MADRID // A Bankia, la acampada que tiene a las puertas de su sede central de Madrid desde el pasado 22 de octubre, le empieza a irritar. El pasado miércoles la ocupación de la sucursal de Gran Vía, 44 acabó con un compromiso que hoy, fecha y día acordados, se ha visto sometido a nuevas exigencias, relacionadas con “el chiringuito”.
“La propuesta es que se paralizarán los desahucios de esta semana y se revisarán todos los expedientes de noviembre si se desmonta el chiringuito”, ha comunicado Javier Rubio a la asamblea de la acampada tras reunirse con los responsables de la entidad. Es el mismo compromiso que Bankia asumió hace dos días, pero ahora ha incluido la desaparición de la treintena de personas que viven y duermen por turnos en la Plaza del Celenque en Madrid como condición sine qua non para continuar con las negociaciones.
Según Rubio, Bankia ha transmitido a los representantes de los afectados de la PAH que entre el lunes y el martes “se pondrá en contacto con todos los afectados para estudiar su caso”. Esto siempre y cuando “el campamento desaparezca”. Las víctimas de la hipoteca y los activistas de la PAH, junto a varias asambleas de Vivienda de Madrid, siguen con su obsesión de conseguir un documento escrito con el compromiso de la entidad, pues, como explica una de las afectadas, Zeida González, “hoy se ha demostrado que no cumplen con su palabra”.
La fecha pactada para hacer entrega del escrito por el cual Bankia se comprometía a “paralizar los desahucios programados para la semana que viene, estudiar todos los expedientes de noviembre y poner facilidades al alquiler social”, era hoy a las 13:30 horas. Pero lo que se han encontrado afectados y activistas a esa hora ha sido un cordón policial de nueve policías nacionales bloqueando la puerta e impidiendo el paso a la entidad.
“Se están riendo de nosotros”
A las dos un policía nacional se acercó a Manuel, el abogado que negoció en Gran Vía, 44 el pasado miércoles, y le dijo: “Están gestionando una visita pero contrólame a esta gente. Apartaros de la puerta y que no entren”. Se refería a la treintena de personas que esperaban a que la entidad decidiera qué iba a hacer frente al Monasterio de las Descalzas Reales, por la puerta de atrás.
A partir de ahí y hasta las 14:40 horas (cuando han conseguido entrar), el banco iba cambiando las condiciones que debían cumplir las personas con las que aceptaba reunirse. Hasta tres “equipos” diferentes de representantes ha elegido la asamblea en función de los requisitos que iba cambiando Bankia. Al final, la entidad ha accedido a reunirse “con dos personas que ya tengan el alquiler social aprobado”.
“Se están riendo de nosotros –ha explicado amargamente Manuel-, es como ir al médico y que el doctor sólo acepte ver a gente sana”. Al final, entraron al encuentro Javier Rubio (uno de los siete abogados de la PAH Madrid), Robinson (uno de los cinco alquileres sociales conseguidos esta semana) y Lourdes (que tiene previsto su desahucio el próximo miércoles).
El chiringuito lo primero
Mientras un grupo de veinte personas volvían a montar las dos carpas que la Policía Municipal obligó ayer a quitar por no tener licencia del Ayuntamiento, la comisión de negociación bajaba la cuesta hasta llegar a la acampada. “Dicen que todo está en marcha, pero que la demora es la propia de los trámites burocráticos”, ha explicado Javier, y ha añadido: “Para que siga el proceso de negociación, piden que desmontemos el chiringuito”.
Quince minutos después, Javier volvía a encarar la cuesta en sentido contrario para comunicarle a Bankia la decisión de la asamblea: No se irán, por lo menos hasta el lunes. Nadia, una de las activistas de la PAH, aportaba a la asamblea: “Si hasta el lunes no van a llamar a todos los afectados, no tiene sentido que nos vayamos antes de esa fecha”.
Una de las afectadas, Zeida González, se ha mostrado contraria a la idea de desmontar la acampada. “Ya hemos confiado en ellos y la realidad es que no tenemos nada. ¿Tienes el documento escrito? (le preguntaba al abogado). Pues eso era lo que nos iban a dar hoy. Si nos vamos, perdemos”, ha insistido.
Deberes para este fin de semana
Según Sergio, allegado a la PAH, el chantaje es “clamoroso”: “Piden que retiremos el campamento a cambio de estudiar no más de 60 expedientes, que sólo corresponden a la Comunidad de Madrid. Estamos aquí representando a todos los afectados a nivel nacional”.
Por delante, la acampada tiene dos días y varias tareas a realizar: un listado actualizado de los expedientes y la situación de cada uno de los afectados, la discusión sobre la continuidad de la acampada 24 horas -pues se va acercando el frio y cada vez las noches son más duras-, posibles acciones a nivel nacional para la próxima semana y la preparación de la hipotética reunión del próximo lunes.
Además, hay al menos dos afectados que están barajando la opción de empezar una huelga de hambre a las puertas de la sede. Es una propuesta polémica en la propia asamblea que, reconocen, “tenemos que seguir estudiando”.