Opinión

Leonor

La autora cuestiona la legislación que deja sin protección a los hijos de los maltratadores condenados por violencia de género. El pasado martes, Leonor, de seis años, fue presuntamente asesinada por su padre.

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Comentarios
  1. Quien lea su artículo podría pensar que la custodia compartida se concede automáticamente, como un derecho, a los padres, y que hay unas pobrecitas madres que no obtienen la custodia, por riesgo de alienación parental, cuando la realidad es JUSTAMENTE LA CONTRARIA. Las custodias compartidas NO se conceden como regla general, y es el padre el condenado a separarse de sus hijos y (esto es lo que seguramente les interesa a la mayoría de separadas) se ve obligado a pagar una pensión calculada muchas veces de forma injusta, una pensión que cobra la madre (presuntamente para sus hijos) pero de la que la madre no tiene que dar la más mínima cuenta de en qué se la ha gastado, y por si fuera poco, la madre usurpa la vivienda común, mientras el ex-marido tiene la obligación de seguir pagando la hipoteca. Todo esto independientemente de que el padre pueda comenzar una nueva vida, de que la madre disponga de otra vivienda donde podría vivir, etc.
    La gran trampa de la ley de divorcio «sociata» de 2005 fue dar a entender a muchos padres que la custodia compartida existía. Cuando van a un abogado a tratar el divorcio, se llevan la sorpresa mayúscula de que no se la van a dar. Y de hecho, que es mejor que no la pida, por dinero y por tiempo, y porque es completamente inútil, salvo en Aragón y desde hace poco en Valencia.
    Por artículos como éste es por lo que la izquierda ha perdido el apoyo que tenía. Por eso cerró Público y por eso al PSOE le quedan diez añitos o más de travesía en el desierto. Sin un divorcio justo no hay igualdad, y nunca tendrá usted, señora sociata, apoyo de la sociedad. Sólo de cuatro feministas deseosas de volver a recibir subvenciones.

  2. tengo un hijo y a pesar de que el padre demuestra una violencia hacia mí declarada ante psicóloga del gabinete psicosocial, esta misma declara idónea la custodia compartida, a pesar de que ella refleja en el informe frases como: no la quitaré de en medio, a no ser que pase algo gordo con mi hijo…aún reflejando estas amenazas tan serias en el informe, ve favorable la custodia compartida. La justicia no está entendiendo esta lacra, pasan por delante de ellos y les dan la razón sistemáticamente, si no cómo es posible que declaraciones como esta las pase por alto una psicóloga? , la bien llamada «ley del padre» los ampara.

    • Gracias Eloise, mucho ánimo.
      Delante de la orientadora psicológica del Centro de Atención a la Familia del Ayuntamiento de Madrid, el padre de mi hija después de reconocer insultos y agresiones verbales delante de la niña, llegó a decir frases como: «de la cárcel, se sale». «La cárcel está llena de hombres por culpa de mujeres como tú».
      La orientadora únicamente se preocupó de recalcarme que «es su padre, que no puedo hacer nada (para evitar la exposición de la niña) y que una cosa es la «relación de pareja» y otra su derecho a estar con su hija. Que si no apoyo más visitas es que «entonces» no me importa «la felicidad de mi hija porque lo bueno para ella es que cuanto más vea a su padre mejor». Da igual cómo sea ese padre, cómo utiliza el padre a ese menor o los daños que pueda causarle.

      En el 016 solo insisten en que vaya (YO) a terapia y que me despreocupe de lo que ocurre entre la niña y su padre. Ya se sabe, las maltratadas somos unas masocas patológicas (da igual la historia individual, o estar defendiéndote con uñas y dientes) y estamos sometidas a lazos de superprotección con nuestros hijos que lastran nuestra autonomía.

      ¿Es que ver a tu padre agredir, gritar, insultar a tu madre no es maltrato? Si el progenitor agredido solo debe preocuparse de salvar su propio pellejo ¿quién velará por la integridad y los derechos de ese menor????
      Ante indicios de que esto pueda ocurrir, ¿nadie velará porque no se produzca, qué mecanismos existen de seguimiento de esas visitas, de esa relación, de la salud mental de ese progenitor potencialmente maltratador? NADA, ES EL DERECHO DEL PADRE. ¿Y ya está?, ¿ahí acaba el cuidado social de la infancia, de la igualdad de oportunidades desde el nacimiento?
      Hasta que no se dispongan mecanismos sociales efectivos las progenitoras agredidas seguiremos viendo comprometida nuestra autonomía para proteger a esas niñas y niños de las que somos responsables afectiva y legalmente.

  3. Ojalá estos hechos apareciesen más en los grandes medios de comunicación. Es un escándalo que cosas así ocurran. Menos mal que sí hay mujeres y hombres que dedican su labor periodística a esta causa.

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