La oposición siria pide que se arme a los rebeldes

MADRID // El presidente del Consejo Nacional Sirio (CNS), al que se considera el principal grupo de oposición en el exilio, Abdulbaset Saida, ha reclamado hoy en Madrid que la comunidad internacional proporcione armas a los rebeldes que tratan de derrocar al gobierno presidido por Bashar al Asad. También ha exigido que ante “los asesinatos constantes que suceden ante los ojos del mundo”, se establezcan zonas de seguridad para refugiados en el interior de Siria.

En una crítica apenas velada a lo que ha descrito, sin usar ese término, como pasividad de la comunidad internacional, Saida –un intelectual kurdo de 56 años experto en civilizaciones antiguas- ha justificado estas peticiones recordando que si “el bloqueo en el Consejo de Seguridad” no permite [al CNS] cumplir con su deber de proteger a los civiles, este tendrá que solicitar las armas “que permitan a los sirios defenderse de los bombardeos, los blindados y los aviones que los están matando a todas horas”.

Al citar el bloqueo en la ONU, el presidente del CNS aludía a la oposición de Rusia y China, miembros permanentes del órgano ejecutivo de Naciones Unidas y por lo tanto con derecho a veto, a las resoluciones que pedían explícitamente la caída de Al Asad y que hubiesen abierto la puerta a una intervención militar foránea similar a la que tuvo lugar en Libia.

Saida, flanqueado por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien ha representado al Gobierno español en su primera reunión con el CNS, ha comparecido en la sede de Casa Árabe en Madrid donde ha abogado sin ambages por que esta intervención extranjera se produzca finalmente: “Lo vamos a decir a decir claramente: necesitamos una intervención militar para proteger a los civiles sirios”.

“Tenemos 3 millones de desplazados internos, un cuarto de millón de refugiados en países como Turquía, Jordania y Líbano, más de 30.000 muertos, y mas de 100.000 personas detenidas: ¿qué deben hacer los sirios ante el bombardeo continuo con artillería pesada, helicópteros y aviones?”, se ha preguntado en voz alta.

El representante del consejo que asegura aunar al 80% de la oposición siria ha reprochado a la Unión Europea su falta de protagonismo en la resolución de este conflicto. La UE no puede, en su opinión, “permanecer inactiva ante Rusia”, pues debería lograr que ese país cambiara “de postura” en el Consejo de Seguridad de cara a “establecer unas zonas protegidas para los refugiados”. Esta acción debería ser rápida, por lo que Saida ha sugerido a la UE que “actúe fuera del [mandato] del Consejo de Seguridad, como sucedió en Kosovo”.

El Consejo Nacional Sirio se constituyó el 2 de octubre de 2011 con el objetivo de reunir a la fragmentada oposición siria [buena parte de los opositores estaba en el exilio] y así convertirse en la voz de una revolución que empezó con manifestaciones pacíficas en marzo de 2011. Sin embargo, con el tiempo, y a medida que la represión por parte de las autoridades aumentaba, lo que comenzó como un movimiento ciudadano pacífico que reclamaba libertad y reformas fue quedando eclipsado por la progresiva militarización del conflicto que ha culminado en la actual situación de enfrentamiento bélico.

Una guerra en la que el régimen tiene el apoyo, diplomático y militar, de Irán y Rusia, mientras que los combatientes del Ejército de la Siria Libre (ESL) cuentan con el sostén económico, y probablemente también estratégico y militar, de regímenes totalitarios como Arabia Saudí y Qatar. Este respaldo, junto con la supuesta presencia de yihadistas entre sus filas agudiza el miedo a una deriva fundamentalista en la futura Siria.

El Consejo Nacional Sirio, pese a haber ido aunando diferentes corrientes en los meses transcurridos desde su fundación, está aún lejos de integrar a todas las fuerzas de la oposición. Además, el CNS no ha logrado disipar las dudas acerca de su grado de coordinación con los opositores que trabajan sobre el terreno. Uno de sus grandes logros ha sido precisamente conseguir la adhesión de los Comités Locales de Coordinación, los grupos de activistas que actúan dentro de Siria.

El CNS tampoco ha logrado fusionarse con otro importante grupo de oposición, el Comité de Coordinación Nacional para el Cambio Democrático (NCC, en sus siglas en inglés), contrario a una intervención militar extranjera en suelo sirio.

De los interrogantes que aún persisten sobre el grado real de representatividad del CNS, así como de su carácter inclusivo, han dado fe las palabras del ministro García-Margallo, que ha recalcado  la “preocupación del Gobierno por las fuerzas democráticas sirias” y la necesidad de que estas se agrupen e incluyan a todas “las minorías étnicas y religiosas”.

Un gobierno de transición

Un aspecto sobre el que el líder del consejo opositor ha tratado de tranquilizarlo asegurando que su organización tiene la vocación de aunar a todos los sirios, y ha citado explícitamente a “drusos, ismaelíes, alauíes [la minoría chií a la que pertenece Bashar al Asad], kurdos, etc”.

Abdulbaset Saida ha anunciado además que en la reunión plenaria que su grupo tiene previsto mantener a finales de mes, “se lanzará un diálogo nacional con todas las fuerzas de la oposición para formar luego un gobierno de transición para que el  pueblo sirio pueda superar esta situación”.

Según García-Margallo, este futuro gobierno tendría que cumplir tres requisitos para que España lo reconociera. Esas tres condiciones son que sea “inclusivo, representativo y que se respeten los derechos básicos de las minorías étnicas y religiosas, así como los derechos de la mujer”.