miami entre el 29 de diciembre y el 2 de enero del año 2000”.
Con respecto a los sobrecostos de los programas, ha desvelado que una prueba de esto es la última adjudicación de programación que se ha llevado a cabo, donde queda claro que el precio medio por hora de producción audiovisual es de 5.617 euros. En cambio, ha mostrado el contrato de un programa, emitido hace unos diez años, de menos de una hora denominado Dame uno beso y por el cual RTVV pagaba 60.585 euros más IVA por cada uno de ellos, “lo cual supone más de 10 veces el precio de mercado”.
“Sólo la punta del iceberg que explica la desaparición de 1.200 millones en RTVV”
Del mismo modo, ha recordado que “se han encontrado recientemente pruebas de los sobornos que se pagaban a periodistas en forma de sueldos extraordinarios, como los 6.000 euros que recibía Carlos Dávila para presentar un programa o los viajes en bussines class que hacían los invitados a la tertulia de Isabel Durán con todo pagado”. Moreno ha apuntado que “nosotros pensamos que todo esto es sólo la punta del iceberg de las pruebas que explican los 1.200 millones desaparecidos de RTVV y por esto hemos pedido una comisión de investigación” y ha explicado que el saqueo “se hizo en base a una mecánica en tres ejes: sobrecostos, de más magnitud que los aplicados a los grandes acontecimientos o las obras faraónicas; contratos inexplicables con personas que no justificaban en ningún caso los honorarios que se los pagaban; y finalmente con el abuso de los gastos de las líneas de dinero público a las cuales accedían algunos directivos para traer adelante su labor”.
[Este artículo ha sido publicado originalmente en La Veu del PV]
