SANTIAGO DE COMPOSTELA // El despacho de Pachi Vázquez está a escasos 100 metros de la Xunta de Galicia. Llegar hasta allí es complicado, hay varias cuestas y caminos embarrados, recovecos imposibles, toda una metáfora del futuro que le queda al candidato del Partido Socialista de Galicia (PSdG) si quiere gobernar a los gallegos. Vázquez es afable y cercano en el trato personal. Tiene dos móviles y permanece en todo momento atento a ellos, Ourense y la operación Pokemon está en pleno apogeo y cualquier llamada inquieta. En su despacho dos banderas, la de España y la de Galicia, muchos papeles y una obsesión en el ambiente: la reforma fiscal.
¿Estoy frente al próximo presidente de la Xunta?
Es muy probable que sí. Yo conozco mucho Galicia y sé que acaba de probar cuatro años de fracaso, de recesión, de un presidente que está encantado consigo mismo. Cuando sales a la calle y hablas con la gente, te das cuenta de que Galicia tiene muchas dificultades, 300.000 parados, 600.000 pensionistas que están pagando sus medicamentos, listas de espera sanitarias interminable y una gran desesperanza porque a la gente se le transmite que esto está muy mal, que no hay nada que hacer. Yo represento un modelo completamente distinto, un modelo que quiere encarar esta crisis mirándola de frente y sabiendo que para salir la tienen que pagar los que más tienen.
No ha arrancado la campaña electoral y parece que la corrupción con el caso Pokemon la dinamita ya…
Esto es algo que beneficia a la derecha. Vamos a decidir los cuatro años más importantes de nuestras vidas, porque es un momento de cambio, y es injusto que un hecho muy puntual confunda a la hora de tomar una decisión. Hay una gran desafección política, y eso es algo que a la derecha le encanta, eso de que “somos todos iguales, esto es un desastre…”.
¿Teme una desmovilización de la izquierda?
Hombre yo… solo digo una cosa, es mucha casualidad que siempre que empieza una campaña en Galicia pasen las mismas cosas y a los mismos, por lo tanto, lo dejo ahí. ¿Puede ser casualidad? Puede, pero es una casualidad muy rara…
Las encuestas en ningún caso le dan mayoría absoluta, ¿estaría abierto a hablar con cualquier formación política para una futura coalición de gobierno?
No, con cualquiera no. Yo, cuando hablo de un gobierno de progreso no dejo ninguna duda. Hay una gran diferencia entre la izquierda y la derecha, ésta última eligió un camino que es Portugal y Grecia, un camino que consiste en cargarle la crisis al que no puede con más y dejar escapar vivos a los que nos metieron en ella. El modelo de la izquierda es el modelo que pone Francia, un modelo que dice que van a venir momentos duros, pero que son momentos de esperanza, es decir, vamos a cobrarle a quien más tiene para poner en marcha el crecimiento.
Pero, ¿Galicia tiene margen de maniobra para marcar ese camino hacia Francia?
Sí, sí, hay margen de maniobra cuando ideológicamente te lo planteas. Por ejemplo, en lugar de cobrarle los medicamentos a los pensionistas (33 millones de euros al año), yo, los primeros 100 días, le voy a poner un invento a la banca, algo que ya se hizo en Catalunya, Extremadura y Canarias, y así vamos a recaudar 52 millones, es fácil. Pero también habrá impuestos a los grandes patrimonios, a las rentas más altas, a las grandes superficies comerciales, a los elementos más contaminantes de la política ambiental…
Pero usted me está hablando de un programa de izquierdas…
Claro, es que es eso. El programa que llevo yo es de izquierdas sin ninguna duda, yo lo llevo con mayúsculas en mi programa. El gobierno tiene que actuar porque la sociedad no tiene poder de reacción sin financiación, lo de hacer más con menos es mentira, para hacer más hay que tener más, y para tener más hay que ir donde hay más. Por eso, dejemos un poco en paz a nuestros pensionistas, a nuestros enfermos, a nuestros parados, a nuestros estudiantes, y vayamos donde están los recursos. Por ejemplo yo llevo un plan de 25.000 puestos de trabajo para jóvenes, eso cuesta 65 millones de euros al año, pero una sociedad con la mitad de los jóvenes en paro no tienen futuro.
Si usted grava los impuestos a los grandes empresarios, ¿cómo van a querer luego participar en esos planes de empleo?
Pero es que yo no se lo voy a preguntar, yo se lo voy a aplicar. Quien va a potenciar esos planes de empleo soy yo, porque a un empresario que le puedo subir su fiscalidad, también le voy a dar oportunidades en sectores productivos. Yo cogeré a 6.500 jóvenes, con bolsas de trabajo de un año, con 500 euros al mes y sin coste para la empresa, y así le devuelvo productividad a cambio de fiscalidad.
Quizás en su discurso lo que más sorprende es que hable de cambio de fiscalidad, ¿por qué?
Porque el resto es engañar. Yo creo que es muy probable que pueda gobernar, pero solo hay algo peor que perder las elecciones y es que te saquen a gorrazos a los tres meses por mentir, lo que le está pasando a Rajoy. A la gente hay que decirle la verdad, yo sé lo que quiero para el país, para ir ahí y sentarme y agacharme como hace Feijóo… no.
Y con este discurso llegó a ser candidato del PSdG, ¿por qué no hubo primarias?
No las hubo porque Feijóo hace un adelanto electoral técnico, porque sabe que vamos a un rescate. Ellos quieren aplicar el modelo de primero elecciones y luego decisiones, por eso estas elecciones son algo más, son un referéndum sobre lo que puede hacer Rajoy en España; o les paramos aquí los pies, o en España van a seguir con esa carrera alocada neoliberal que nos va a llevar a todos a la ruina. Yo hace cuatro meses gané un congreso, y no fue un congreso fácil, lo gano porque me pongo duro, muy apoyado por las bases y con dificultades. Luego convoco primarias, y tenemos día y hora, pero Feijóo adelanta las elecciones y no tenemos tiempo, así que me siento legitimado y apoyado por el partido.
¿Usted es nacionalista?
No, yo no soy nacionalista. Yo creo que nuestro modelo es socialismo y galleguismo. Yo soy de la esencia de Galicia, bilingüe total, amante de mi cultura y de mi territorio. Defiendo la nacionalidad histórica de Galicia, con el máximo autogobierno y sin ningún tipo de dependencia más allá de un procedimiento solidario con el país, punto.
¿Y usted se sentiría a gusto con un modelo federal?
Yo creo que el modelo federal es un punto de llegada. ¿Qué es un estado autonómico? Una cosa muy rara, un modelo descentralizador, que la derecha quiere recentralizar con Feijóo a la cabeza, pero que bajo ningún concepto se lo vamos a permitir en Galicia. Yo siempre me defino como constitucionalista, yo dentro de la Constitución, el máximo para Galicia…
¿Qué le diría a un joven de 18 años que el otro día rodeó el Parlamento europeo desencantado de la política y los políticos?
Solo le deseo una cosa, que a lo largo de su vida nunca tenga que pedir que lleguen los políticos. Yo tengo 57 tacos, y viví una Galicia y una España en la que no había políticos. Tú tienes derecho a estar enojado, disgustado, pero eso hay que traducirlo en votos, en alternancia política, en modelos democráticos, en muchas cosas, pero nunca hay que caer en el error de la derecha. Ojo al populismo, es muy fácil canalizar el desencanto de la gente hacia el populismo, pero yo apuesto por la política en mayúsculas, y a los políticos que no nos gusten, cambiarlos en las urnas.
¿Y esperar cuatro años?
A mi eso me vale, pero acepto cambiar los modelos, hagamos ciclos más cortos, pero hay que ir a votar, cuando la gente no vota, gana la derecha. Ahora dime, quiero votar cada seis meses, cada año, en urna, en la Red, bien, pero no comulgo con alguien que dice que no cree en la política. Siempre va a haber política, o sino, habrá algo peor…